El fasciocapitalismo se está viendo en las últimas. Los resultados de su larga indi/gestión lo están dejando en bolas sin que consiga remediar el lance final de sus propios manejos. Ya sé que el panorama repentino es desolador. Una hecatombe económica y si no despertamos, también social. Pero, está en nuestras manos darle la vuelta al fregado y mirarlo, justo, del modo en que el miedo no lo permite.
Lo primero, dejemos la distracción cotilla y la cháchara negativa. Leamos y escuchemos solo los hechos, lo que pasa, lo que sucede a nuestro alrededor. Aquello en lo que está a nuestro alcance mejorar o empeorar. La mera información objetiva. Nada más. Evitemos dejarnos barrer la mente por los comentarios adjuntos cuando solo añaden tensión, críticas vacuas, descalificaciones e intenciones destructivas para todo lo que no beneficia al sistem in failure.
De momento los contagiados y muertos son solo cifras, que ni siquiera podemos comprobar. No sabemos nada. No hay rostros ni constancia material cuantitativa. Solo un recuento diario de incidencias abstractas e irreales. Datos concretos que sepamos, poquísimos. ¿Quienes controlan ese sistema de recuento e información? ¿Quién conoce a alguien que explique claramente y sin barullos ni metáforas, qué procedimiento distingue la muerte por covid-19, de otra causa posible? ¿Quién nos dice que los mismos que quieren tumbar el gobierno no están infiltrados informáticamente en el sistema y añaden o quitan cifras para crear el caos y la desconfianza una vez que Europa les ha chafado el plan de hundir al gobierno de coalición y de corte discretamente social? Esa manipulación ya la hacen en las elecciones, usando la info antes de que se hagan los recuentos en los colegios y se hayan entregado las actas a los juzgados. ¿Cómo es posible acertar con tanta precisión y dar a las 10 de la noche unos resultados que no se han terminado de recontar hasta pasadas la 11 de la noche y a veces hasta pasadas las doce, teniendo en cuenta que antes de dar los resultados, hay que haber entregado las actas? Por pura lógica, no deberíamos dar crédito a estos terremotos de datos locos y sin responsables con credencial y credibilidad comprobadas. Quienes roban y protegen corruptos y ladrones estatales, quienes calumnian y se quedan tan a gusto, quienes establecen cloacas y pudrideros con el dinero público, quienes son capaces de asesinar a una presidenta de una Diputación porque no disponen de herramientas mejores para manifestar su enfado o su desacuerdo, quienes salen a la calle pidiendo libertad para ir de copas y cuando las copas se vuelven contagio le echan la culpa al gobierno que quiso ser complaciente con sus pijas reivindicaciones para ver si podría haber un acercamiento al bien común, quienes presumen y alardean de semejante historial, pueden hacer cualquier cosa. Para ello cuentan con las redes y la mierda habitual, con su falta total de lucidez y su sobrecarga de miseria ética. Con tales elementos sueltos y confundiendo democracia con enjuague como llevan haciendo desde que llegaron al poder, no debemos creernos nada que no veamos ni comprobemos directamente. De ahí, la importancia de centrarnos en el presente más próximo. Si ese estado de hiper contagio fuese cierto, no saldría nadie a la calle. Y la calle está llena de gente que respeta distancias, que lleva mascarilla y que cuando aparece alguien sin ella -muy pocas veces- se le recuerda su deber y el o la sin mascarilla se disculpa y se distancia. Ya la llevan hasta en las terrazas, que al principio no era así.
No, no nos falta conciencia, pero sí nos sobran manipuladores de la ingenuidad desinformada e intoxicada por la desinformación, sobran chorizos, mafiosos políticos sin escrúpulos, que ya no saben cómo recuperar el chollo que perdieron tras un gobierno desastroso para España, pero muy bueno para ellos, que acabó en una moción de censura con retraso. No les creamos. Ni nos dejemos influir por aquello que se cacarea pero no se puede comprobar, sobre todo estando inflitrados los mismos que han hundido la economía, han hecho una siniestra reforma laboral que raya el delito anticonstitucional, y con tal de volver al gobierno para seguir forrándose son capaces de todo lo peor. Han hecho un ley mordaza que nos priva del derecho a la libertad de expresión si no decimos y confirmamos lo que ellos piensan. Se han inventado el delito del odio,seguramente porque es su especialidad y les es muy familiar.
