viernes, 17 de enero de 2020

Con música de J.S. Bach y letra de Sheila Blanco; una original versión d...

 



  


En efecto Bach es dios
y por ello, dios es Bach
porque dios es lo mejor
a que se puede aspirar;
no es una ñoña quimera
que te castiga o te premia,
y que siempre te vigila
para poder controlar
si vas o no vas a misa...
Es la infinita energía,
es toda la humanidad
cuando vibra en el amor,
rompe esquemas y cadenas,
además en su danzar
no se para a fabricar
bajezas como el rencor,
el odio, la vanidad,
la venganza, la idiotez,
la envidia o esa soberbia
que no consigue escuchar
ni entender otro lenguaje
que no sea su propia jerga
de enlodada catadura
y otras "lindezas" afines
que solo talan neuronas
y nos dejan a la altura
del más más mísero animal,
que por cierto suele ser
el humano que no llega
a alcanzar ese nivel
mínimo de calidad.

Dios es solo una palabra,
la etiqueta elemental
que los niños silabean
cuando no saben hablar
No es un nombre
ni un concepto
ni un "señor"
con mandamientos,
es la Vida sin parar,
que viene y desaparece
que avanza y que retrocede
de la eternidad al tiempo
del tiempo  a la eternidad,
lo que más se le parece
es la luz, la sal y el mar.
Ilumina, da sabor, conserva,
danza y  no para
como una eterna marea
que en vez de ahogar te rescata
lo mismo que una ONG
que va por libre y está
al servicio universal
del amor que todo empapa
con sus olas y su voz
que solo puede escuchar
la antena del corazón

Escondido en los compases
de una música inmortal
llegó aquí para quedarse
y regalarnos el cielo
camuflado en la modestia
sabia, limpia y manifiesta
de ese Juan Sebastián Bach



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