miércoles, 2 de diciembre de 2020

App GROWGREEN. ¡Gracias a todas y a todos los que hacéis posible este trabajo urgente y tan necesario como respirar!

    


Ahora tendremos que apoyarnos en Ideas creativas, sugerencias e iniciativas nuevas, sanas y sostenibles, que brotan de lo ya desgastado, como se aprovechan los desperdicios para hacer compost. Así será el nuevo mundo que llega, o no podrá llegar a materializarse. Nuestro cambio personal es inseparable del cambio global y planetario. Las ideologías se nos han quedado muy pequeñas, ya no sirve solo "la lucha", el combate ni la guerra. La Vida nos está dejando clarísimo que no se puede sostener eternamente a la defensiva, en la hostilidad permanente contra todo lo que se desconce o se rechaza "porque sí", porque así se viene haciendo desde la Edad de Piedra. Ahora es necesario crear vida coherente y sostenible, nada de competitividad como objetivo primordial, sino equilibrio y cooperación para superar juntos y en fraternidad los problemas que es imposible resolver en plan llaneros solitarios o séptimo de caballería cortacabezas. 

Ha quedado claro que tanto las religiones basadas en los rituales y en los dogmas, como las ideas políticas inamovibles basadas solo en la pragmática del logro inmediato sin más "para triunfar", dejan al ser humano vacío y sin motivos para crecer una vez alcanzados los objetivos sociales y políticos determinados por las necesidades de cada momento histórico. El crecimiento exclusivamente cuantitativo agota tanto a los que crecen depredando todo lo que tocan, como arruina el entorno del que se nutren y arrasa el propio Planeta que nos permite vivir, y arrasaría cualquier espacio nuevo que se descubriese en el Cosmos como posible refugio habitable, como seguramente usaron la Tierra otras civilizaciones, como la del planeta Marte, huyendo de sus sistemas agotados por el mismo desgaste de la Naturaleza que luego hemos heredado a lo largo de milenios los habitantes de la Tierra. 

"Los dioses" de la antigüedad aparecían de golpe en el cielo, dentro de unos sospechoso "carros de fuego", bajaban de ellos, se comunicaban con los humanos por medio de relámpagos y luces extrañas, les daban instrucciones y les sometían a sus deseos "sagrados", les convencían de que eran el pueblo elegido y de que ellos siempre serían sus dioses, amos y señores todopoderosos, su refugio era lo que llamaron Atlántida, un continente artificial, una especie de Olimpo, de Paraíso, hecho de círculos metálicos concéntricos y separados entre sí por las aguas del Océano Atlántico, hasta que provocaron con sus tecnologías de vanguardia soberbia y descontrolada (como ahora) un verdadero cataclismo planetario que llamaron diluvio, y hundió para siempre el continente fantasma, provocando una inundación brutal en todo el Planeta y que  pasó a la leyenda como un batiburrillo entre lo divino y lo imaginario, entre los poderes "mágicos" que se reparten como premios y castigos según la devoción y la obediencia a las normas "divinas". Jamás el Ser que te crea y te ama, te ha hecho libre y semejante a él como parte de sí mismo, se te presentará con un primer mandamiento en el que te diga: "Adorarás al Señor tu Dios y a él solo servirás" o "yo soy el que soy", o sea, que tú no eres nada si yo no te digo lo que tienes que hacer, ¿entendido, subnormal?, y luego ya los detalles repartidos en normas de conducta para poder convivir y que los esclavos del señor no se maten entre sí y dejen de construir templos a cascoporro por todas partes y a asesinar animales  y a personas como sacrificios que complacían a las divinidades variopintas  para tener contento y satisfecho el ego monumental todopoderoso en distintos formatos, y que los humanos esclavizados por las diversas formas de divinidad cambiante en el tiempo, rindan dando el callo como es su deber, lo mismo da como se llame el fenómeno: Zeus, Júpiter, Wotan, Thor, Vishnú, Yaveh, Allah, Marte, Atón, Quetzalcoatl, dólar o euro, tarjeta de crédito, cochazo, palacio, hotel 5 estrellas o casoplón...

De ese cacao monumental vienen estos lodos insoportables, tanto, que cada vez que ha llegado a este mundo algún ser despierto y consciente, que ha intentado aclarar el mogollón y ayudar a ver mejor lo que somos y podemos ser de verdad, se lo han cargado sin piedad, justo en nombre de "dios" y de "la ley". Qué curioso, ¿verdad? Lo más chocante es que siendo tan listos para medrar y hacerse de oro, sean tan torpes para atar cabos, con la de cabos sueltos que cuelgan de religiones, cultos, mitos y desesperaciones ideológicas que nunca acaban de arreglar nada que perdure, y por ello solo persiste la desorientación y los opuestos constantes, que no se acaban de coordinar ni de aclarar, y lo peor que se haya hecho un sistema "normal" de ese callejón sin salida que siempre acaba como el rosario de la aurora, donde empieza...Solo se avanza en ir hacia atrás, los mejores inventos resultan mortales y tóxicos a la larga y lo que parece avanzar, en realidad acelera hacia su propia debacle...

Ya es hora de que despertemos de una puñetera vez y aprendamos a mirar dentro de cada uno y una de nosotras si es que queremos que esta máquina de destrucción majadera ya agotada por su propia falta  de sentido y dentro de nada de  recursos naturales, se pare para siempre y nos permita empezar a Ser y no solo existir, como también existen los objetos, los elementos y las cosas inanimadas con las que hemos simpatizado hasta el extremo de que ya no distinguimos entre ellas y nosotras. Se mata por ese motivo. Y nadie se extraña.

Precisamente esta pandemia puede ser lo mejor que podía sucedernos, tal y como está el Planeta y nuestra psicoemocionalidad directriz, para parar la maquina de la  autodestrucción, porque al retenernos aislados y tantas veces en soledad, impotentes y sometidos a las consecuencias de lo que hemos creado entre todas, nos está haciendo parar y entrar en nuestro interior. Y encontrarnos sin intermediarios con lo que llevamos dentro y no hemos sido capaces de descubrir por las buenas. Y lo más llamativo es que no es un "castigo divino", es el resultado lógico de una forma de vida terrible, que vive parasitando la energía del Otro, controlando, manipulando, traficando, huyendo sin saber adónde ni de qué. Huyendo en manada egocéntrica de entrar en el verdadero santuario: nuestra conciencia,que aún está por construir como colectividad y tejido trascendente. Algo que no es un lugar, sino un estado despierto, un plano que borra las limitaciones del prejuicio y del miedo y sus elementos: la soberbia, la ira, el egoísmo cegato, la violencia, la mentira, el odio, el rencor, la envidia y todos los excesos que nos acaban limitando y matando por dentro a base de la peor de las miserias: la que no se ve, y hasta tantas veces se camufla de virtud, y por eso  es letal sin remedio. 

Nuestros hermanos de Txarango lo explican divinamente en sus canciones, como por ejemplo en la de Nous camins  

Quan vinga la nit queda't aquí

apaga el soroll 

d'aquest mon boig

 
Por eso, cuando encuentro iniciativas como las del Ayuntamiento de València, por ejemplo,  sin prisas y sin pausas, tan positivas como realizables desde ya, recupero la esperanza y la confianza en nuestra propia especie.

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