Así que seamos cautos y pillemos con pinzas el griterío mediático. No les hagamos la cama, que es lo que buscan. Y sobre todo, ajustemos los dimes y diretes a la realidad, como por ejemplo, ¿por qué es Catalunya el territorio más afectado y Madrid está mejor, de repente, cuando ha sido una masacre de ancianos y tiene a los sanitarios y médicos de la sanidad pública en la calle denunciando las barbaridades? ¿Alguien puede creerse que la deficiente Ayuso está haciéndolo mejor que en Catalunya? Eso es imposible. Esos milagros no existen. Es el colmo manipular la verdad de la información y jugar con la salud de la ciudadanía por adicción al casino del ppoder. Qué asco, xd! Es tanta la mugre que huele hasta de lejos y delata a sus interventores.
Esa ciénaga no va con nosotros. La rechazamos de plano. Y no debemos creernos nada que no hayamos visto y comprobado en directo. Es el tiempo de la mentira rentable,que caerá pro su propio peso en cuanto dejemos de creerla y aceptarla como si fuese verdad.
En realidad salimos a la calle, vamos a la compra, damos un paseo, respetamos las normas y hablamos unos con otros. Un poco más de lejos, es cierto, pero ahí estamos. Las cosas van funcionando. Y nosotros aprendiendo, adaptándonos a este presente que es en realidad la única certeza de que disponemos. Por muy buenos cálculos que podamos hacer para el futuro y por mucha nostalgia que nos produzca el pasado la única realidad que tenemos delante sin paliativos es el presente de indicativo, ni siquiera el subjuntivo ni el potencial nos sirven para el afán diario en un tiempo totalmente fuera del control habitual, como este.
De momento los contagiados y muertos son solo cifras, que ni siquiera podemos comprobar. No sabemos nada. No hay rostros ni constancia material cuantitativa. Solo un recuento diario de incidencias abstractas e irreales. Datos concretos que sepamos, poquísimos. ¿Quienes controlan ese sistema de recuento e información? ¿Quién conoce a alguien que explique claramente y sin barullos ni metáforas, qué procedimiento distingue la muerte por covid-19, de otra causa posible? ¿Quién nos dice que los mismos que quieren tumbar el gobierno no están infiltrados informáticamente en el sistema y añaden o quitan cifras para crear el caos y la desconfianza una vez que Europa les ha chafado el plan de hundir al gobierno de coalición y de corte discretamente social? Esa manipulación ya la hacen en las elecciones, usando la info antes de que se hagan los recuentos en los colegios y se hayan entregado las actas a los juzgados. ¿Cómo es posible acertar con tanta precisión y dar a las 10 de la noche unos resultados que no se han terminado de recontar hasta pasadas la 11 de la noche y a veces hasta pasadas las doce, teniendo en cuenta que antes de dar los resultados, hay que haber entregado las actas? Por pura lógica, no deberíamos dar crédito a estos terremotos de datos locos y sin responsables con credencial y credibilidad comprobadas. Quienes roban y protegen corruptos y ladrones estatales, quienes calumnian y se quedan tan a gusto, quienes establecen cloacas y pudrideros con el dinero público, quienes son capaces de asesinar a una presidenta de una Diputación porque no disponen de herramientas mejores para manifestar su enfado o su desacuerdo, quienes salen a la calle pidiendo libertad para ir de copas y cuando las copas se vuelven contagio le echan la culpa al gobierno que quiso ser complaciente con sus pijas reivindicaciones para ver si podría haber un acercamiento al bien común, quienes presumen y alardean de semejante historial, pueden hacer cualquier cosa. Para ello cuentan con las redes y la mierda habitual, con su falta total de lucidez y su sobrecarga de miseria ética. Con tales elementos sueltos y confundiendo democracia con enjuague como llevan haciendo desde que llegaron al poder, no debemos creernos nada que no veamos ni comprobemos directamente. De ahí, la importancia de centrarnos en el presente más próximo. Si ese estado de hiper contagio fuese cierto, no saldría nadie a la calle. Y la calle está llena de gente que respeta distancias, que lleva mascarilla y que cuando aparece alguien sin ella -muy pocas veces- se le recuerda su deber y el o la sin mascarilla se disculpa y se distancia. Ya la llevan hasta en las terrazas, que al principio no era así.
