domingo, 27 de diciembre de 2015

La honestidad de una política alternativa


Actualizada 26/12/2015     


El cambio climático tiene desorientadas a la fauna y a la flora. Ser flor o ser pájaro resulta una tarea complicada cuando en el invierno se dan temperaturas primaverales. Las cigüeñas no saben si cumplir los ciclos migratorios y las enredaderas dudan entre secarse o dar nuevos capullos. Sólo hay algo más desorientado que la vida natural: la política española.

Las organizaciones que trabajan en favor del dinero, pese al apoyo mediático que reciben, están pagando una factura de despecho popular por culpa de la corrupción. Además de sistematizar la desigualdad, han querido programar de forma descarada la rapiña individual. Los ciudadanos del bienestar suelen cerrar los ojos en épocas de negocios felices, pero se indignan cuando la necesidad aprieta.

Las organizaciones que quieren trabajar en favor de las personas viven una encrucijada interna. A mí me preocupa –por identificación personal– el destino de Izquierda Unida y de Podemos, dos organizaciones que, no me cabe duda, han querido y quieren dignificar la realidad difícil de la gente. Se habla de votos perdidos, de frente común, y se levantan quejas para afirmar que la falta de un pacto limita los resultados. Esto es así, pero no conviene olvidar que la decencia interna es imprescindible también para ofrecer soluciones en la plaza pública. La deshonestidad no sólo tiene que ver con el dinero que se roba. Puede afectar, sin rapiña alguna, al funcionamiento interno de las organizaciones, a su decencia política.

Por ejemplo: me parece deshonesto seguir hablando de pactos o de unidad en nombre de Izquierda Unida. Es más honrado hablar del Partido Comunista, porque Izquierda Unida desde su fundación no ha sido otra cosa que una máscara electoral. Desde un punto de vista histórico, esto no representaba un problema para las personas situadas a la izquierda del PSOE. El comunismo, en España, no ha generado nunca un aparato oficial de dictaduras estalinistas o populistas, sino campos de luchas muy dignas contra el fascismo y ámbitos heroicos de resistencia clandestina en la conquista de la democracia. Así que estar junto al Partido Comunista no fue un problema ideológico para los militantes de Izquierda Unida que quisieron oponerse a las políticas neoliberales de Felipe González o de José María Aznar, de José Luis Rodríguez Zapatero o de Mariano Rajoy.

Pero enseguida hubo graves problemas en la organización interna. Al no refundarse el PCE en Izquierda Unida, al no diluirse en la nueva organización, se produjo una dinámica en la que un aparato sectario asumió como tarea principal el control de su máscara electoral, sacrificando cualquier posible propuesta de modernización y la configuración de la nueva mayoría de izquierdas exigida por los cambios sociales en España. Esto hizo saltar por los aires la fraternidad, un valor imprescindible en el pensamiento alternativo y en la dignificación de la política. El enemigo estaba en casa, todo se analizaba en clave de conspiración, traición o control interno. Si no quedaba bajo el mandato del PCE, cualquier aportación de militantes de IU se consideraba hostil.

Las cosas se pusieron muy difíciles cuando la Izquierda Unida de Gaspar Llamazares trabajó para conseguir, durante la primera legislatura de Zapatero, avances sociales muy claros en las leyes de dependencia, interrupción del embarazo, memoria histórica y matrimonio de personas del mismo sexo. Algún mandarín del PCE, más famoso por su rencor y sus calumnias que por su trabajo al servicio de IU, no paró de denigrar al coordinador y de exigir el fortalecimiento del Partido. Quienes conocen la vida interna de IU no pueden dejar de sonreír al ver con qué facilidad se han prestado a liquidar Izquierda Unida esos dedos admonitorios que antes denunciaban en cualquier discusión una conjura secreta para pasarse al PSOE.

