Además de ser uno de los países más afectados por la pandemia, en Brasil ya ha comenzado la temporada de incendios forestales.
La agencia
gubernamental de investigación espacial de Brasil (INPE), detectó en el
mes de junio 2.248 incendios en la selva tropical amazónica, un aumento
del 20% con respecto al mismo mes del año pasado. Ha sido el peor mes de junio en cuanto a incendios en los últimos 13 años.
La llegada de la
temporada seca, sumado a la agenda anti ambiental del gobierno de
Bolsonaro, han disparado el número de fuegos, que acabarán provocando el
aumento de la deforestación ilegal. El año pasado, más
de 10.000 kilómetros cuadrados de bosque desaparecieron (una superficie
mayor que toda la Comunidad de Madrid). Los expertos vaticinan que este verano será aún peor que el de 2019 y, unido a la crisis sanitaria que sufre el país, la biodiversidad de la Amazonia y los pueblos indígenas que la habitan se enfrentan a una triple amenaza.
sol, los
bosques, en especial la Amazonia, son una de nuestras mejores armas en
la lucha contra el cambio climático, por su función como sumideros de
carbono. En Greenpeace llevamos más de 30 años trabajando para protegerlos, ayúdanos a defender los bosques >>
La invasión y
destrucción de la selva amazónica por parte de empresas y colonos para
dar paso a la agricultura (fundamentalmente pastos para ganado y
cultivos de soja), ha acercado el coronavirus a las comunidades indígenas, que están fuera del alcance de los recursos médicos. La amenaza se cierne sobre 180 comunidades y 400.000 personas indígenas que han vivido en la Amazonia durante cientos de años.
El presidente, Jair Bolsonaro,
ha eliminado por completo las políticas de protección ambiental desde
que asumió el cargo, alentando actividades económicas como la minería,
la ganadería y el cultivo de soja, actividades que son incompatibles con
la conservación de la la Amazonia.
En Greenpeace
trabajamos para exigir al Gobierno brasileño que asuma su
responsabilidad, adopte medidas urgentes y ponga la protección ambiental
por encima del desarrollo económico. Al mismo tiempo, también cooperamos con otros grupos para proporcionar suministros médicos a los pueblos indígenas y garantizar su bienestar.
Para hacer
frente a la emergencia climática, cada segundo cuenta. Con tu apoyo
podremos seguir investigando y monitoreando la deforestación en el
Amazonas, señalando a los culpables de su destrucción y exigiendo a las
principales empresas que se hagan responsables y empiecen a proteger la
selva y los derechos de los pueblos indígenas. ¡Únete a Greenpeace! >>
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En
Greenpeace no aceptamos subvenciones públicas, ni aportaciones
económicas de empresas o partidos políticos. Todo lo que hacemos es
gracias a la contribución de personas como tú.
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