No, no nos falta conciencia, pero sí nos sobran manipuladores de la ingenuidad desinformada e intoxicada por la desinformación, sobran chorizos, mafiosos políticos sin escrúpulos, que ya no saben cómo recuperar el chollo que perdieron tras un gobierno desastroso para España, pero muy bueno para ellos, que acabó en una moción de censura con retraso. No les creamos. Ni nos dejemos influir por aquello que se cacarea pero no se puede comprobar, sobre todo estando inflitrados los mismos que han hundido la economía, han hecho una siniestra reforma laboral que raya el delito anticonstitucional, y con tal de volver al gobierno para seguir forrándose son capaces de todo lo peor. Han hecho un ley mordaza que nos priva del derecho a la libertad de expresión si no decimos y confirmamos lo que ellos piensan. Se han inventado el delito del odio,seguramente porque es su especialidad y les es muy familiar.
Así que seamos cautos y pillemos con pinzas el griterío mediático. No les hagamos la cama, que es lo que buscan. Y sobre todo, ajustemos los dimes y diretes a la realidad, como por ejemplo, ¿por qué es Catalunya el territorio más afectado y Madrid está mejor, de repente, cuando ha sido una masacre de ancianos y tiene a los sanitarios y médicos de la sanidad pública en la calle denunciando las barbaridades? ¿Alguien puede creerse que la deficiente Ayuso está haciéndolo mejor que en Catalunya? Eso es imposible. Esos milagros no existen. Es el colmo manipular la verdad de la información y jugar con la salud de la ciudadanía por adicción al casino del ppoder. Qué asco, xd! Es tanta la mugre que huele hasta de lejos y delata a sus interventores.
Esa ciénaga no va con nosotros. La rechazamos de plano. Y no debemos creernos nada que no hayamos visto y comprobado en directo. Es el tiempo de la mentira rentable,que caerá pro su propio peso en cuanto dejemos de creerla y aceptarla como si fuese verdad.
En realidad salimos a la calle, vamos a la compra, damos un paseo, respetamos las normas y hablamos unos con otros. Un poco más de lejos, es cierto, pero ahí estamos. Las cosas van funcionando. Y nosotros aprendiendo, adaptándonos a este presente que es en realidad la única certeza de que disponemos. Por muy buenos cálculos que podamos hacer para el futuro y por mucha nostalgia que nos produzca el pasado la única realidad que tenemos delante sin paliativos es el presente de indicativo, ni siquiera el subjuntivo ni el potencial nos sirven para el afán diario en un tiempo totalmente fuera del control habitual, como este.
Nuestra mente puede ser nuestra aliada más creativa y despierta o nuestra dinamitera psicoemocional más devastadora. Todo depende de cómo gestionemos la energía de nuestros pensamientos. En realidad todas y todos somos jefes y jefas de estado. Nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones son nuestro territorio, nuestro pueblo sostenedor, nuestros tejidos , órganos y sistemas son nuestras instituciones, tenemos como ciudadanía a millones de células, de átomos, partículas y moléculas inteligentes que obedecen cada orden, cada impulso, cada sugerencia e intención que les comunicamos mediante el pensamiento, el silencio y la palabra. El canto, el suspiro, la risa y las lágrimas, el bostezo, el gruñido, y los estados de ánimo en general. La escritura, el dibujo, la pintura, la música, el comer, el descansar, el movimiento, el reposo, la calma o la aceleración. El qué, el cómo, el dónde y el cuándo, por encima del tanto y del cuánto, de lo bueno y lo malo.
