Estás en los espejos (te parece que estás en los espejos)
Pero el único espejo que sabe adivinarte
es el cristal intacto del presente. Lo demás olvídalo.
Y deja que la lluvia, siempre otra,
formule las respuestas adecuadas.
La lluvia es una anciana sabia en edades
que conoció los tiempos anteriores al tiempo.
Viene desde sí misma
y vuelve del revés cada fantasma.
La lluvia nunca miente. No podría mentir y seguir siendo
esta nueva cadencia de humedades azules. Como tú,
que tampoco consigues ocultarte en la denuncia helada
del espejo. Es mejor que te mires; recuperar la lluvia
en estos ojos tan cómplices de Octubre.
Recuperar añicos, pedazos de existencia
como si fueran lluvia.
Y ten piedad de ti.
Permite que la lluvia, por esta vez, te salve.
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