Un extraño y anómalo 0'2%

Asamblea en la Puerta del Sol tras la marcha a favor de un referéndum / Juan Luis Sánchez

Miles de personas exigen en las calles un referéndum sobre la monarquía

eldiario.es

Las concentraciones cuentan con el respaldo de la Junta Estatal Republicana, IU, Podemos, ICV, Equo o Cha, además de diferentes asambleas y colectivos. Tras la marcha de Madrid, los organizadores pretenden celebrar una 'asamblea
constituyente'.
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Eso dijeron las encuestas el jueves pasado : el debate sobre un referendum que decida el tipo de Estado de acuerdo con los nuevos tiempos preocupa sólo al 0'2% de la población. Lo cierto es que una vez pateada la calle durante dos horas y media y de atravesar el centro de Valencia y comprobar que no cabíamos en la Plaza del Ayuntamiento y que la gente se tuvo que acoplar  en las calles adyacentes para poder escuchar con mucho esfuerzo los comunicados finales y que en la plaza, que es muy grande, estábamos hombro con hombro, sin a penas un palmo de separación entre nosotros, la cosa da qué pensar. Y teniendo en cuenta que esta manifestación se ha convocado y realizado en 50 ciudades españolas ¿Si esto es el 0'2% de la población, cuál es el número de habitantes? A lo mejor es que con tanta emigración de autóctonos por Europa y el resto del mundo y de extranjeros que regresan a sus países de origen, es posible que ese 0'2% se haya convertido, en esta barbaridad de peña, como en un milagro  de los panes y los peces, pero con españoles que no están por la labor del tinglado coronador de extranjis, alegando que Constitutio dixit. Claro, que la Constitución dice lo que el dúo "Bi", quiere que diga. Porque hay un artículo 92 de la Carta Magna que lo deja clarísimo:

1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.
2. 
   
   El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados.
3. 
   
   Una ley orgánica regulará las condiciones y el procedimiento de las distintas modalidades de referéndum previstas en esta Constitución.
   
   
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    Está meridiano el procedimiento y no tiene porqué poner nervioso al personal gobernante, que se está poniendo a la altura de los conejos amenzados por los cazadores. Si somos una sociedad adulta no pasa nada. Todo ira rodado y será para bien del pueblo español. Sólo hay que escuchar la demanda, considerar la democracia y la necesidad de un proceso dilucidador imprescindible. La Constitución lo dice muy claro y nuestros representantes, los diputados, si son legales y leales a su representados, más que a las directrices torticeras y medrosas de sus cúpulas, tienen la obligación ética y legal de transmitir en sus votos la demanda de los ciudadanos a los que representan. Estos diputados sólo tienen que consultar a las bases y hacer lo que la mayoría de estas bases les digan, que para eso hay democracia ¿ o no?
   
   
   