Somos jefes de estado de nuestros pueblos íntimos. Todos los bioelementos inteligentes que nos componen y nos hacen posibles dependen de nuestra energía sensible e inteligente, la que da nolugar y notiempo y permite el aliento vital, que decía Henry Bergson. El 'alma' y su manifestación gestora e inseparable que es la conciencia, son el producto interior desembrutecedor del espíritu omnipresente y cósmico que nos hace humanos y nos impulsa a crecer por dentro sin encadenarnos por fuera. Es decir, a crecer en libertad, en autonomía, en felicidad serena, que supera con holgura los estados meramente eufóricos. Que también son estupendos, pero siempre transitorios e incompletos porque dependen de los estímulos externos y no son el resultado de la energía inmanente que trasciende sin agotarse en ello, como le pasa a la euforia solo emocional, sin pasar por el filtro moderador de la razón y su varita nada mágica, siempre operativa y despierta, analítica y sintética en un mismo reconocimiento gestor de emociones e ideas.
Si nos ponemos seriamente a descubrir ese microcosmos que somos, experimentaremos casi instantáneamente cambios de percepción en zonas y planos de la realidad que nunca habríamos descubierto si no activamos esa jefatura de estado fundamental al que pertenecemos y nos pertenece sin ansias de poder ni ambiciones aparatosas. Más bien lo opuesto: la conciliación y otro tipo de "poder", que no es mangonear sino servir para algo tan sano, transparente y limpio como eficaz y compartible en sustancia y energía transformadora.
Para empezar, disfrutemos respirando. Mientras paseamos, por ejemplo, por un lugar tranquilo, y con árboles o jardines alrededor. Se puede hacer con la cooperación de la mascarilla, dejando entre los cordones que fijamos en las orejas, un cruce , como una X, que deja un espacio libre entre cada oído y cada pómulo. Mejor empezar vaciando los pulmones, soplando por la boca y cuando sentimos el vacío interior, respirando lentamente por la nariz, paramos unos segundos y volvemos a expulsar el aire. Cuando hayamos conseguido sentir bienestar y calma interior, podemos ir conectando conscientemente con nuestras células, con zonas del cuerpo que nos den señales de cansancio, molestias, tensión, o simplemente que se hacen notar sin nada más específico que una sensación indefinida. Nuestra respiración es el lenguaje inteligente que nos comunica e interactúa en nuestra democracia fisiológica, anatómica y metabólica. Pensemos que sin que sepamos nada de estas experiencias en el plano consciente, nuestros pueblos psicofísicos ya sienten y absorben nuestra energía sin que nosotros la cuidemos ni enviemos intencionalmente. Así funcionan solo desde una mecánica huérfana de alma consciente. Y ahora pensemos en lo que vamos a ir descubriendo si aprendemos a utilizar la respiración unida con alma y consciencia, como alimento y medicamento reconstituyente y curativo, repartiendo esa energía por todo el sistema biológico, emocional y mental.
Hay testimonios de ex-prisioneros supervivientes de los campos de exterminio nazi que practicaron por mera intuición esa disciplina interna y lograron sobrevivir y recuperarse posteriormente, cultivando por dentro el dominio sutil de la energía mental, emocional y respiratoria. Uno de ellos fue Viktor Frankl (El hombre en busca de sentido), otro Primo Levi (Se questo è un uomo), Hanna Arendt(La banalidad del mal) y seguramente muchos y muchas más que no han escrito sobre ello pero lo vivieron sin duda, de lo contrario no hubiesen podido sobrevivir bajo el peso y la carga de la oscuridad, el dolor y la desesperación. Sus estados internos se habrían extinguido por falta de gobierno íntimo, prisioneros y aplastados por las circunstancias externas, que cuando nos atrapan y nos vacía por dentro, nos destruyen sin remisión.
Ahora mismo estamos presos en otro campo de brutal e irracional dureza exterminadora, en el que nadie sabe nada y todo está por descubrir. Y cuando se cree haber dado en la tecla todo se desmorona como un castillo de arena. Esta vez el Treblinka lo hemos ido fabricando entre todos. Y entre todos habrá que desmantelarlo.
