¿La bolsa o la vida?

Desde que se puso en marcha el gerontocidio selectivo en esta pandemia estoy dándole vueltas a los porqués que han convertido el exterminio de la tercera edad contagiada por el covid-19 en otra cara más de esta "normalidad". Y en ese ejercicio he ido llegando a unas cuantas conclusiones que podemos compartir y revisar, haciendo un ejercicio de conciencia personal y social. 

Confieso que al encontrar las primeras noticias sobre esa espeluznante y devastadora realidad me quedé en estado de shock. La naturalidad con que se daba la noticia, hasta por parte de algunos médicos y sanitarios,  producía escalofríos. El sistema abandonaba a su suerte a los ancianos enfermos y los dejaba morir en silencio y distancia, en las residencias, desconectados de asistencia médica y familiar, porque en su lógica demencial considera que los viejos son materia de desecho y es un despilfarro malgastar en ellos y ellas los deficientes medios sanitarios, que los recortes económicos de los últimos gobiernos antisociales han venido practicando sin parar. Si de todos modos se iban a morir cualquier día de cualquier cosa...¿para qué despilfarrar recursos en semejante  ejercicio sanitario buenista, tontorrón y tan poco práctico? 

Especialmente lo de Madrid ha sido digno de una peli de terror. Esa frialdad de sicópatas explicando en la tele los motivos "lógicos" del genocidio hospitalario, es digna de una tesis doctoral freudiana. Había que ser prácticos, sensatos, y elegir sin más remedio entre salvar la vida de los jóvenes y la de los viejos. Y está clarísimo que los viejos no pintan nada en este mundo y encima cobrando  pensiones del estado por su cotización laboral con los impuestos que pagaron durante años, ¡por trabajar! Como si las pensiones no fuesen el producto de su propio ahorro, ya que de cada sueldo cobrado en el curro se pagan impuestos durante toda la vida laboral, tanto para el estado como para la hucha del futuro cuando ya no se puede seguir en el tajo por la edad y la salud. Pero el sistema pretende que las pensiones pasen a ser un negocio para la banca amiga, que aporta las puertas giratorias a beneficio de los legisladores, que también consideran sus carreras políticas como un plan de pensiones a todos los plazos, cortos, medios y largos. 

¿Qué pueden importar las vidas de mindundis envejecidos, anónimos y del montón, sin genio ni figura, y hechos una pena por culpa de cualquier enfermedad, cuando hay que ocuparse en proteger a los monarcas de cualquier edad y orientación moral? ¿Qué pueden aportar generaciones ya usadas y desgastadas, qué importa si son sabios, si pueden cooperar dando ideas que les ha aportado la experiencia, qué importa que sean ricos en cosas que no se cuentan, ni se miden ni se pesan? No estamos para decir tonterías blandengues, ni para conservar lo viejuno en formol, sino para destrozar con mucha marcha todo lo que no nos cuadra con las hormonas. ¿Quién tiene tiempo para cuidar ancianos cascados, con la de viajes que hay que hacer a Las Vegas por la ruta 66? ¿Qué sabrán de ciencia y tecnología esos vejestorios y sus batallitas del franquismo y su renovación democrática convertida en Juego/jugo de Tronos? A por ellos oé, que ya está bien de aguantar que usen sus pensiones para mantener a familiares en paro. Encima, prepotentes y haciéndose los mártires, xd! ¿Qué más quieren que una buena muerte discreta, a buen recaudo, bajo techo, y no debajo de un puente?

Es como escuchar las razones de Hitler en los años 30 del siglo pasado, cuando se convirtió en el Fürer y decidió hacer en Alemania lo mismo que la sanidad española del siglo XXI, solo que allí y entonces las víctimas fueron los minusválidos y los deficientes mentales. Se decidió que eran un lastre para la economía, que estaba fatal tras la Primera Guerra Mundial,  y, sobre todo, para el look de la raza aria, que con una caterva de tarados, paralíticos, retrasados y dependientes perdía todo su glamour Walhala fashion. Así que se decidió tener el detalle de gasearlos y hacerles pasar a una vida mucho más cómoda para todos. Es el mismo razonamiento que estos días ha presidido la humanísima iniciativa de liquidar abuelos mediante una selección previa de posiblidades vitales de supervivencia. Para estos gestores de la morgue social la vida humana solo tiene razón de ser si produce beneficios al capital, cuando esto no es así, y produce más gastos que ganancias la vida humana estorba, porque causa demasiadas molestias y demasiados gastos innecesarios si ya los desechos no se van a poder rentabilizar comodioshmanda. A no ser, claro está, que se pertenezca la clase forrística, en cuyo caso no hay problema alguno porque todo queda entre esa élite que nunca tiene problemas de manutención y sostenimiento porque tiene en el bolsillo la llave de todas las despensas. 

Ante semejante barbaridad alucinógena se caen todas las máscaras en el baile de ese eterno carnaval. Es decir, que los mismos que se descomponen cuando se pronuncian palabras como aborto o eutanasia, no tienen ningún reparo en perpetrar asesinatos legales y muy convenientes para el funcionamiento de su establishment económico-financiero. Para ese dechado de virtudes organizativas una mujer que aborta un zigoto de tres semanas o cuatro y de unos pocos centímetros, porque no puede asumir la maternidad ni está en condiciones de ser madre de nadie, es una asesina, o un enfermo terminal que no puede más con su vida a la que ya no le ve sentido alguno si no es como carga insufrible para su entorno, decide abandonar este mundo dignamente y dejar de padecer,a lo que tiene todo el derecho, es un suicida digno del infierno para toda la eternidad...y quienes lo ayudan y le acompañan en su decisión,porque así lo ha pedido y suplicado, unos homicidas que deben ir a la cárcel...En cambio decidir quienes deben morir o vivir según el gasto y las molestias que causen, según su edad y posición social, a una sanidad esquilmada, desorganizada y falta de recursos porque los gestores no la encuentran rentable para sus mecenas giratorios, es pura "normalidad" que no debe preocupar a nadie. 