   
   El trámite no debe pesentar ningún problema, si es que esto es una democracia verdadera y no la fonda del postigo. Si los ciudadanos lo piden ,como lo están haciendo, ese referendum es imprescindible para aclararse acerca de la modalidad de Estado que mayoritamente se elija entre todos. Hay monárquicos absolutos y republicanos absolutos, pero parece que además hay republicanos de raiz aunque monárquicos por miedo o raro agradecimiento puntual porque piensan que JuanCarlos les salvó la vida, en vez de su corona que era a lo que iba el sainete del 23F, y no le quieren hacer el feo, de que además de dejar el trono, tenga que dejar también la dinastía en la panopila del recuerdo y, atmbién, lo contrario: monárquicos de raíz que han evolucionado, y se sienten republicanos por sentido común y visión de futuro. Luego está un sector social desinformado que no sabe cuales son las diferencias políticas e institucionales entre república y monarquía, y miran con recelo la opción republicana porque siempre les han contado en casa y en el colegio religioso concertado y pagado por todos, donde los han domesticado y desinformado implacablemente, -y no educado como ciudadanos sino como marionetas de ese viejo sistema-, que la república provocó la guerra civil matando curas y monjas y quemando iglesias, pero les han ocultado que los isabelinos también mataron  a cientos de curas y frailes carlistas en la otra guerra de sucesión entre Borbones de la misma familia,a mediados del siglo XIX . Y que acabaron llamando "el pacificador" de la carnicería al siguiente rey, Alfonso XII, que no hubiese tenido nada que pacificar si se hubiese quedado quietecito en París con su madre Isabel II y en España, las intrigas y las traiciones de los monárquicos de la casta podrida por la ambición l, el fanatismo y los intereses caciquiles, no hubiesen dado al traste con la I República, a la que hicieron puré. Como repitieron en el 36. En aquellos tiempos el analfabetismo y la incultura absoluta era lo más natural y extendido en España. Hoy no. Es cierto que aún hay muy poca conciencia cívica, pero la necesidad y la crisis la han despertado. Y los ciudadanos de hoy nada tienen ya que ver con los de los dos últimos siglos. Pero se ve que la casta sí sigue siendo la misma. Así que es ella la que debe cambiar y entrar en razón, aterrizar en la realidad y dejar paso a lo que la está superando y acabará por dejarla al margen y fuera de juego si no se pone las pilas y evoluciona como seguramente le están exigiendo hasta en el Bilderberg y en las altas esferas de las democracias e Occidente. España no puede seguir siendo un cortijo feudal en pleno siglo XXI, sus ciudadanos no lo van a consentir y ya están en ello. Y sí se puede! Sólo hay que bajarse del escaño y acercarse a la gente, que no muerde. Dialoga, piensa, debate y decide como quiere ser representada desde el bien común y no desde una oligocracia enferma de ceguera y de miedo.
   
   Es un cacao del 15, aparentemente, pero no es tan difícil si se hace con sentido político y honestidad, asumiendo una encrucijada natural en unas circunstancias como las nuestras, y de la que sólo se saldrá votando en ese  referendum que todos piden a gritos, menos el montoncico de 70 u 80 personas que esta mañana se manifestó en la Puerta del Sol para reivindicar la monarquía. 
   Mucho peor lo tuvo Suárez para quitarse de encima el Movimiento y traer de verdad la democracia, la pluralidad, el consenso, el divorcio, el comunismo, el socialismo, los sindicatos libres, la Constitución y el conato de legitimidad del nuevo régimen que se nos quedó atascada entre herencia franquista y monarquía sui generis, y soportar que la Junta de Jefes de Estado Mayor asumiera el papel de censor constituyente, para comprobar que no eran ellos los que querían un golpe, sino el propio mecanismo retro-franquista, para poder perpetuarse en el poder mediante el miedo y el chantaje de un rey que nadie quería, que llamabámos "El Breve" y "El Alelao", al que rechazábamos de plano y de repelús histórico por la rémora chupóptera del gremio real y el mismo desapego monárquico que la dictadura se había encargado de inocularnos a través de la "Formación del Espíritu Nacional" en aquel libro verde de nuestro bachiller y de nuestra universidad entre los cincuenta y los setenta, donde la denostada monarquía no contaba para nada ni pegaba en absoluto con la austeridad y el rigor predicado por la Falange, que era completamente contraria a la tendencia mayestática. No es lógico educar generaciones en una onda falangista, donde el honor, la entrega, la generosidad, los valores 'serios, netos y proletarios' que predicaba el dichoso Libro Verde y el mítico heroísmo de la simplicidad eran el fastuoso argumento, no era de recibo colocar a continuación en el trono a un joven frívolo, a su bola, de crucero lujoso en crucero ligón, de juerga en juerga retratado en pleno juelepe playboy en los saraos del Gotha europeo buscando novia oficial y llevándose al huerto, de tapadillo a toda plebeya guapetona que se le pusiera a tiro de honda, hazañas que luego se publicaban fuera de la España censurada. Un tipo incapaz de estudiar en serio una carrera universitaria, sólo formado por las manías de su patrón y por los cuarteles en los que iba acampando cada par de años de Academia Militar, dejando el rastro inolvidable de su "campechana"  y fatua incompetencia y de su fardar como futuro rey. Así lo recuerdan compañeros de entonces.
   Aparte de contemplar su torpeza intelectiva y su rudimentario y escuálido lenguaje, que él, suponemos que, asesorado por sus cuidadores, se encargó de camuflar como "campechanismo", tal era el  desapego social de los ciudadanos a esa institución, que cuando el dictador nombró a Juan Carlos su sucesor por medio de una Ley Orgánica que nos dejó a cuadros y que mi generación no votó porque la mayoría de edad era a los 21 para los hombres y a los 23 para las mujeres, pensamos que al viejo general le patinaban las neuronas y se estaba rayando sin remedio.
   
