La empresa Mundo S.A. anda revuelta estos días con
la llegada a la dirección estratégica de un visionario (que es como se
llama a los perturbados con éxito). Las normas van a cambiar con el fin
de lograr el objetivo de siempre, aunque ya sin tapujos ni cortapisa
alguna: el máximo beneficio para las arcas de las personas convenientes.
Todo vale a ese fin.
Una cementera mexicana se ha ofrecido a construir el muro que prometió Donald Trump en
la campaña que le ha llevado a la presidencia de Estados Unidos. El
Grupo Cementos Chihuahua (GCC) se ha tragado las humillaciones que el
magnate ha dedicado a su pueblo y a su país -con ellos dentro- y
prioriza “la oportunidad para su negocio” que supone levantar esa obra
de separación. Dan ideas incluso. Entrevistados por Reuters, avanzaron
que el muro debería de ser alto y ancho, dado que
son especialistas precisamente en morteros y cemento de alta
resistencia. "No podemos ser selectivos", explicó un directivo. El dinero a ganar es lo primero. Pan para hoy, mañana ya se verá y patetismo para todos los días.
La OCDE -que ha difundido pavorosas cifras de la
desigualdad que vivimos- piensa que Trump impulsará el crecimiento. Con
la llave del poder, se le ve con mejores ojos. El pequeño
inconveniente es que prometió excluir a varios millones de personas
“ilegales”, que se propone acrecentar la desigualdad por la vía de la
bajada de impuestos y que, como muy escrupuloso con la limpieza de los
negocios no es, nos puede embarcar en un fiasco de proporciones
extremas.
Probablemente, use el sistema vigente que
tan buenos resultados está dando en Argentina, según avanzan las
noticias de la prensa neoliberal. España conoce bien ese mecanismo. Se
trata de recortar hasta la extenuación a la mayoría de los ciudadanos
para que aumenten las cifras de los grandes patrimonios y consorcios. Ya
lo dijo el Nobel Josep Stiglitz: “la desigualdad ha sido una opción, no
un resultado económico inesperado y lamentable”. El dinero, como la
energía no se destruye: lo que quitan a unos engrosa a otros. Ni
siquiera se redistribuye, se lo traga la codicia y la trampa.
Esa lista de la OCDE, por cierto, ratifica los niveles récord de desigualdad que ha alcanzado la España de Rajoy y todo el staff –otros partidos, medios a su servicio-. Lo que llamaron crisis ha convertido a nuestro país en el más antisocial de los 34 que componen el organismo,
los más desarrollados. Con beneficios empresariales y sueldos en
retroceso. Con rentas estancadas y el mayor aumento del número de
trabajadores pobres. Son ya 3 millones que cobran menos de 9.615 euros
anuales. Tienen un empleo pero no les llega para vivir. Añadan a los
casi 4 millones de parados que seguimos teniendo. Pero España presume
de recuperación y nos han contado (en gota malaya) que este gobierno es
el que da estabilidad. A este estado de cosas, se entiende. La gran
desigualdad se produce, nos dicen, “pese a” la recuperación. A esa recuperación.
El negocio es lo primero. También aquí. Andan algunos medios destacando sin descanso que con el fin de los atentados de ETA han perdido su trabajo 4.000 escoltas.
No sabemos qué reflexión esperan provocar. Hay oficios que tienen fecha
de caducidad o que precisan reconversión. Es evidente que es preferible
vivir sin amenazas terroristas. Y que son personas que pueden emplearse
en la Seguridad Ciudadana, en la protección de mujeres maltratadas por
ejemplo.
¿Qué haría España sin Mercadona?
Se dicen también medios conservadores en referencia al último programa
de Salvados en “La Sexta”. Porque hay quien tiene “la sensación de que las empresas siempre pierden con “Evole”. Hombre, y es que si dan trabajo y la gente compra contenta, mejor dejarles tranquilos con lo que gusten hacer ¿Verdad?
Propugnan en general una manga ancha notable, hasta en procesos de
corrupción, que viene a ser como la ley de la ventaja en el fútbol.
Aunque con el árbitro parcial. El caso de Rita Barberá se inscribe en
similar filosofía. El ministro de Justicia, nada menos, considera que
las urnas han lavado la corrupción del PP. El de Justicia.
“Lo importante es tener trabajo”, le anima Pablo Casado (PP) a
la gobernanta de hotel que le espeta el sueldo de las camareras de
piso: cobran dos euros por habitación. Menos mal que existen también d irectores de hotel como el de AC que llama a la explotación, explotación. Pero no abundan.
¿Y las relaciones internacionales? Albert Rivera (C´s) se opone a que
vaya el Rey Juan Carlos al entierro de Fidel Castro. Jamás ha dicho una
palabra sobre los viajes de nuestros monarcas y próceres varios a las
dictaduras del petrodólar como Arabia Saudí. Ni él, ni nadie. Son
negocios.
El beneficio económico por encima de la
salud y la vida si se tercia. El fraude de los automóviles contaminantes
que se inició con Volkswagen resultó ser un amplio problema del sector.
Habían trucado el motor para que falseara la cifra en los test. ¿Y cómo
se resolvió? La propia UE permitirá hasta el doble de emisiones de gases perniciosos. La España del ministro offshore José Manuel Soria fue una de las primeras en solicitarlo. Siempre tan sensible con los balances de las industrias poderosas Respirar está sobrevalorado, si las empresas se forran.
La lista es ingente. Destrozar la verdad y manipular a conveniencia por
el dinero inmediato. Embarcarse en pedir cementerios nucleares, sin
pensar en el mañana… de varias generaciones. Trabajo para hoy. Y ya
está. Mundo S.A. se muestra muy excitado con los aires que vienen, mucho
más permisivos con los métodos de lucrarse a saco. Ungidos en ese altar
donde sucumben dignidades, lógica, derechos, y lo que se ponga sobre la
mesa. Algunos, cada vez con más intensidad y en mayor número, trabajan
para cavarse su propia fosa. Textual.
Los actuales
dirigentes pasarán, seguramente dejando un recuento de daños
considerables. El más dañino, la alteración de la escala de valores, de
los valores y derechos humanos.
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