Es una buena noticia, siempre lo es cuando alguien se recupera y mejora. Pero sería una noticia magnífica que no lo fuera: que fuese normal para cualquier preso que no sea un político, el ser atendido en un hospital de primera y no morir en la enfermería de la prisión preventiva, sin juicio ni sentencia, olvidado y borrado de la lista de los vivos antes de morirse de abandono más que de enfermedad. La justicia sin igualdad es una mascarada inútil y cruel

La salud de Zaplana mejora
tras pasar un mes hospitalizado (Público)