Fijáos, pperos, qué
fácil es y no pasa nada. Ni se hunde el mundo, ni nada parecido. Al
contrario, todos los españoles estamos más agradecidos que nunca porque
esta decisión es el mejor servicio del rey a
los ciudadanos. ¡Viva el rey! Pero en otro sitio, porfa, por ejemplo
en el reino de Lacasta. Y de paso, que os vaya haciendo hueco. Ah, y no
os dejéis olvidado en consigna a Felipe González y a su corte, que no se merecen perder el tren hacia el mismo destino.
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