Cuando una cultura, una forma determinada de vida se deshace a sí misma, hay que saber salir de ella para que los peores efectos no acaben con quienes seguramente inconscientes de ello, han provocado las causas, por no ser conscientes, por no evolucionar a tiempo, por no entender ni discernir los por qués de los para qués y para quienes, porque se han quedado atrapados solo en los cuántos.
Hay un relato bíblico que explica muy bien el tema. Como siempre, la mejor explicación son los hechos. En el libro del Éxodo, en el A.T., se relata la salida del pueblo hebreo de Egipto, donde se había convertido en esclavo del régimen faraónico, que lo explotaba, lo maltrataba y lo mataba si era necesario. Cuando Moisés (que se había educado como nieto postizo del faraón Seti I cuya hija salvó a Moisés recién nacido de las aguas del Nilo y le educó como a su propio hijo) se decide a organizar el escape clandestino de su pueblo, al enterarse de que él mismo es de origen hebreo, hay una toma de conciencia que abre un camino nuevo. Hay una salida comunitaria de la atrocidad "del destino" y sus circunstancias. Un atreverse pacíficamente y todos juntos a salir de una terrible burbuja. Esa decisión, produce un cambio hasta en la naturaleza. Y comienzan a aparecer plagas que sorprendentemente solo afectan a los egipcios, incluida la familia real, pero no a los hebreos...La tendencia irresistible y primitiva del ser humano a atribuir 'a los dioses' todo lo que le sorprende anula el reconocimiento del potencial energético para el cambio que yace oculto dentro del propio ser humano. Lo humano no es lo contrario de lo divino, sino una de las manifestaciones materiales e inteligentes del amor universal e infinito que es la Vida repartida en millones de formas evolutivas en creación y renovación constante. Por esa razón ocurren "milagros" que simplemente son causa y efecto en niveles que se desconocen aun. Eso les pasó a los hebreos cuando huyeron de Egipto. Al tomar decisiones justas e inofensivas para sus perseguidores, provocaron una reacción empática en los elementos: bajó la marea hasta dejar transitable el Mar Rojo, por la zona menos profunda, y cuando las tropas del faraón que les perseguían, intentaron hacer lo mismo, las aguas se rebelaron en plan turbulento y agresivo como era la conducta de los egipcios, y los arrasó mientras intentaban destruir a los esclavos en fuga.
Si los hebreos se hubiesen rebelado y montado una revolución en Egipto, habrían sido exterminados sin piedad por las armas y el poder faraónico. Pero eligieron la paz, la prudencia y la inteligencia como herramientas liberadoras y creativas. Diseñaron un plan sin montar pollos para evitar lo peor. La humanidad maltratada debe hacer lo mismo con el régimen de un capitalismo faraónico y devastador. Primero, despertando y dejando de ver en el dinero la única fuente de recursos: es un fraude del capital faraónico, el dinero como "dios" y única garantía de "vida"(¡?) es un anzuelo mortal en manos de cuatro sivergüenzas aprovechados y encerrados en sus pirámides y templos sin vida. Ese sistema en realidad es un imperio zombi que se mantiene de y con la explotación de seres deshumanizados y robotizados por el mismo sistema al que consideran genial por la de coas que ofrece, y por ello valoran absurdamente, obedecen y consumen todo lo que sus titiriteros -que a su vez también son rehenes de idénticos automatismos- les imponen y les presentan como la única referencia existencial. Momias que se autoconsumen sin llegar jamás a enterarse de lo que les pasa y por qué les pasa.
¿Qué les falta si ya lo han explorado todo, lo saben todo, lo controlan todo? Menos una realidad inmutable: todos se mueren, sin excepción. ¿Qué elemento les falta para que el puzle humano, incluida la muerte como el nacimiento, tenga sentido? El descubrimiento de la vida desde la Conciencia.
Si no sabemos quienes somos en realidad ni para qué estamos aquí, no nos extrañemos de que nos manipulen/mos, nos engañen/mos, nos exploten/mos y nos liquiden/mos cuando los tiempos y nuestra desorientación se amontonan y nos aplastan con el mismo armamento que les proporcionamos con nuestro modus operandi.
No hace falta ser religiosos, pero si hay material religioso, filosófico, histórico, artístico, económico, cultural o científico de verdad...aprendamos de las sugerencias experimentales y sabias que nos ofrece esa herencia antropológica. Nada es "malo" o "bueno" porque lo digan unos u otros, sino por los resultados que produce la aplicación de cada cosa y por las conductas éticas o indecentes de los "maestros" sistémicos que transmiten la enseñanza. Por sus frutos se conoce el árbol, la planta y la tierra que los produce. Del mismo modo por sus frutos se conoce la sociedad en que existimos y en la que no siempre se puede vivir dignamente desde la cooperación fraternal. Como es el caso de España, por ejemplo.
Cuando un sistema mata la esperanza más que ayuda, enferma más que sana, arruina más que estimula y anima, en su faraonismo autista, hay que despedirse de él lo antes posible, en paz y sin violencia, como los hebreos se despidieron de Egipto. Dejarlo morir ahogado en su propio destarifo mientras le dedicamos un precioso requiem como éste, de Fauré. Y vamos creando nuevos caminos para salir desde las tinieblas de la entropía hacia la tierra prometida de la CUF, Conciencia Universal Fraterna. La única patria decente y con futuro a que podemos aspirar.
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