miércoles, 2 de diciembre de 2020

Así lo ve Eneko en Público, y por desgracia, maldita la gracia, la estrella de Navidad puede estrellarse sobre la salud, si la economía mal entendida se hace normativa navideña. Aunque el sistema quite la veda a la proximidad para que la fiesta del negocio no decaiga, no sigamos por ese camino, ¿acaso vamos a querer menos a nuestros seres queridos si no nos juntamos para comer en mogollón y gastarnos un pastón en comilonas, turrones, mazapanes, cava, y regalos a tutiplén? ¿Y los pobres que nunca pueden hacer esos extras, acaso no se quieren igualmente o resulta que solo puede querer quien puede pagar las facturas del "cariño"? Deberíamos recordar que la Navidad es la celebración del nacimeinto de alguien que nunca celebró la Navidad... y que si estuviese aquí y en plena pandemia, lo último que haría sería un fiestorro, porque estaría al lado de los enfermos más pobres y procurando cortar las ocasiones de contagio, con la vacuna del amor responsable e inteligente, como es el Amor de verdad

 

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