En efecto, las advertencias de Iñaki son muy sensatas,como siempre. Pero no todos los flecos desajustados son atribuibles completamente al nuevo gobierno. El tema Venezuela, en realidad no tendría que tener tanto peso en la política española cuando España está prácticamente para la UCI. Si no tiene capacidad para gestionarse a sí misma, ¿cómo le vamos a pedir, encima, que haga encaje de bolillos con un tema internacional en el que ya dio el cante con aquel egregio y bochornoso "Podqué no te callaz", de la Jefatura del estado, precisamente en Venezuela?
El vínculo que une a estos dos estados es el esperpento político vitalicio. Y hay que reconocer que el ejemplo español ha dejado su sello de un modo muy especial en Venezuela, como en toda Latinoamérica en rasgos generales. El barullo, la genética golpista con las mejores intenciones salvapatrias, y salvacastas en paralelo, las devociones exacerbadas por lo afín y oposición salvaje a lo distinto, el amor por la imaginería procesional en todos los planos y el ninguneo a la discreción por lo poco que se ve y se nota. Las prisas por ganar y derrotar lo que sea, y el aturullamiento emocional incontrolable a la hora de gestionar los objetivos. No es una herencia muy recomendable, la verdad. Y este caso concreto, de Guaidó y la vicepresidenta coincidiendo en la "madre patria", más bien parece un amargo trago del karma histórico que España ha ido cosechando siglo a siglo a golpe de imperio y virreinatos sin otra cosa que aportar, que los galeones del trinke y la catolización a la fuerza de los pobres indios esclavizados por sus "descubridores" y traficantes, que allí se aposentaron en plan criollo para no perder el chollo. Ahí está la clave del show que estamos padeciendo a ambos lados del Atlántico. Nos conviene no olvidar las causas y el origen para poder curar las consecuencias derivadas. Esto no lo puede curar la aspirina de un gobierno en plena y presente travesía funambulística del abismo entre dos rascacielos: el pasado de las cavernas crónicas y el futuro en vilo del cambio bioclimático, social y económico, ya inevitable y prácticamente incontenible, -a no ser que se trate todo de un experimento USA y por ello Trump sea tan negacionista, (quién sabe si a lo mejor no lo está subvencionando él mismo. En un manicomio globalizado que se ha convertido en "normalidad" todo es posible)
Sin perder de vista el paisaje general, centrándonos con objetividad en los detalles que nos afectan para integrarlos en el conjunto, podemos aprender a desdramatizar para poder situarnos y no sacar de quicio cada punto de atención. Porque eso nos destroza la capacidad de relacionar y conectar los cables de la realidad, que se muestra más compleja y menos comprensible cuanto más cuarteada y dispersa la percibimos. Anoche volví a conectarme con El Objetivo y Pastor. Y no porque sea masoquista, sino porque pretendía conocer de primera mano lo que Ábalos pudiese aportar a la realidad confusa del momento. Pasé del minimalismo chinche y marujo habitual de la periodista. Y no sin esfuerzo por mi parte. Ábalos hizo lo que pudo para sobrevivir al destarifo, pero no pudo mucho, la verdad. El choque entre el cambalache y la coreografía no daba para milagros.
La conclusión que modestamente he podido sacar es que el caos generalizado lleva la batuta de los acontecimientos y una vez disuelto el viejo entramado de una transición hilvanada, todo está por hacer y cualquier gobierno democrático que trate de ser equilibrado, lo tiene dificilísimo, porque las soluciones que antes podía aportar y ser válidas, ahora no están a su alcance, precisamente porque el poder ejecutivo está debilitado por el shock de una coalición obligatoria en lo que España, adicta a los absolutos de ordeno y mando no es experta, el legislativo está dividido obviamente entre muy distintas experiencias territoriales y sociales, y el judicial en más de un 50% desfasado y hasta podrido en algunos puntos. Es el pueblo, el único elemento al que la realidad mantiene despierto y consciente cada vez más de su decisiva auto-organización para la supervivencia. Y a ese pueblo, con todo respeto y cariño por los hermanos de Venezuela, le importa muy poco el carnaval montado por el pp, González y Guaidó, que el gobierno recién salido del horno ha tratado de gestionar con más torpeza decente que cinismo habitual en casos tan ridículos y estrafalarios.
Los primeros rumores saltaron cuando se comentó que Ábalos viajaba y había coincidido con la pasajera venezolana en el avión. Resultó ser un bulo. Luego llegó la versión original de la misma partitura contada por Ábalos a pesar de Ana Pastor.