Pero la falta de fraternidad llegó a su punto extremo cuando las elecciones europeas dieron un resultado llamativo a Podemos. Muchos jóvenes comunistas, sin más puesto de trabajo que la política, se pusieron nerviosos al pensar en el futuro. Lo primero que pactaron fue cargarse al cabeza de lista de IU en las elecciones europeas, nombrado poco antes con su apoyo, en oposición a quienes habían defendido primarias y una verdadera renovación electoral de la organización. Willy Meyer es un comunista de la vieja guardia, un camarada que muy posiblemente no debería haber sido cabeza de lista en 2014. Pero es una persona honrada. Echarlo del Parlamento europeo bajo sospecha de corrupción, a causa de las ambiciones de algunos jóvenes, fue una canallada. Hubiera sido más decente no aprobar en la asamblea de IU su candidatura en nombre de los intereses del PCE.

La falta de fraternidad alcanzó a partir de ahí grados inenarrables. El sector del PCE partidario de Alberto Garzón perdió la asamblea de Madrid. Más que por un esfuerzo conjunto de necesaria renovación interna, este sector apostó por liquidar la organización y pasarse a Podemos. De manera inmediata se trabajó contra los otros afiliados del PCE y contra los militantes independientes. Estoy hablando de 5.000 militantes expulsados. Para justificar semejante decisión no se dudó en hundir electoralmente a IU en las elecciones municipales y autonómicas de 2015, y en crear la fábula de que la Federación de Madrid era la culpable de todas las corrupciones de Bankia. Un par de corruptos mancharon a toda una organización con ayuda de los labios de la mentira. Después, machacado desde Madrid el prestigio nacional de IU, se quiso modelar una máscara nueva: Unidad Popular.

La farsa llegó a extremos intolerables en Andalucía. Se robaron urnas y se falsificaron las primarias de Sevilla para evitar que el candidato elegido no estuviese bajo las órdenes directas del PCE, sector Antonio Maíllo, es decir, sector Alberto Garzón.

Vamos a ser honestos: no se puede acusar a Podemos de no haber querido pactar con la nueva máscara del PCE. El núcleo dirigente de Podemos viene de Izquierda Unida. Pensó en fundar un nuevo partido cuando comprobó que el PCE no estaba dispuesto a dejar que nada viviese fuera del control de su dirección. Un acuerdo hubiese supuesto dejarse devorar y convertir a Podemos en una nueva farsa electoral. Los malos resultados de IU son culpa de su inmovilidad, primero, y luego de unas maniobras estúpidas que han acabado con su propia razón de ser. No sé qué es más grave, si la ambición necia de unos o la parálisis suicida de los otros.

Repito: seamos honestos. Quien considere que Podemos es una solución política para la transformación social de España no debe pretender convertirlo en una máscara de otra organización acostumbrada a la conjura interna. Y quien considere que Podemos se va a parecer en el futuro más al PSOE de Felipe González que a una fuerza transformadora, deberá pensar en una organización nueva en la que resistir, pero ya sin el tutelaje de un Partido Comunista que hoy sólo tiene rencores que ofrecer.

En la última Presidencia Federal, Enrique Santiago, ínclito candidato de Unidad Popular, se permitió una broma zafia sobre la dicción del Secretario General del PCE, José Luis Centella, afectado de un problema de frenillo. Muchos de los que respetamos la historia del PCE agradeceríamos que sus responsables humanizaran y abreviasen la agonía. No tiene sentido mantener una organización en la que los jóvenes han heredado todos los defectos de sus mayores y ninguna de sus virtudes.  

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 Alguna puntualización que otra...


Era imprescindible y ya era hora de que alguien conocedor desde dentro de la crisis comunista en la Comunidad de Madrid especialmente, la explicase sin pelos en la lengua. Gracias, Luis, por este servicio a la verdad, tan propio del alma poeta y su lucidez.  


Resultado de imagen de luz al final del tunel   Aunque el caso de Madrid no es el de Valencia, desde luego. Aquí se sufren las sacudidas de allá, y los tejemanejes turbios tienen otros vericuetos donde Podemos, por desgracia, sí que es pieza clave; los viejos comunistas han cerrado el pico y pintan poquísimo. Apenas refunfuñan . Al parecer se han resignado y tragan lo que les echen o se apartan a llorar tiempos mejores, no aparecen por ningún sitio y si lo hacen no hay eco de nada. Aunque algunos de ellos han desaparecido del mapa, para interactuar poniendo su granito de arena y cemento por donde pueden, e inexplicablemente zancadilleando, por lo bajini, hasta donde alcanzan (que no es mucho) : ¡a favor de Podemos! con toda la falta de ética y de transparencia que suponen los dobles juegos (sucios).

Hasta ahora, el Podemos de la terreta no es precisamente un ejemplo de ambas cualidades, cosa que Unidad Popular, aquí, sí ha conseguido al ser, en la pasada legislatura  - y junto a Compromís en el Parlament y ayuntamientos- un bastión de la decencia y de  la normalidad democrática y abierta a la ciudadanía, con una apertura y unas ganas de cambio ejemplares en un desierto antidemocrático y corrupto hasta las trancas. Cualidades, la transparencia y la ética, de las que, sin ir más lejos, el Podemos autóctono, de momento, adolece, desafortunadamente para todos, cuando digo que "adolece" lo digo porque las viven como una enfermedad que hay que curarse cuanto antes; ya han dimitido cinco miembros del Consejo Ciudadano, -entre ellos dos concejales- por problemas de incompatibilidad ética manifiesta. Y acaban de empezar... No es casualidad que Sánchez Gordillo y los trabajadores y sindicalistas del campo andaluz, que al principio apoyaban a Podemos, hayan dado marcha atrás cuando han visto el percal. 

En efecto, el tiempo de Jurasic Park  se acabó y los viejosaurios lo saben perfectamente, porque las circunstancias mandan. En paralelo, hay una base democrática que se ha abierto de par en par al presente para construir futuro mucho más allá de las siglas y los egos patológicos. La buena voluntad funciona y la transparencia también. No sé si será cosa de que este rincón geopolítico de las Españas ha quedado tan perjudicado y demolido tras  un cuarto de siglo ppero, que no se puede permitir ya ninguna fiestuki dogmático-aparatista ni lujo residual enmohecido. Pero la locura no ha llegado al extremo de salir de Guatemala para integrarse en Guatepeor a cambio de escaños de pernada impuestos por telegénesis desde el nuevo "moscú" como se autollama cariñosamente el Podemos valenciá cuando se refiera a "los de arriba", con esa socarronería fallera que caracteriza el humor autóctono. 


A la UP de Valencia le han hecho de todo: mano a mano, los comunistas del alcanfor y los podemitas del filibusterismo a calzón quitado. La ciudadanía sana, aún sufriendo el fuego cruzado de los  mismos perros con distintos collares, ha hecho un acto de autoafirmación y está por la labor de una regeneración ética y democrática desde dentro hacia afuera. Tal vez porque los náufragos venimos del mismo barco ambivalente; Podemos es un delirio hegemónico instrumental aparatista, igual que el viejo PCE. Pero mucho mejor camuflado con nuevo lenguaje estudiadísimo, nuevo ímpetu "seductor" para maquillar los mismos vicios de siempre, y nuevas técnicas tácticas y estratégicas para llevarse la perra gorda trilera. Por eso vende la cabra con mucha más facilidad en el mercadillo del cabreo y la des-conciencia, aunque el núcleo duro es idéntico al de la vieja corteza comunista de todos los pufos y enjuagues delirantes entre el poder y la marrullería. 

Aquí estamos tratando de reconstruir la casa común, más allá de las etiquetas y denominaciones de origen, y también más allá del Monopoly de Complutemos. Más allá de las revanchas y los juegos de tronos. Lo hacemos desde el dolor de los más lacerados y olvidados, que son los verdaderos motores del compromiso diario, lo hacemos desde la compasión y el empuje que genera la fraternidad, el perdón y la humildad de la inteligencia colectiva, desde el entusiasmo por la causa humana, algo que sin ética y sin decencia nunca sería posible. 
Sabemos que nuestra actitud es de riesgo, porque no pide a nadie el carnet de pura sangre y si un viejo dinosaurio apareciese (que no es lo habitual) pidiendo perdón -mucho más con la actitud y los hechos que con los sermones- y mostrando que comprende la necesidad del cambio esencial de conciencia y la renuncia al rencor más histérico que histórico, tiene las puertas abiertas en la casa y en el corazón de todas y todos. 

