miércoles, 16 de enero de 2019

Es el resultado de la insolidaridad capitalista en su salsa, Antón Losada. En una Europa solidaria y de esencia social y trabajadora consciente, no esclava de la banca y sus mercaderes, las cosas no serían tan deprimentes. Pero en una Europa capaz de tener bajo arresto marítimo al único barco que actualmente presta auxilio a los migrantes en peligro en el Mediterráneo y que paga mafias para que no le lleguen refugiados, que, además de cumplir con un deber hacia el derecho humano fundamental como lo es el derecho a la vida, podrían sacarla del estancamiento en natalidad, en mano de obra y en amplitud de miras, lo del Brexit se queda en una consecuencia más de tanta torpeza y nacionalismos mal entendidos. Si la UE ha sido capaz desde 2008 de tener la bota sobre el cuello de su propio cuerpo, que es la Europa de del Sur, sin tener agallas para enfrentarse en defensa de sus pueblos al poderío cacique de Wall Street y a su Minotauro fiambre, como lo define Varoufakis...no va a preocuparse ahora por la menudencia del Brexit. Es incapaz de ver que ese proceso es una gotera gigante en el techo superguay de su aparatosa construcción sin cimientos éticos ni de verdad políticos...Solo eurovisiva y bullanguera. Una euro-parafernalia, una Europa chopped e incomestible para más inri. Ains! Quizás vaya siendo hora de un cambio profundo en la conciencia de los pueblos, de quitar fronteras a las mentes, a los corazones y las culturas, de globalizar la empatía y la cooperación, y no solo los intereses de los holdings... No sé, digo yo...

El brexit es nuestro problema

Los carismáticos líderes y estrategas que llevaron la opción de salida a la victoria están desaparecidos, huidos, escondidos, callados y, en algunos casos, investigados y procesados por la Justicia
El espectáculo que está dando la UE y los países que, como España, deberían estar liderando este momento crítico en el proceso de construcción europea resulta aún más triste y deprimente





La Cámara de los Comunes celebra la crucial votación del "brexit"
La Cámara de los Comunes celebra la crucial votación del "Brexit" EFE
Por imposible que parezca, hay algo aún más descorazonador que contemplar cómo la sociedad y la política británicas pagan caro las consecuencias de haber tomado una decisión compleja sin darse el tiempo y el conocimiento necesarios, convirtiendo la deliberación democrática en una  soap opera tuitera, donde lo que dice alguien en YouTube vale lo mismo que cuanto expliquen un economista, un jurista o un ingeniero de prestigio en la BBC. Si no me creen, no tienen más que ver la fenomenal película Brexit, The Uncivil War producida por HBO y luego preguntarse dónde están los carismáticos líderes y estrategas que llevaron a la victoria a la opción de salida: desaparecidos, huidos, escondidos, callados y, en algunos casos, investigados y procesados por la Justicia.
El espectáculo que están dando la UE y los países que, como España, deberían estar liderando este momento crítico en el proceso de construcción europea resulta aún más triste y deprimente que el show que llega del reino de su Graciosa Majestad. Se hace molesto seguir a los tories en su tradicional juego de tronos con los intereses de su país y sus ciudadanos. Resultan sorprendentes e irritantes los titubeos y el cortoplacismo que está acreditando un líder laborista, Jeremy Corbyn, que hasta ahora siempre había demostrado firmeza en sus convicciones y visión a largo plazo. Pero se vuelven incomprensibles y asombrosas la pasividad acreditada por la instituciones comunitarias y la abrumadora falta de visión acreditada por todas la cancillerías europeas, aparentemente convencidas de que su trabajo y su misión era negociar un buen acuerdo de salida con Gran Bretaña y que, hecho eso, todo lo que venga ya no corresponde a su negociado.





Con esa prepotencia burocrática tan propia de la Comisión Europea y el Consejo de Europa, que tanto daño ha hecho a la legitimidad del proceso de construcción europeo y tanto combustible ha regalado a los euroescépticos, desde este lado del Canal de la Mancha se miran los denodados esfuerzos de Theresa May por salvar un Brexit, al que se opuso, como si fueran un problema que ella se hubiera buscado por su mala cabeza; o como si la desorientación y la confusión que reina en la Islas constituyeran una especie de castigo divino reservado para los pueblos que votan mal. Nadie lo dice pero parece que muchos lo piensan: "Que se jodan".
A ver si nos vamos enterando. No se puede construir Europa sin Gran Bretaña y lo que suceda allí afecta directamente a nuestras vidas; no es su problema, es nuestro problema. No se puede revertir el Brexit confiando únicamente en el miedo al abismo. Hay que dotar al proceso de una legitimidad política y democrática imposible sin el compromiso de la UE. La forma de impedir una epidemia de exits, alimentados por el crecimiento de la extrema derecha en el continente, no pasa por darles una lección a los británicos para que sirva de escarmiento a todos los aventureros euroescépticos, sino por convertir esta crisis en una oportunidad para demostrar que la cooperación y la idea de Europa ofrecen la mejor oportunidad de futuro que podemos tener.




No hay comentarios: