viernes, 4 de noviembre de 2016

Estado de inquisición. O peor el remedio que la enfermedad.



Una vez más la alianza indecente entre la politi-costra y sus medios afines han vuelto a lo de siempre, al recurso rastrero y fariseo, que es lo que mejor se les da cuando no hay mayorías absolutas disponibles que garanticen el achantamiento  social ante lo irremediable. Esta vez el régimen se ha salvado por los pelos y no está acostumbrado a ir en precario ni temer a la plebe, lo habitual es tenerla bajo la bota sin dejarla respirar con una natural mayoría absoluta, ciega y suicida, pero esta vez ha costado achantarla mucho más de lo normal, ha habido que suplicar al enemigo figurado de siempre, ese psoe que lo mismo sirve para un roto que par aun descosido, que se estire y coopere al máximo, hasta su propio exterminio si fuera menester, para salvar a la ppatria, aún así, la puñetera plebe tiene por primera vez en la historia más escaños que nunca, hasta ha terminado por ponerse de acuerdo y pasar por alto las diferencias importantes, con tal de cambiar las cosas. A tal punto ha llegado la cosa, que esa izquierda maldita sin intención alguna de incordiar más de la cuenta, ha sido convertida en oposición por el mismo partido socialista. No contentos con endosar semejante marrón a la sufrida izquierda, se han propuesto hacer un alarde de poderío tal que la quieren ya derrotada antes de que empiece la legislatura, que se están viendo el percal y no les mola lo que ven en la pantalla-plasma del futuro. Así que han tirado de la retaguardia mediática y la han puesto a la greña lanzando desde su trinchera  un ataque sorpresa a base de ansones, indas, marhuendas y demás armamento bífido y pringoso, cazatalentos del títere y del rumor manipulado, del juicio temerario y las insinuaciones-calumnia, esas verdades a medias, son mentalmente como títulos alarmantes en mayúscula y negrita, con la explicación debajo, entre paréntesis y en letra pequeña. Un sucio juego psicológico y propagandístico. Una vez más usando el método Fray Gerundio de Campazas, algo parecido a esto: 

¡PILLADO CON LAS MANOS EN LA MASA EL CONCEJAL DE PODEMOS RASTÁN DEMAGOGIEZ EN PLENA CORRUPCIÓN, ELLOS SE CORROMPEN IGUAL QUE TODO EL MUNDO, FALTARÍA MÁS, NOS CORROMPEN A UNO, CORROMPEMOS A TODOS! (Demagógiez ya apuntaba maneras, a la edad de 12 años cambió en la escuela un cromo de Batman por treinta de Supermán y una piruleta sin azúcar a medio chupar por tres bollicaos, que le sisó sin escrúpulo alguno en el recreo a un niño diabético; para hacer algo así hay que tener muy mala sangre -esto no va por el diabético sino por el infame concejal capaz ya desde chico de ser un especulador sin entrañas-)   



En semejante plan está clarísimo que las noticias darán constantemente el campanazo. También está clarísimo lo que la prensa y el régimen piensan de la plebe con tal máquina de fango puesta a todo rendimiento en el peor y más zafio rollo Berlusconi. La mafiosidad no se reduce simplemente a cuestiones de dinero con prevaricación, cohecho y tramas corruptas desde la cúpula a la base en una ida y vuelta constante, también es mafioso asociarse para difamar con calumnias e insinuaciones turbias, que recuerdan más al Torrente de Santiago Segura, al vigilante impresentable o a la Viejalvisillo de José Mota, que a unos profesionales de la información y a unos gestores serios de la cosa pública, bien es verdad que cada vez es menos pública y mucho más privatizada, por eso precisamente, para compensar, la privacidad subjetiva del chismorreo miserable está asentándose en nuestra sociedad como el más eficaz y compartido de los bienes públicos.

Mientras se privatiza el tesoro público, las empresas del Estado, la sanidad, la vivienda de protección, la educación, la asistencia a los dependientes, las pensiones, las leyes y todo lo que pillan por banda, se cuida muchísimo que rajar al prójimo y despellejarlo a base de rumores e insinuaciones sin documentación ni pruebas objetivas de nada delictivo, se convierta en bien protegido y casi en patrimonio de la humanidad.