Es el mismo planteamiento de los que recitan los mandamientos de la Ley de Moisés, como  "no matarás", "no mentirás", "no calumniarás", "no robarás", que van a misa todos los domingos como mínimo, comulgan, confiesan, rezan rosarios, celebran la crucifixión de alguien que vivió y murió en las antípodas de las religiones del paripé, y a continuación explotan fábricas de armamento para que se maten otros mientras  ellos se hacen de oro vendiéndoles las armas ad hoc, para que se maten con toda eficiencia y precisión. 

¿Pero cómo es posible estar tan tarados y ni siquiera notarlo, ni sospecharlo, ni poner en cuarentena las propias programaciones cuando se ven sin tapujos los pésimos resultados de sus ocurrencias? ¿Cómo es posible ser un desastre constante y no perdonar ni una  a los demás e incluso ir chafando lo bueno que hacen otros, simplemente porque no lo han hecho ellos, aunque con esa torpeza perversa e idiota estén siendo una verdadera desgracia, una plaga demoledora, para una sociedad que se ve obligada por las leyes y la Constitución a mantenerlos e incluso a tolerarlos como legisladores terminators, pero intocables en sus privilegios?

El apego al poder, al dinero, a la rapiña, al éxito de masas, al estatus prepotente, al control de los demás y al descontrol de sí mismos, etc, etc, es una patología y vivir dependiendo de ella es el camino directo a la extinción de la especie, de la Naturaleza, del Planeta y de la vida, que además de física es emocional, mental, sensitiva integradora, energética, holística y por ello, autoconsciente y como síntesis, espiritual. ¿Qué quiere decir ser espiritual? ¿Estar en la parra y en la inopia? ¿Ser cursis porque cuando se dice amor no se está pensando en acostarse con alguien ni en atarlo y pasearlo como a una mascota sino en aceptarlo y valorarlo como  a un igual con quien compartir estados sanos, libres, bellos, prácticos y creativos? Espiritual no es sinónimo de religioso como siempre se ha pretendido. Se puede ser muy religioso y tan inconsciente y elemental como una gallina o un cerdito, pero sin su inocencia. Incluso a veces hay en algunos animales más espíritu que en muchos seres humanos. Francisco de Asís, ya en plena Edad Media así lo percibió a lo largo de su vida en todos los elementos, plantas, animales, tierra, agua, fuego, astros...No estaba loco, ni era un fanático. Simplemente era un hombre realizado desde libre conciencia, que había trascendido el plano burreras en el que al ser proto-humano le encanta vivir aferrado, cosido a él por el miedo, la idiotez y la majadería. 

Ojalá seamos capaces de aprovechar esta pandemia para aprender a leer el lenguaje de la vida más evolucionada, a poner en solfa todas las falsas seguridades, los mantras mediáticos, los dogmas, los cuentos chinos, las rutinas mentales que nos alienan  y nos taran con sus 'seguridades' de pacotilla. Ojalá despertemos y veamos en qué red de Mordor está atrapada la humanidad, rodando hacia su autodestrucción, que no es la muerte física, sino la disolución  del Ser en potencia que en este plano de la existencia podemos descubrir y disfrutar dando en vez de acaparando, compartiendo en vez de arrebatando, respetando y comprendiendo en vez de mangoneando y manipulando, abriendo nuestra mente, sentidos, emociones, sentimientos y voluntad a esa luz interna y suave que mana de nuestro Ser como una fuente sin límites cuando le dejamos hueco para manifestarse en libertad auténtica. Entonces descubrimos que somos las notas de una partitura infinita de la que también somos coautores y danzantes. Y entonces empezaremos a entender, por ejemplo, a Juan de Yepes, considerado un místico, cuando de místico (oculto, secreto, misterioso) no tiene nada: es pura transparencia, un viviente en plenitud, como un chiquillo que acaba de descubrir la evidencia de una felicidad sin fronteras que nada ni nadie le puede arrebatar, pase lo que pase,  y que canta cosas como estas:

"En la interior bodega 

de mi amado bebí

y cuando salía 

por toda aquesta vega,

ya cosa no sabía, 

y el ganado perdí

que antes seguía.

Mi alma se ha empleado

con todo mi caudal

a su servicio

ya no guardo ganado

ni ya tengo otro oficio

que ya solo en amar

es mi ejercicio" 

Y lo mejor de lo mejor es que en realidad, todas y todos somos átomos de Juan de Yepes, Rumi, Gandhi, Che Guevara, Buda, Jesús, Mandela y Luther King, Chomsky , Naomi Klein, Rosa Luxemburgo, Hildegard von Bingen, Pablo Bustinduy, Xavi Domènech, Julio Anguita  o Yayo Herrero. Es muy triste que no lo descubramos entretenidos con fanfarrias sin fuste y bagatelas que ahora son y en cuatro días dejan de ser...Ainsss!!!!

Ánimo hermanas y hermanos, que si elegimos despertar la tortilla se dará vuelta por sí misma. Y será para todas y todos, nadie se quedará con hambre. Ni con sed. Ni sin techo. Ni sin atención. Ni sin vida para ahorrar gastos y molestias al sistem in failure.