   El infante, primero y príncipe de Asturias después, era como una chirigota de carnaval, o como un personaje de opereta, que quedó de reparto escénico cuando, para más inri, le alojaron en La Zarzuela después de casarse con Sofia de Grecia, a la que todo el mundo compadecía por el desafortunado evento; nadie se lo tomaba en serio. Con la metedura de pata que tuvo Juan Carlos como sustituto de su mentor en el asunto del Sahara Occidental y el abandono de los saharawis que eran españoles, estudiaban en español, tenían leyes españolas, mientras el dictador agonizaba desesperado al ver impotente desde el lecho fatal, el cariz que tomaba el asunto, completamente contrario a sus deseos, y cuya patética epopeya finalizó tras la marcha verde, con la entrega cruel y traidora del Sahara a Marruecos, a cambio de Dios sabe qué prebendas, ya nos quedamos alucinando con las habilidades negociadoras del heredero. Ni a él se le hubiese ocurrido jamás lo del golpe de Estado para asegurarse el trono en plan supermán, no da para tanto, si no se lo ponen por escrito y lo ensaya antes; lo guiaron los de la casta en todo, porque era un verdadero chollo tenerle en el trono y agradecido por el detalle de haberlo asegurado en él. Ahí empezó esa enfermiza obsesión política por la "estabilidad" que ha sido y es, paradójicamente,  lo más desestabilizador para la democracia.
   
   JCB, No trajo la democracia ni trajo nada más que su apego al dinero y a sus caprichos, su programación obsesiva por  ser rey en lugar de su padre, fomentada por Franco que le ha usado hasta ahora mismo para perpetuar su poder maníaco a través de la misma mentalidad oligócrata con que nos tiranizó y nos dejó "atados y bien atados" como maldijo a los españoles al despedirse. Utilización que a Juan Carlos le ha venido como agua de mayo para hacerse con una fortuna de 2.000 millones de euros a costa de su agenda maravillosa y de los españoles que le hemos mantenido como a un verdadero hijo tonto, pero listísimo con asesores como Mario Conde o Colón de Carvajal, y vivales y rufianes de toda laya en la corte de los milagros.
   
   A sus indecencias privadas o a sus excesos amorales en terreno personal, no hay que darles tanta coba, que se ocupe la justicia si ve  motivos, le dan permiso desde el Ejecutivo y lo cree conveniente y la casta se lo permite, que no lo creo, porque él mismo puede tirar de la manta y dejar en bolas a los lacastícolas restantes, sus cómplices, por eso se protegen mutuamente. Todos tienen mucho que ganar con el silencio recíproco y el jabón laudatorio. Me lo confesó un veterano socialista: "Soy republicano con toda mi alma, pero sé que, por desgracia, hasta que mi generación no desaparezca habrá monarquía". Esperemos que no se cumpla ese aciago y fatalista pronóstico de mi amigo socialista y republicano de verdad. Esperemos que la ciudadanía siga madurando y haciéndose cargo de su responsabilidad civil y civilizada, para bien de todos, hasta de su ex malestad. Y que el poder de la democracia acabe para siempre con los flecos indeseables de la tiranía, por muy camuflada de "legalidades" y 'legitimidades' de tan dudosa condición con que se nos pretenda vender. Los que vivimos aquellos años de absurdo y decadencia senil del dictador que coincidió con el inicio de las pompas pre-monárquicas, nunca hemos compartido ese fervor que la casta profesa al ex rey, sino la triste resignación de los oprimidos sin más salida que elegir entre "muehte o suhto"; eligieras lo que eligieras, el resultado siempre fue el mismo diseño de contubernio, como en el referendum de la OTAN que González nos endosó tal que un amargo purgante, junto a las concesiones humillantes al entrar en la UE por la puerta falsa y sibilina de las dos velocidades.
   
