viernes, 11 de diciembre de 2015

La coherencia de Rivera


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Cada vez que Albert Rivera abre la boca para tocar un tema espinoso donde las víctimas sonn las mujeres o los más desfavorecidos en general, mete la pata hasta el cuello. ¿Por qué será? ¿Y por qué la peña se escandaliza tanto si el chico ya apunta maneras en su programa, dando muchas pistas sobre el asunto? ¿Se puede esperar algo mejor de alguien que ve justo y decente hacer de la prostitución un negocio limpito y solvente mientras pague los impuestos correspondientes por denigrar, humillar y abusar de la baja autoestima,la ignorancia o la enfermedad de las mujeres sometidas a semejante aberración considerada como normalidad por un sector de la sociedad cuya ética, dignidad y formación humana brilla por su ausencia en la práctica? Si se está intentando comerciar con la lacra de la esclavitud más denigrante y antigua del mundo ¿qué tiene de raro que tampoco se vea criminalidad en la violencia de género, que para Rivera debe ser un simple rifirrafe entre la pareja, al  que  quizás no se debería dar tanta importancia? La falta de empatía y de humanidad debería ser el primer síntoma de patología social que nos tendría que poner en guardia ante candidatos como éste sujeto y sus semejantes. 


Es horrible y aberrante que un partido con semejante insensibilidad social haya alcanzado tanta simpatía pre-electoral. Dice muy poco de nuestro estado ético colectivo. Pero, que además, haya mujeres en C's que estén de acuerdo con estas propuestas y hasta las defiendan y las prediquen convencidísimas en los medios de comunicación como soluciones a los problemas tanto de violencia de género como de la prostitución, es el colmo. Este tipo y su equipo padecen una grave misoginia estructural, incluidas las mujeres, totalmente a la altura de lo más primario y corto de entendederas. De lo más inculto y mísero. Me hacen recordar a una madre de familia de etnia gitana que hace casi treinta años conocí en La Olla del Pastor, un barrio de chabolas en el extrarradio  de Valencia. Éramos amigas, ella me ensañaba los entresijos de su pueblo y su cultura y a cambio yo le enseñaba a leer a espaldas de su marido, claro, que jamás se lo hubiese permitido.
Un día vino a casa llorando con el cuello desgarrado y en carne viva. No podía hablar por el dolor físico y por el sentimiento de rabia contenida y resignada. El marido la había intentado estrangular porque la sorprendió leyendo un folleto publicitario de unos grandes almacenes que había encontrado en el mercadillo donde vendía ajos. Esperó a pillarla en casa y allí, después de darle un paliza tremenda, la intentó estrangular de mil formas...hasta que ella consiguió escapar  y correr hasta mi casa que estaba lejísimos de la suya (hay que tomar dos autobuses para hacer el trayecto) 
Cuando después de escucharla le dije que fuésemos a la comisaría y al Ambulatorio para que la reconociesen y atendieran adecuadamente,se negó. Yo pensé que tenía miedo. Pero no. Estaba convencida de que se había merecido los malos tratos por desobedecer  y por nada del mundo quería denunciar al marido, que por supuesto, según ella, tenía toda la razón; su argumento fue éste: "al marido nunca se le puede traicionar. Si nos pega es porque algo hemos hecho mal y lo hemos desobedecido. El no me dejaba aprender a leer y yo no le he hecho caso. Me merezco esto y más por ser rebelde y mala mujer".
Supongo que Rivera, con su título de abogado bajo el brazo, estaría encantado viviendo en aquella chabola y en aquel entorno tan afín a su ideología y el  resultado de ponerla en práctica en las instituciones como él intenta  actualmente. Y porque la misma mugre física de aquel ambiente debe ser la misma que él lleva por dentro, en su mente, en sus emociones y en sus hábitos sociales, tan afines, según parece, a aquel marido tan contundente en su violencia de género como en sus principios 'morales', que deben ser idénticos a los de Albert Rivera & company.Por lo que se ve.

¿Qué tal llevaría Albert Rivera que su padre apalease a su madre  por desobedecerle, o que su madre, su hija o su mujer se colocasen de fulanas en un prostíbulo legalizado y puesto al día con su fiscalidad, todo tan legal,  aseadito y hasta elegante?  Pretender presidir el gobierno de un país diciendo estas animaladas sólo se le ocurre a un idiota presuntuoso que vive en Babia, a un cínico bocazas que raya en la psicopatía o a un fatuo que para pillar votos de todas partes miente como un bellaco infravalorando a sus posibles votantes.
No es nada raro que estas propuestas estrafalarias y fuera de tiesto social en una ciudadanía hiper sensibilizada por la violencia machista constante y por la miseria de la prostitución en todos sus formatos, y tan vinculada a la violencia de género, coloquen a Rivera en su verdadero puesto en el que sólo le votarán los pijos y los desalmados. O sea, que adiós a la soñada presidencia de un gobierno que en sus manos sería la debacle, en este plan.
Sigue así, Rivera, bonic, así de coherente entre lo que piensas y dices, para que el plumero se te vea en todo su esplendor, no a trocitos, y ya verás lo despejado que se va a quedar el panorama electoral sin el sinapismo de tu C's rodando por los primeros puestos encuestados...y qué alivio para la España mayoritariamente adecentable.
Es lo que tiene no saber por donde da el aire y creer que se es el Meteosat Obviamente. Ains!

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