No olvidemos que el recurso infalible es la conexión respiratoria, que el oxígeno es el soplo material del espíritu. Por ello nacemos con la primera respiración y nos vamos con la última. No es casualidad, es la llave y la combinación de la caja fuerte donde el universo inteligente guarda el tesoro de la vida y sus sorprendentes recursos inéditos. Un tesoro que el capitalismo nunca podrá descubrir ni disfrutar mientras sea rehén del monstruo que ha creado: la locura del dinero como único dios y factotum. Un cíclope que guarda la salida de la caverna para que no nos escapemos de sus dominios.
Posiblemente el que nos falle el negocio turístico en un momento tan crudo, es muy elocuente, y sea lo que nos despierte de una vez. Quizás así, los fondos europeos de ayuda se inviertan en otras iniciativas menos jaraneras y más inteligentes en vez de tirara el dinero en jolgorio turístico que cuando llegan las vacas flacas es lo primero de lo que se prescinde, mucho mejor invertir en producción propia de recursos, en una agricultura y alimentación de proximidad, en cuidar los bosques y los pueblos cercanos, para que no crezcan ni se propaguen los incendios. Por ejemplo, hay pueblos como Chelva, en València, que disponen en el campo de fosos metálicos con tapadera, para quemar rastrojos y basuras orgánicas, así es imposible que se queme nada por descontrol de un soplo de aire, por ejemplo. Otra idea que daría trabajo sería la fabricación de depósitos ecológicos contenedores de las aguas de lluvia, como hacían los romanos, evitando la evaporación y la contaminación de los pantanos y aprovechando las torrenteras que en vez de inundar todo se almacenarían mediante cauces ad hoc, en las zonas de desbordamientos habituales. De ese modo en época de sequía no faltaría el agua para el riego y se evitarían desastres en las cosechas.
En fin, el capitalismo tal y como se ha deteriorado y corrompido es un cáncer social y económico, y su desarrollo patológico va unido al descuido y al desastre de los seres humanos que arrastrados por los efectos se han olvidado de las causas. Y son incapaces de relacionar lo que les pasa con lo que hacen, su modo de vida en desastre globalizado y las consecuencias nefastas hasta para la propia supervivencia. Seguramente España es en este momento el experimento de laboratorio socioeconómico y político, de que disponemos para regenerarnos. No insistamos en recuperar y despilfarrar recursos en lo que no tiene futuro y empleenlo en crear aquellas infraestructuras imprescindibles para la vida y la salud, la educación y el trabajo digno, no en la alienación de las prisas chapuceras a las que el pueblo español es tan adicto y tan hooligan. Ya no podemos estar entretenidos jugando al pan y circo como hacían en la Roma imperial para tener a las masas entretenidas y ahora se sigue haciendo con los medios audiovisuales, los juegos de azar y las redes sociales. Más el picoteo constante de la bulocracia.
Esta crisis no se solucionaría ni aunque le tocase el gordo de la lotería a todo el mundo a la vez. Al contrario eso produciría sin duda el fin del mundo en unas cuantas semanas, dado el nivelón evolutivo de que difrutamos.
No olvidemos jamás, por la cuenta que nos tiene, que tanto el problema como las soluciones somos nosotros y nosotras. Dime lo que te pasa y te diré como vives. Dime lo que estás y no estás haciendo y te diré lo que te va a pasar. No hay que ser un oráculo de Delfos, una sibilla de Cumas ni Sandro Rey para verlo venir y no al toro pasado del "ya lo sabía". Es pura lógica, ni más ni menos. Ainsss!!!
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¿Y esto quién lo investiga, quién lo explica, quienes lo permiten, quienes lo avalan y quienes lo disfrazan? Ppío, ppío, que yo no he sío...¿Por qué de estos virus nunca se oyen comentarios en La Sexta Noche, por ejemplo? También te digo que tiene mucha lógica que este menú no sea adecuado para el delicado paladar del florentino Despacho Oval...
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¿Y esto quién lo investiga, quién lo explica, quienes lo permiten, quienes lo avalan y quienes lo disfrazan? Ppío, ppío, que yo no he sío...¿Por qué de estos virus nunca se oyen comentarios en La Sexta Noche, por ejemplo? También te digo que tiene mucha lógica que este menú no sea adecuado para el delicado paladar del florentino Despacho Oval...
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