La música de este Aleluya es impresionante. La letra ya es otra cosa, a Jesús no le cuadra para nada lo de ser identificado imperialmente como "king of kings and lord of lords", su mensaje y su identidad era y sigue siendo la sabiduría de la humildad, que los primeros sean los últimos, que los más pobres y socialmente más frágiles sean los atendidos y cuidados en primer lugar, que lo importante no es en primer lugar llenarse de cosas para ser la repera social del fantoche acumulativo, sino tener claro qué función, para qué, para quien/nes y en qué modo se van a emplear las cosas y si la gestión es compatible con el bien común sin exclusiones, porque todxs somos uno en la realidad energética del Ser, y plurales en su manifestación material. No es dualidad sino complementareidad inseparable, que si se rompe o se ignora, es el caos absoluto en todos los aspectos, porque esa confusión se sustenta en el engaño de lo aparente y en por ello en lo corrupto y sin salida. El laberinto, que describen los textos de la antigua Grecia, con un monstruo devorador en su interior: el Minotauro.
Cuando insistieron a Jesús en que se presentase "oficialmente" como Mesías de Israel -según Judas y los zelotes deseaban- (lo que celebra el actual "Domingo de ramos"), él lo hizo en modo parodia: montado en un burro como cualquier vecino del pueblo, en vez de en un caballo enjaezado ad hoc o en una litera porteada por esclavos,sino rodeado de chiquillos que agitaban palmas de celebración y ramas de olivo como símbolo de paz, en vez de aparecer rodeado de guardaespaldas armados, como hacían los kings y los lords de entonces y siguen haciendo los de ahora. Así defraudó totalmente a los fans de una posible revolución armada de Israel contra el Imperio Romano, que era la idea de mesianismo que tenían los israelitas más disconformes con la servidumbre política del momento a un imperio que los explotaba a base de agresiones e impuestos, pero que tal y como estaba el percal solo podía acabar en una masacre.
Jesús sabía muy bien que no son las armas, la guerra ni el odio ni el miedo las que salvan al ser humano de un destino como emperre cabreado y violento de los egos en distintos formatos, sino un cambio de mirada aprendiendo a ver el mundo con los ojos de la inteligencia que pasa necesariamente por la luz del espíritu; es el único modo de ver con perspectiva y tener un futuro más allá del animalismo autómata y de la esclavitud de lo inmediato, sin el camino y orientación que proporcionan la energía de alma y conciencia, los dos recursos que nos facilitan la evolución en vez de hacerla tan difícil e imposible como ahora estamos experimentando, recogiendo la cosecha planetaria de milenios de torpeza y soberbia desastrosas.
Jesús afrontó la situación con herramientas demasiado sutiles y sanas para un mundo cerril e inhóspito, donde solo mangoneaban los que más poder bestial y menos humanidad tenían. Muy parecido al presente, pero con algunas diferencias: ahora se puede elegir una vida más alternativa a la brutalidad colectiva sin que nos crucifiquen, pero siguen llevando la batuta las mismas entendederas de lo más obtuso, cegadas por "ganar", "poder" y manipular a tutiplén usando cualquier sistema que facilite el negocio y sacando de los problemas y conflictos un dineral y cargos vitalicios en el poder. Lo mismo se forran las empresas fabricantes de armas que de vacunas. El problema y el conflicto constante son super rentables para el troglodismo de la amoralidad deshumana, que paradójicamente devora a la mayoría de los seres humanos antes de poder disfrutar y asumir su humanidad.
El mundo solo ha cambiado de trampantojos taparoñas, lo "tapado" sigue siendo el mismo "capital", el mismo "tesoro" del golum en el Señor de los anillos.
Jesús lo sabía muy bien, intentó explicarlo en parábolas y tratando de incorporar los hilos religiosos de Israel para que la experiencia práctica del cambio antropológico imprescindible de conciencia no fuese un trauma ni un motivo de escándalo, de enfrentamientos ni de miedos fanáticos. Es cierto que la casta de siempre no se dio por aludida y lo quitó de en medio en cuanto pudo, pero durante 313 años las semillas de la buena noticia se esparcieron por el mundo de entonces, dieron frutos tan extensos y numerosos que obligaron al Imperio Romano ya en caída libre a suprimir la persecución para cambiarla por la ventana de la oportunidad, haciendo un aparente y aparatoso cambio de rumbo hasta con apariciones en plena batalla al emperador Constantino, que en vez de cristianizar el Imperio como parecía a primera vista -o sea imponer el mensaje más sencillo, y libremente voluntario, como religión obligatoria- acabó en poco tiempo por imperializar en exclusiva y excluyente jugada el mensaje de Jesús, ya convertido en bautismo obligatorio, doctrina teológica y en leyes adjuntas para sustituir el control religioso de lo que ya a base persecuciones y martirios salvajes se había podrido y desautorizado totalmente, una suplantación imperial que era lo que Jesús ni los apóstoles del comienzo jamás hubiesen querido que pasase. O sea, la instauración del anticristo imperial como pantocrator manejante del mundo mundial. Toma ya.
Jesús nunca hubiese permitido que se le convirtiese en excusa y "santa" complicidad con un estado político y poderosísmo durante siglos, como el Vaticano, ni con cruzadas, inquisiciones ni guerras de "religión", un concepto que en su enseñanza desbarató por completo ¡por eso le crucificaron! Fue y sigue siendo -porque hasta día de hoy nadie lo ha corregido- un verdadero disparate y escarnio que se le considarase "pantocrator", emperador de todo lo existente, ni king of kings ni lord of lords.
Superemos los textos idólatras y sin fuste, llenos de prejuicios gradilocuentes tan lejos de la experiencia trascendental que nos cambia para siempre cuando acontece- pero, también, que la belleza de la música y el canto, que es soplo humilde y regenerador del espíritu nos eleve más allá de una historia tan deplorable, para poder ver el camino al que estamos invitadxs, por el solo hecho de haber nacido en esta realidad desnortada y bastante locatis, pero, de momento y hasta que nos desenganchemos del colocón de apariencias que nos distraen de lo esencial, la única netflix de que disponemos, de pesadilla en pesadilla, tumbadxs en el sofá de la "nuevas normalidades" constantes. ¡Amén!
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