El caso Ramón Espinar, como los horripilantes y terroríficos casos Zapata, Maestre o Monedero, podría alcanzar con razón semejante histeria mediático-colectiva si se dieran algunas condiciones que desde luego no se dan ni de coña y mucho menos entre políticos demostradamente manguis, sinvergüenzas y sin escrúpulos en cooperación hermanada con banqueros paganinis para los políticos canallas y cobraninis para los ciudadanos estafados institucionalmente, y con el inri de periodistas encubridores y cómplices de esos interfectos que ya llevan AÑOS y AÑOS robando a saco y dejando el Estado en el chasis. Esas condiciones en primer lugar son, por ejemplo:
a) Un Estado digno, ético, nacido de un impulso consensuado hacia el bien común, incapaz de tapujos, conjuras, golpes bajos y marranadas e incluso terrorismo de estado 'necesario' para sostener la maravilla democrática de un enjuague picaresco y repulsivo al que llaman "patria" y cuya supuesta unidad es el principal interés de los gobernantes e instituciones, que mayormente viven de esa unidad forzosa que les paga una pasta casi siempre vitalicia, porque el que se engancha a la mamandurria no suelta el bocado ni muerto, como ejemplo ahí tenemos la F.F.F, la fundación del tirano y devotísimo genocida Francisco Franco.
b) Un sistema de gobierno limpio desde su inicio; elegido en las urnas por el sistema de un ciudadano un voto. Un jefe de Estado elegido o bien directamente en las urnas o por los votos de las portavocías en el Congreso.
c) Una Constitución que convierta en norma la decencia consensuada, revisando y votando cada título y artículo en las urnas, pasando por la aprobación de las asambleas populares y no solo por el apaño de un grupo de amiguetes interesados en mantener el chollo de casta por encima de cualquier indicio de soberanía popular, que luego se presenta a la votación como cosa hecha, terminada e irrevocable cual las tablas de la ley mosaica.
d) Un estado democrático capaz de no considerar el Estado como mamotreto inamovible e intocable y la democracia como un peligro que hay que atar corto, sino como una pedagogía cívica, colectiva y mutua entre lo constituido y lo constituyente, en formación y remodelación mutua y constante según van cambiando situaciones en la sociedad y en la historia del propio territorio y del mundo circundante.
e) Regirse antes que por leyes impuestas desde lo jurídico y lo penal, por un claro, sencillo y fundante código ético, basado y engendrado en el bien común, en el respeto a diversidad y a la libertad de conciencia que se va formando en el entramado de un tejido racional-emotivo sano que toma cuerpo individual y social de un modo simultáneo por medio de una educación formadora de conciencias libres, responsables, que aprenden previamente desde antes de recibir la información que da del estudio, antes de la alfabetización, del conocimiento de la teoría y de la ciencia, y así asimilan la realidad cotidiana desde la experiencia de vivir experimentando la vida mientras se descubre, aprendiendo a convivir, a observar, a discernir, a elegir, a trabajar el mundo y nuestra esencia humana mucho más que a obedecer sumisamente, y sin rechistar, mandatos "necesarios", que no educan, solo domestican, acostumbran, adocenan y matan la posibilidad de ese desarrollo que en España no existe y que tanto se admira en otros pueblos, como en Francia, Alemania, Finlandia o Noruega. Piensa mucha gente que la mejora de la enseñanza es solo cuestión de dinero y no es verdad; una cosa son los recursos mecánicos y otra la disposición del maestro, la riqueza que el enseñante aporta al hecho de acompañar en el crecimiento, que es el verdadero sentido de educar. No es adiestrar ni domar monos de circo pensante y memorizador, es ayudar a que nazca y crezca la conciencia individual que al mismo tiempo se hace colectiva por la convivencia en el descubrimiento de los otros, no como rivales sino como integrantes de la propia experiencia personal. Hacerse la escuela, crear la asignatura, recrear el lenguaje, los números, los conceptos e ir descubriendo el motor liberador de la Idea; recoger información de la vida y aplicarla a uno mismo y aplicar a la vida los recursos que de uno mismo van saliendo como nacen y crecen las plantas cuando hay siembra de ejemplo válido cercano y se va cultivando diariamente cada brote nuevo.
f) Sin hacer esos cambios de energía mental y emotiva, esas mutaciones conscientes en la concepción del propio existir, del propio ser, que sin un cambio educativo nunca serán posibles, nunca podremos resolver estas calamidades innatas que nos atornillan al potro del suplicio social, político, económico, legislativo, laboral, empresarial, religioso o laico si la misma "educación" es la adormidera que nos deja fuera de juego...Ni siquiera un estado laico y aconfesional nos proporcionaría ese desarrollo si no cambiamos el modo de educarnos.
¿De qué sirve la democracia en un redil o en un gallinero? ¿De qué sirve poder elegir en las urnas si no hay más criterio de elección que promesas huecas de individuos tan despistados, desnortados, éticamente deformes e insuficientes cognitivos como los que les votan?

Si no somos capaces de superar los ideologismos, las banderías, el sectarismo que solo ve bueno y perfecto lo propio y pésimo lo que no suena familiar o no gusta, simplemente porque tal vez ni siquiera se entiende, porque no se ha aprendido a escuchar, solo nos han enseñado a oír en masa, por inercia y a aceptar dogmas y consignas que emocionan, encienden el ánimo y dan una seguridad falsa y rígida, fanática, que se convierte en tradición y en cadena perpetua de la mente y de las emociones.  

Así nunca habrá manera de que algo cambie realmente y para bien.