   La votación en el Congreso la próxima semana va a ser la reválida democrática, la prueba de fuego para que los ciudadanos aprueben o suspendan al psoe y a todos los representantes que no demuestren conciencia democrática despierta, o sea, que rechacen la exigencia ciudadana del referendum. Será un antes y un después, el comienzo de la regeneración socialista o su harakiri como el otro miembro del bipartidismo, porque de no responder a su deber para con sus votantes y bases habrá dejado de representarles de facto, para demostrar que sólo representa los intereses de una cúpula-casta que ha olvidado su función representativa de la ciudadanía para convertirse en una fuerza absolutista, como Luis XIV de Francia: "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo", porque L'État c'est nous... y el pp.
   
    También hay que señalar la desafortunada y sádica elección de la fecha para la glorificación coroneta, nada menos que el mismo día, 19 de Junio, en que se cumple el cuarto centenario de la zalagarda más cruel que se le conoce al bipolar Felipe V de Anjou, el primer Borbón que se nos impuso, como éste y su padre, por narices, después de una guerra de sucesión que nos dejó por los suelos, o sea del antepasado numérico del futuro Felipe VI, que enfurecido por la resistencia y oposición de los valencianos en el castillo de Xátiva, mandó machacar, expoliar y desterrar a los habitantes de la ciudad que ardiese como una falla macabra en loor de la crueldad borbónica y para satisfacer la vanidad del inicuo tirano, ordenó, además, cambiar el nombre a los restos de la quema, llamándolos "Nueva Colonia de Sant Philipe", a partir, justo, de aquel fatídico 19 de Junio de 1707.
   ¿Cómo es posible que seamos tan analfabetos históricos y desconozcamos de donde le viene la casta a ese galgo y a su parentela? ¿Cómo es posible que no nos demos cuenta de que en los libros de nuestras escuelas hay partes de la historia que no se nos enseñan y se silencian o se maquillan de lo que no fueron? Nadie nos explica, más allá de lo anecdótico, de donde viene esta casa real, ni como fue la república ni las causas verdaderas de la guerra civil, ni la crudeza del franquismo del día a día, y que nadie se pregunte consultando a los investigadores de la historia, por qué nuestro pueblo es el culo de Europa en lo que atañe a democracia y progreso social y lo que esa condición desastrosa tiene que ver con un subyacente poder feudal que se sostiene en un patriotismo de pandereta y un caciquismo corrupto en perfecta simbiosis con una monarquía que es como el paludismo o como un reúma: a veces hay síntomas, a veces no, pero  no se acaba nunca de curar. Ya es hora de cambiar de tratamiento. Yel remedio dependerá de lo que voten de viva voz nuestros representantes en el Congreso y de la celebración o no, del referendum que es un derecho de nuestras libertades decisorias, cuando la conciencia se enfrenta a decidir un modelo de Estado ante la crisis y el crack de un régimen temporal, de ello dependerán los resultados de las urnas en 2015. Y si el psoe no corrige el rumbo, tiene todas las papeletas para no formar nunca más parte de la cara B  o de la cara A de un bipartidismo que habrá pasado a la historia definitivamente, gracias a las gravísimas e inexplicables meteduras de pata de ambas fuerzas.
   
   Pero ese tiempo se está agotando y consumiendo en su propia podredumbre. Lo bueno del estiércol es que abona la tierra y luego todo florece y fructifica, para embellecer y nutrir ese futuro despierto que por fin nos merecemos, después de soportar un calvario sin piedad y sin más remedio que  pasar página para decir adiós a la ignominia. Sin violencia, sin rencor y sin miedo.
   Viva la libertad de voto y de elección, viva la conciencia responsable de la ciudadanía y, en cuanto todos despertemos y nos pongamos de acuerdo: ¡Viva la República! que será, sin duda, la consecuencia y la prueba de madurez de nuestra evolución como individuos y como sociedad.