Este contraste de experiencias diversas entre Madrid y Valencia o Barcelona y Ciudad Real o Murcia y Pontevedra, por ejemplo, y solamente referido al proceso de UP e IU, demuestra la imperiosa necesidad federalista y republicana de nuestro Estado. La urgencia de un proceso constituyente de otra realidad geopolítica y experiencial mucho más madura y adulta. Es un síntoma digno de tener en cuenta. El Estado es una gran casa familiar con muchas estancias, cada una con su función tan diversa como necesaria e irreemplazable, cada una debe asumir y ocuparse de su orden básico consensuado, como de su responsabilidad en el conjunto de la oikonomía compartida. Y entre todas formar esa casa federal de apoyo mutuo, que incluye la comprensión, el diálogo y el mutuo respeto: un verdadero Estado de Derecho, Libertades, Deberes, Responsabilidades y Dignidad. 


Es evidente que las barbaridades que la vieja IU ha cometido en la federación de Madrid o en Andalucía no son paralelas ni aplicables a todas las provincias y autonomías del resto del Estado. Por fortuna. Y por ello es atrozmente injusto que un par de manchas de pringue determinada, en vez de limpiarse y renovar la higiene, se extiendan por todo el mapa, sin distinguir que también la misma pringue se refugia en grandes bolsas de miseria moral escondidas en otras siglas renovadas, simplemente, cambiando de brick el mismo contenido.  

Es posible que aún haya quién ignora por qué ha sido imposible la confluencia entre UP y Podemos: Podemos no quiere que IU exista. Así de claro; y son palabras escuchadas directamente de bocas muy señaladas en el partido emergente. Pretendió sin éxito, que al principio de su andadura europea, Anguita fichase por Podemos. No lo consiguió y se guardó la jugada para el jaque mate previsto tras las municipales, donde la pretendida confluencia era sólo un anzuelo para arramblar con los votos de IU bajo el maquillaje de Guanyem. Igualmente no es una suposición sino una estrategia descarada y declarada verbalmente, que los hechos han ido confirmando. Luego se volvió a la carga con Garzón, tratando de que fichase, in extremis,  por el podemismo. Es evidente que la solidez ética del joven Alberto queda muy por encima de las fijaciones hegemónicas y no cayó en las redes tan  prometedoras y apañistas, en el tentador juego de iconos y enconos. Dentro de la misma IU de Valencia ha habido fuertes tensiones hacia Podemos o hacia el bunker. El podemismo dentro de IU ha impedido y torpedeado la concesión de locales para actividades informativas, charlas y debates con Alberto Garzón en alguna facultad de Blasco Ibáñez, se ha espiado y hasta hecho capturas de pantalla de debates supuestamente internos,   se torpedearon estrepitosamente censos y votaciones telemáticas en  las primarias abiertas, totalmente en plan vudú, ya que los informáticos contratados para diseñar el programa iban como iban y hasta se han jactado de la hazaña etc...Hasta llegar a registrar el logo de Ahora en Común para no dejar sigla con cabeza aprovechable que pudiera identificarse en las papeletas con la izquierda original. Alucinante.
Sin embargo, y a pesar de todos los entuertos, UP ha sido la pasarela que ha impedido la ruptura total de la izquierda y está rescatando los restos aprovechables y aglutinando lo que aún hay de sano y limpiamente operativo. Posiblemente sin ella, IU y el PCE, actualmente, no tendrían siquiera representación parlamentaria en esta legislatura, igual que el BNGA, que  de eso se trataba. Doy fe de que en el recuento de votos en el colegio electoral donde estuve como apoderada, el PCE no sacó un solo voto. UP sacó 70. Lo digo como sencilla referencia estadística. No sólo UP no quiere que desaparezca IU, es que esa misma UP es la ciudadanía empeñada en que IU no pase a la historia, sino en que siga siendo patrimonio de la decencia y de la lucha solidaria, civilizada y sin complejos, de la sociedad trabajadora por reivindicar la justicia, la ética, los derechos, la libertad, la democracia, la igualdad fraterna de todas y todos, junto con la sostenibilidad del Planeta y de la vida en las mejores condiciones posibles. Y aún superando el cerco terrible de quienes deberían ser sus aliados naturales, UP, ha conseguido, al menos, presencia parlamentaria y que no la borren del mapa sus ex-compas de "lucha"...con casi un millón de votos, D'Hont y sus aliados  la dejan en los mínimos...En fin...