Veamos, en buena lógica,¿qué impide a una viajera aérea bajar de un avión que hace escala en Barajas, por ser vicepresidenta de un país a miles de kilómetros de Madrid? ¿Qué hubiese sucedido si esa mujer hubiese tenido necesidad de asistencia hospitalaria, le hubiesen aplicado el tratamiento Aquarius o el del Open Arms? ¿Qué ley le impide expresamente que pueda pisar suelo español? ¿Acaso está contaminada por el corona virus? ¿Se le habría hecho lo mismo en el mismo caso a Donald Trump, por ejemplo? Si el problema es Venezuela y todo lo que políticamente exporta, ¿por qué Guaidó sí y ella no? ¿Por un problema de género, por un problema de presiones del capital, o por un problema de desconcierto en la asesoría en el diván de Iván?
Lo más desconcertante y alucinante es que a la mujer venezolana acreditada legítimamente por las urnas como representante del pueblo, se le impida pisar suelo español y al hombre golpista venezolano fracasado hasta ahora, pero con mucho colocón trumpista se le deje montar un carnaval en La Puerta del Sol de Madrid sin que nadie tenga nada que objetar y no solo eso, sino también con el aplauso y apoyo del trifachito en pleno, que campa a sus anchas magreando el estado cuyas leyes ha modificado a su gusto en el mandato de Rajoy, Gallardón, mediante, para permitirse ensalzar en Venezuala lo que ataca, apalea y encarcela en Catalunya. A ver si se aclaran.
¿Qué pretende la enloquecida oposición al nuevo gobierno montando estos pollos? Desprestigiarlo y dividir a los mismos que le apoyan y le han hecho posible. Impedir la escucha, el diálogo, el debate y el acuerdo en pro del bien común, que es el mayor enemigo del capitalismo salvaje. Repetir el mismo número y estrategia que usó la misma casta depredadora durante la Segunda República, hasta provocar la rebelión "salvadora" de su estatus, privilegios y atrocidades,hasta acabar demostrando a tiro limpio y pena de muerte en ristre, porque no queda otra, que "en la monarquía -en lo de siempre- no pasaba esto". Y con Franco, tampoco.
Tal vez el Gobierno debería no tener miedo en estas cosas y más prudencia en la reflexión que ata los cabos entre causas y efectos a largo y corto plazo. No es inteligente que las asesorías sustituyan a la conciencia de los gobernantes, porque si eso es así, da lo mismo que presida el gobierno Pedro Sánchez que un robot "Rumba". Sería muy inteligente que Pedro Sánchez fuese a TVE, y explicase en directo a la ciudadanía qué ha pasado, quién decidió que Guaidó sí y la vicepresidenta no, si ambos proceden del mismo lugar y son seres humanos con iguales derechos, por encima de lo que representan o no. O sea, que pueden venir ambos, pero no a montar espectáculos como el de Guaidó en Sol y la claque trifas haciendo el coro. La Comunidad de Madrid también roza la sedición con estas provocaciones, pues por encima de los mandatos a la policía municipal madrileña como cómplice de alcalde y presidenta fachas, está la policía antiditurbios y el Ministerio del Interior. Si Rajoy castigó a Catalunya por expresarse en la calle, ¿por qué el pp no toma nota antes de dar la nota apoyando a golpistas venezolanos en las instituciones y en la calle? ¿O es que el golpismo no importa por lo que es sino por el bando que golpea? En España nunca ha habido un golpismo de izquierdas. ¿Por qué? Porque la fuerza de la izquierda es la democracia como esencia de la inteligencia colectiva, que para el bando derechil significa el poder por mayoría engañada y la oportunidad de destrozar la propia democracia que han manipulado para volver al establo. Como siempre.
Que Pedro Sánchez antes de ser presidente apoyase a Guaidó siguiendo a González, y ahora que ha visto la realidad, decida no recibir a un golpista declarado, lejos de ser un error, dice mucho de su integridad moral, y tiene todo el derecho del mundo a rectificar y cambiar de posición y actitud cuando también ha visto de cerca de lo que es capaz González, que está en contra de ese gobierno de coalición y bajo el paraguas del Ibex35, y por fin toma nota de quién es él, y a qué dedica y ha dedicado su tiempo libre...
No, el gobierno no está en peor estado que quienes no son capaces de ver la realidad y dan por hecho la integridad de lo que lleva siglos en proceso de desintegración y ahora da las últimas boqueadas y berridos de desesperación, contando mentiras en "su" prensa, difundiendo bulos y echando pestes para contaminar el camino que no puede hacer, simplemente porque no da más de sí que basura al por mayor, que terminará por aplastarle desde dentro de su propi mejunje. Pero también la basura para los que la padecen desde fuera, se recicla y puede ser el mejor abono resiliente para mejores cosechas.
Que los árboles enfermos de la apariencia manipulada no nos impidan la visión completa del bosque de una realidad más sana, creativa, inteligente. Y siempre, siempre posible desde la elección personal, contagiosa y colectiva del libre albedrío cada vez mejor asumido, empleado,sembrado. Y compartido.
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