Ante un caso como estos que el pp/psoe y su círculo aprovechan para denostar la soberanía popular, chafando en lo posible la apariencia y la imagen de los portavoces que la base social ha elegido, debemos tener más que nunca presente un código ético para no dejarnos arrastrar ni taladrar las rutinas mentales por opiniones indecentes o desinformadas. Para que nos nazca la conciencia ética necesitamos desarrollar un espacio íntimo de reflexión para que las cosas que vivimos no pasen por nosotros sin que nosotros pasemos por ellas al mismo tiempo, nos empapemos mutuamente de la experiencia y las podamos descodificar, disfrutar, conocer e incluir en la sustancia que creamos y de la que nos nutrimos esencialmente a cada momento y de la que emana el poder verdadero, el que vale la pena.

Lo primero salgamos del ghetto ideológico; no hagamos caso a lo primero que nos cuenten, veamos objetivamente quién y cómo es quién nos cuenta, molestémonos en recabar la mayor variedad de opiniones lo más distintas posible entre sí, pero teniendo en cuenta constantemente que son solo opiniones y no autos de fe o testimonios para creer a pies juntillas. Tengamos en cuenta de qué empresa de noticias nos llegan las cosas, de dónde sale el dinero que paga y sostiene esos medios. Veamos a la persona agredida por la barahúnda, cómo son los resultados de su trabajo, si hay muchas quejas sobre su forma de hacer, si su actividad es honesta, si está rodeada de gente implicada en corrupción, quién está haciendo las acusaciones y qué credibilidad podemos otorgar a quienes amparan corruptos, prevarican, están implicados e imputados a cientos o quienes se pasan el tiempo buscando defectos y pequeñeces en los demás para esconder en esa tinta, sus delitos gordísimos y sus injusticias incluso criminales. Datos comprobables antes que opiniones. Hechos tangibles, no charreta facilona y sin concretar los cómos, lo cuándos, los dóndes y los qués.


Pensemos si una prensa o una casta política que acepta como cosa natural y que se permite seguir en política como si tal cosa, llevando en la mochila un GAL, una Gürtel, una Púnica, una Taula, unos EREs, un caso Roldán-Fondos Reservados, un artículo 135 masacrado, unas preferentes, unas black, miles de familias dejadas en la calle, muertos por suicidio demoledor, muertos por negarles un remedio sanitario que no solo no muestran compasión ni interés alguno por arreglar las cosas sino que se aferran a ese estado de las cuestiones para seguir haciendo daño "institucional", gente que vive haciendo trampas, saqueando y mintiendo ya profesionalmente, y la prensa que defiende y ampara esa basura, ¿merecen que les creamos, máxime cuando los acusados no se esconden, no se ocultan, dan la cara sin acusar a otros, muestran la verdad de su caso e incluso piden disculpas por haber hecho hace años una cosa intrascendente que ni siquiera roza el delito?
A la vista de lo que nos gobierna, no les sigamos el juego, por favor; Monedero, los titiriteros, Zapata, Maestre y ahora Espinar...no los escuchemos, la basura se barre, se limpia y se tira al contenedor y ya sabemos que si gobernar produce residuos que son los resultados, si gobiernan personajes asociados para enriquecerse y sacar prebendas de todo, los residuos pésimos se multiplican por la voracidad, la avaricia y la corrupción de esos elementos. No hay que volcar nuestra normal indignación en rabia contra ellos personalmente, porque eso es lo que buscan: crear tensiones y conflictos que pongan en evidencia a los "radicales de izquierda" acabar por disfrazarse de víctimas ofendidas siendo los verdugos sempiternos.
No, no son radicales quienes protestan, es ciudadanía cansada, ahíta de tanta humillación y de pagar a inútiles incapaces de gestionar lo que se les ha encomendado en las urnas y ante su desastre sólo les queda intentar derribar lo que la ciudadanía construye.

Usemos la energía del enfado para poner en marcha la inteligencia, el ingenio y los principios éticos, como Mandela, como Gandhi, como Luther King y empecemos a creer en nuestra fuerza porque es buena y necesaria, porque antes que la venganza la ciudadanía quiere el cambio, y si gastamos la energía en degradarnos a la altura de lo más despreciable, nunca podremos superar sus enredos y nos tendrán a disposición de sus fechorías. Busquemos la verdad dentro de nosotros y podremos reconocerla fuera. Así avanzaremos no podrán engañarnos más. Y sobre todo podremos construir el mundo, el país, el pueblo y el barrio que necesitamos.


Hay mucha tarea pendiente, la vida es una sola, y no podemos perder nuestro tiempo en majaderías, chismes, calumnias, enredos y miserias sin el menor interés ni valor. Denunciemos injusticias que sepamos que existen, pero hagamos el vacío al cotilleo sin más, pasemos de lejos por la agresividad estéril sin otro fundamento que dañar por dañar sin que eso mejore a nadie y solo fomente más la corrupción.


Mucho ánimo y alegría, sí, porque nunca nuestras últimas generaciones habían vivido hasta ahora un tiempo tan lleno de fuerza renovadora y de caminos inexplorados para crear lo nuevo sin tener que matarnos entre nosotros. Y eso es mucho y muy grande. Y muy bueno. Ahora, a por todas, hermanos y hermanas de especie. Todo puede cambiar aun en las peores circunstancias. Por fortuna nada es definitivo. Lo malo tampoco si le sabemos dar la vuelta.

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