Frente a la agresividad de Podemos, UP, se comporta con serenidad y limpieza, y sin ponerse a la misma altura de orgullo infantil, reconoce la positiva función mediática de Podemos para aglutinar el voto perdido de los indiferentes y de quienes, profundamente decepcionados por el sistema actual, ya no creen en ninguna ideología. El voto de emergencia, sin más. Esa labor es estupenda. Pero no es el todo sino solo una parte, como tampoco es adulto ni democráticamente saludable, querer destruir y fagocitar electoralmente todo lo que no lleva la propia  sigla. Más parece un comando del pp que otra cosa.

Millones de españoles están hartos del mismo rodillo en alternancia y no ven ninguna dificultad en la pluralidad democrática, al contrario, están empeñados - por dos veces lo acaban de demostrar las urnas este año- en deshacer las mayorías cicateras y caciques, hasta las propias, las afines, viendo lo que sucede cuando un grupo en solitario se encarama al poder y nos parte por el eje, con las mejores intenciones, porque en casi cuatro décadas de alternancia, hemos comprobado que gane quien gane, el poder corrompe y cuanto más arrasador, más arrasadoramente corrupto acaba SIEMPRE, porque se pierden las referencias plurales, la visión desde la base y el sentido de la realidad social y hasta del propio significado. 
Podemos no lo entiende así y persigue el totus tuus con verdadera vocación pontificia y fruición bulímica, ya preocupantes. Ha llegado un poco tarde porque la peña ya está escaldada en todos los registros y no quiere más de lo mismo. Sólo UP-IU, al parecer, ha comprendido ese detalle de la unidad en la pluralidad, que en Valencia está dando unos resultados muy buenos con un tripartito donde su espacio natural, por lo bregado y trabajado a favor de los derechos, la justicia y la transparencia, lo ha ocupado el mercadillo de Podemos, sin haber movido un dedo por nadie.  Nunca les hemos visto parando desahucios, en las puertas del CIE o ante los barracones de la escuela pública, si no  era para hacer de escolta a Teresa Rodríguez que vino una vez al Cremona, o en la puerta de la Ciudad de la Justicia, o en la Consellería de Educació o de Sanidad, o exigiendo la abolición de la Ley Mordaza o apoyando a las víctimas de la violencia de genero. Podemos, el gran ausente de todas las causas, excepto de la suya, dando lecciones de como se trepa sin prejuicios ni remilgos morales. En efecto y en el fondo, no son de izquierdas, ni de coña. No hace falta que lo repitan tanto. Ya se ve el pelaje.
Gracias a UP, precisamente, IU, a pesar del 'castanedano' pinche pendejo probador, se sienta hoy en el Congreso después de la razia y del desalojo instrumental podemita, donde arrasar se ha convertido en el único objetivo hasta por encima de la propia democracia interna y externa si se tercia y la goleada lo requiere. A pesar de todo IU-UP, hasta el último instante, ha intentado la cooperación y la unidad de objetivos para pactar, pero Podemos no quiere pactar, quiere ser el imperator. El califa en lugar del Califa. Il príncipe maquiavélico pasado por Laclau y su visión bananera del liderazgo. 


