jueves, 16 de enero de 2020

La voz de Iñaki | 16/01/19 | Lo que nos enfrenta y lo que nos esperanza




Tiene lógica en una sociedad habituada al cotilleo superficial sobre la realidad, que la única modalidad educadora conocida e implementada sea la domesticación del pensamiento y el utilitarismo para colocarse bien en la vida y sacar ganancias, y no se  tenga el menor interés por la ciencia ni por el conocimiento, ni por el arte, ni por la cultura verdadera, o sea, por el cultivo cognitivo y sensible de la conciencia, sí, conciencia ,que , por cierto, es inseparable de consciencia (cum scientia) pero no como apabullante acumulación de informaciones y datos, sino sobre todo como digestión lenta y serena del conocer para aplicar, pues la aplicación que materializa el conocimiento abre canales y crea recursos nuevos dentro del mismo campo científico, que sin aplicar a la materia en tiempo y espacio, se queda en muy poca cosa. 
Recuerdo que cuando mi generación hacía el acceso  a la Universidad se nos exigía como conditio sine qua non, pasar "la prueba de madurez", que era una reflexión sobre cualquier tema en los exámenes de Preuniversitario. Recuerdo que en mi grupo tocó un tema que invitaba a reflexionar sobre la Psiquiatría y la sociedad. Al salir, después de dos horas disponibles para escribir tranquilamente, en la Facultad de Farmacia de la Complutense, los compañeros y compañeras de Letras estaban indignadísimos por lo que consideraban un atropello super injusto convencidos de que nos habían querido fastidiar ¡con una especialidad de ciencias! Nada más lejos de la realidad: el tema era universal y solo se nos pedía una reflexión personal, nuestra opinión, no una demostración de datos y conocimientos de medicina, que era imposible dominar en Preu, hasta para los alumnos más brillantes del Bachillerato Superior de Ciencias. 
Con ese nivel de desarrollo educativo es hasta penosamente lógico que la ciencia sea para los españoles un batiburrillo distante de la realidad, un mogollón de palabros y conceptos solo para especialistas, y solo les importen los resultados cuando deben afrontar sus enfermedades y padecimientos, que en efecto, dejan por completo en manos de los técnicos, sin implicarse en el conocimiento de sus procesos personales, como lo es la enfermedad. Se trata el propio cuerpo como si fuese el coche: cuando se rompe se lleva al mecánico, que para eso se le paga.Y chimpúm. Toda la experiencia vital se queda ahí. 
Lo peor que nos ha podido suceder como sociedad ha sido que ese déficit histórico-cognitivo-cultural, haya sido abducido y regulado por la especialización minimalista en conocimientos escasos, superficiales, pero  muy concretos y solo aplicables a un sector muy delimitado. Técnicos en ajustes de tornillos en estrella. Peritos en vueltas de tuerka. Ingeniería de la Ley de la Palanca. Licenciados en litografías facsímiles. Doctores en grúas de precisión. Másteres en colocación de ladrillos en fachadas cara vista. Técnicos superiores  en Ínfulas Baratarias con vistas al turismo cervantino. La imaginación es muy rica inventando, pero se queda en nada si no va acompañada de un mínimo de lucidez y sentido de la realidad palpable y  a la vez trascendente. 
Si la ciencia crece y avanza, no lo hace acompañada por el interés de los españoles. Ya se encargarán Ana Rosa, Susana, Mamen, Risto y Wyoming de contarnos los pormenores e Iván Lagarto de componer la banda sonora, que siempre da mucho empaque a la sosería de noticias tan poco atractivas como son los descubrimientos de la ciencia, que con la conciencia de gira permanente por el espacio, tampoco es que esté para tirar cohetes que no sean para curiosear en otros planetas y galaxias. Total este ya está muy visto y tal como lo estamos dejando, mejor no mirarlo tanto, que se queda una fatal y total, ¿para qué si no ya no se puede hacer nada? Ése en el pulso de la calle. Lo que te dice el taxista, el frutero, la chica del horno, el jubilado que espera para cruzar el semáforo. 

Creo que la tv, la radio y la prensa son tres pilares estupendos para el cambio de conciencia y para el viraje de salida de este estropicio sin fin. Creo que de esos medios depende muchísimo el engranaje de la verdadera cultura. La desfrivolización de los medios, hacer posible la demostración de que solo di-vertir (buscar etimologías para saber de qué se habla y qué se convoca mediante la confusión semántica del lenguaje) y decir sandeces y zascas constantes no es cultura, sino una fábrica permanente de estupidez y banalización de asuntos vitales para los seres humanos, y que fomentar la inteligencia no es aplastarla con datos, peroratas, tochos y sermones, sino ofreciendo claves prácticas y recursos para aprender a pensar, a digerir lo que nos llega como menú informativo y casuístico. Sin ese bagaje la libertad no existe, y por ello nuestra "cultura", que nos permite el  acceso universal a unas realidades falsas y manipuladas, sufre un secuestro permanente por parte del ppoder repptiliano que dominan los medios y los miedos que alimentan los medios, cómo no!

Recuerdo a Eduard Punset y a José Luis Balbín, como pioneros y exploradores de esa vía. Por ejemplo, la serie francesa Érase una vez el hombre. Los programas de Rodríguez de la Fuente. Series en TVE, que eran gratis y no como Netflix,(un negocio comecocos al descarado servicio de Mordor) entre ellas, por ejemplo,  Yo Claudio, Los Strauss, Los Tudor, Fortunata y Jacinta, El Quijote, Los gozos  y las sombras,, La Regenta... Bastaría con hacer una recuperación con debate de cada una de esas obras maestras y de sus contenidos, en los que el público pudiese participar en persona y por teléfono, para que la audiencia se "colgase" plenamente y abriese su potencial a realidades con contenido que hace reflexionar y crecer. 
Otro fallo garrafal es el potencial totalmente arrinconado de naturalistas como Joaquín Araujo y maestros de ciencia,  ética y ecología social como Jorge Riechmann, Jordi Pigem o Carlos Taibo. Jamás se les invita a las tertulias ni a los coloquios. Ellos podrían tener programas pedagógicos, explicando el modo de trabajar el pensamiento combinado con la acción. Pero, claro, eso tiene una explicación: ¿qué sucedería con el Íbex , el neoliberalismo y el cajón de sastre de un estado concebido para esquilmar mucho más que para igualar, educar e iluminar tinieblas milenarias, camufladas de patriotismo y banalización constante de los verdaderos problemas y sus causas? Es seguro que tras ver, por ejemplo, La vida es sueño, El alcalde de Zalamea  de Calderón o Fuenteovejuna de Lope de vega, o Los episodios nacionales de Galdós o San Manuel Bueno, martir de Unamuno, o cualquier obra de Valle Inclán seguro que nadie se quedaría sin reflexionar en la escuela mediática de la conciencia social. Hay que crear otra Academia mucho más necesaria y accesible pedagógicamente eficaz que la de Operación Triunfo. 

Es imposible que se asimile e interese la ciencia si no se ha creado conciencia. Todo es guirigay y tracas del momento. No hay sustancia donde solo se valora el puntazo del instante...y después, a llenar el vacío con cualquier cosa que cubra el hueco hasta dentro de otro rato. 
Un ejemplo: voy a dar clases de español medio a los refugiados y refugiadas en uno de los centros de acogida del barrio. Encuentro a la misma vecina al entrar o salir del portal. "¿Qué ya vienes (o vas) de/a  pasar el rato en tus clases? Así te entretienes, llenas el tiempo, no te aburres tanto como yo y te distraes". Un día ya harta le respondí: "Si te aburres tanto y crees que ayudar  es divertido, ¿por qué no te apuntas al voluntariado? Se puede hacer allí un montón de actividades muy necesarias en la acogida, la información, el acompañamiento?""Uy, yo, ¡qué dices a mis sesenta años", "Yo tengo setenta y dos y no pasa nada". "Ya, pero es que me da no sé qué. Hále, ciao!". A continuación se pone la tele y las botas despotricando con lo mal que está todo, xd! según los evangelios de Susana, AnaRosa y Ferreras, y por las tardes, que no le falte Sálvame, of course...Ains, Esppaña y el eufemismo de su cultura! Qué penitencia.

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