IU es el símbolo de una antigua trayectoria que a lo largo del tiempo ha ido aprendiendo de acontecimientos y circunstancias. Adaptándose con sabiduría a la evolución. Y ahora sabe que debe abrir el desván y hacer limpieza. Ya lo está haciendo con una honestidad y un valor que ya quisiéramos ver en los demás partidos. Y el primer estorbo que está quitando, es el ego partidista, el "orgullo" de pertenecer a un club, algo mucho más futbolero que político, mucho más infantil que adulto. Cualquier partido o agrupación de lo que sea, es sólo una forma, que necesita un fondo, una raíz, para poder existir y dar alimento y base a la construcción viva. Es el fondo lo que moldea y crea las formas y por eso puede cambiarlas según las necesidades de cada época. Pero el  fondo son los valores intemporales que mueven el mundo y lo hacen cambiar. La diferencia entre el espíritu que mueve IU-UP y la energía que mueve Podemos es precisamente ésa: mientras Podemos responde a una forma temporal e instrumental que anima, IU-UP, además, responde al fondo de sustentación que construye, con un programa coherente basado en la experiencia a pie de calle, siempre desde la realidad más que desde la especulación y de estudio científico, no solo libresco, erudito y tertuliano. 
En buena e inteligente lógica, deberían ser dos ramas cooperantes y fraternas del mismo árbol. Sin embargo, en el penoso paisaje de un mundo sometido a y contaminado por la presión consumista, egocéntrica, matona e irresponsable, que aliena y cosifica lo que toca, parecen ser cosas opuestas, siendo una el huracán que arrasa y la otra, la humilde casita que resiste. 
Veremos donde están los cimientos y cuál de las dos resiste de verdad el envite y el desgaste de un tiempo que requiere la unidad, la generosidad, la apertura y la armonía sin trampas ni disfraces, para detener la hecatombe de un derrumbamiento económico y psicoemocional-colectivo, ya inevitable.


Me gusta, particularmente, una parábola evangélica en la que Jesús alude al trigo y a la cizaña: "Un labrador tenía unos campos muy bien cuidados que le daban abundantes cosechas; un día los trabajadores vinieron a darle una mala noticia: "Algún enemigo ha sembrado cizaña en los campos de trigo y ahora crecen juntos los brotes del trigo y la mala hierba. ¿Quieres que la arranquemos?" "No" -dijo el labrador- "es mejor que crezcan juntos porque ahora no se distingue el uno de la otra y podríais arrancar también los pequeños brotes del trigo; dajadlos crecer juntos y cuando la cosecha madure, se verá por sí mismo cuál es el trigo y cuál la cizaña. Y entonces la separación será mucho más fácil y benefactora". 
La cosecha son las acciones. No las palabras. La calidad real de cada uno no depende de las flores ni del perfume de la ideología, ni siquiera la dan los estudios, la militancia, el estatus ni el dinero, sino la calidad moral y humana de los actos y las conductas de  cada una/uno de nosotras/os. Se trata de la salud y la grandeza del alma mucho más que del cortoplacismo. Algo que nos libera de limitaciones tan insustanciales como tóxicas, que al herir nuestro ego teórico y rimbombante, paraliza el camino comunitario e individual hacia la lucidez y la lunghimiranza. O sea, hacia la capacidad de ver más allá de la engañosa apariencia de lo inmediato. Y en ese sentido parece que, a pesar de tantos años de rodaje, aún esté todo por hacer. Lo que también, y mirado con más desapego que miedo  y recelos, lejos de descorazonar, puede ser un reto extraordinario, si superamos nuestras miserias y prejuicios, tanto en lo particular como en lo colectivo.  

Tal  vez  ahora sería más necesario revisar y eliminar el timo de la fórmula D'Hont por cuyo birlibirloque y desde la impunidad más cínica, se exigen a IU-UP 400.000 votos para obtener un escaño parlamentario y a los demás grupos les baste con 60.000, que dedicarnos a buscar con lupa los peccata minuta diversificadores de la misma unidad, con que tradicionalmente, la izquierda se flagela sin más razón que un puritanismo picajoso hasta más allá de lo inexplicable y un instinto fratricida/suicida obviamente, sin parangón.

                                                  
                                            Resultado de imagen de flores y pájaros               

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