jueves, 6 de noviembre de 2014

La quiniela del CIS

La voz de iñaki
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Podemos, no podemos, ya veremos

EL PAÍS   


Lo nuestro es el azar. Doña Manolita. La primitiva. Las quinielas. Don Carnaval y Doña Cuaresma, Don Melón y Doña Endrina. El pp, el psoe, podemos y lo que vaya cayendo de paso. Un sin vivir tan cotidiano que ya nos parece natural como el alterne entre día y la noche o de las santas hornacinas y el puticlub de enfrente o la devoción a Anguita y el voto púnico a la gürtel. Es nuestra cruz y sobre todo la cara de algunos, bastantes más de lo recomendable. Cemento en rama. Extra De Luxe. Y como es lógico el CIS no iba a ser el perro verde que rompiese la línea habitual. El CIS. Comienza su in-cis-ión metroscópica con un golpe alarmante para la carcundia nutricia: Intención de voto. La gana Podemos y luego el Psoe y luego el pp. Los demás no existen. El votante de la acera del medio suspira aliviado. España va bien encaminada. Las aguas -podridas- vuelven a su cauce. Y el shentido común preshidencial sigue en la brecha incólume comodioshmanda. Puede que cambien de lugar las caras, los logos, las siglas, que siempre viene bien para dar vidilla al mortorio institucional, pero, uff, qué descanso, comprobar que, de verdad de la buena, aquí no hay quien cambie nada más que el turno en los primeros puestos de la lista. Como en la cola de la frutería. O de la Seguridad Social. Lo que mola es un sálvame en versión monolítica y bipartidista. O gana Podemos, pero no del todo, o gana el Psoe, en iguales tesituras, lo que significa que para gobernar deberán pactar o matarse vivos, con lo cual sería lo mismo que si gobernase el pp. Un parlamento insoportable, una legislatura de mercadillo, "venga, venga, que me  quitan de las manos esta reforma laboral, esta renta básica, esta herencia recibida, este ytúmás, rojos renegados! y tú populista! y tú traidor, y tú ya estamos!". Pero, no, que nadie se frote las manos haciéndose ilusiones de que al menos, la cosa del verdulerismo político acostumbrado quedaría en el ala izquierda, que apuntaba a un respiro, al menos en teoría. Porque el CIS, vuelve la hoja de ruta y coloca al pp como prima donna del batiburrillo. Ah, queridos, cómo habéis picado el cebo ciscense...En  realidad, el ganador sería...el pp! ¿A que no os lo esperábais? Pues, hale, ahi lo tenéis: aterrizaje forzoso, sin tren ni paracaídas en cola para frenar el bofetón contra la pista de la realidad. Contra el cemento. Como viene siendo ya el ritual. A los españoles no les gustan las sorpresas porque se sienten como desvalidos si no tienen controlado de antemano lo que pueda pasar, aunque luego nada sea verdad, aunque fuese mucho mejor dejarse sorprender por una vez en la historia y hacer, por puro escarmiento, que la pluralidad del voto centrifugase la corrupción y los apegos ansiosos a las destructivas mayorías absolutas. Pero, quiá, de eso nada. A los pequeñajos ni agua, todo para los peces gordos, los que se comen a los pequeños, que en realidad son los ciudadanos. Pues todo pez que asume mayorías por encima de sus posibilidades éticas, acaba por hacerse caníbal y liquidar a su propia parentela si su razón de estado rampante se interpone entre  él y el forring office de la pecera. El CIS lo sabe, que para eso es el esbirro underground del mejunje, el que desde la incertidumbre de los virajes inesperados pero siempre posibles en lo incomprensible del vericueto opcional, comanda el inconsciente colectivo. Marea la perdiz y acaba el día de las elecciones por la noche, desde su pantalla Matrix, con el mismo mantra: "Ya os lo decía yo..!"  

Y mientras tanto las conciencias neblinosas entre tirios y troyanos alelados por el ya tradicional caballo de cartón piedra, aparcado entre los despistados leones del Parlamento, relleno de asaltantes camuflados de regalo de los dioses, los aqueos se disponen a lo suyo, al s-aqueo previsto desde que la pobre Casandra les caló, pero bien, sin ser escuchada ni  creída porque nadie es profeta en su tierra, sino lunático visionario de  los c...( metáfora de toda la vida, que lo mismo les vales para endosar procedencias impresentables que exóticas virtudes apabullantes) 

Y es que el remedio es ciudadano o nunca será remedio, sino remiendos varios. Y lo más cercano a ese remedio es la pluralidad y el reparto del voto, porque eso significaría que los ciudadanos piensan, analizan, valoran y eligen, y que esa pluralidad eficaz y práctica será la voz diversa de la ciudadanía, de sus particularidades  de sus necesidades e iniciativas concretas, autonómicas y territoriales. El entendimiento, la escucha, el debate, el acuerdo, la empatía social y política que es solidaridad y madurez, adultez democrática. Otro cantar muy lejos del espectáculo mediático de las grandes masas abducidas sin conciencia, predispuestas a escuchar y seguir al primero que les cuente el cuento que desean oír para no tener que despertarse, pensar, decidir y tomar las riendas de su responsabilidad civil, que es la cima más alta de la libertad. Los derechos de los ciudadanos empoderados de su responsabilidad, -representados puntualmente en la gestión-,  sólo deben defenderlos los ciudadanos, no los interesados pseudopolíticos que hacen de esa defensa sui generis, nada menos que, su profesión vitalicia. Para la ciudadanía es mucho más fácil, y útil, acceder e intervenir y participar en pequeñas formaciones, que en partidos multitudinarios, adeptos al voto del miedo, el voto inútil,  con gran aparato, donde el votante siempre desconocido e irrelevante para los políticos que dicen representar fantasmas incorpóreos, representantes que se desligan de la ciudadanía que sólo paga una cuota en el partido y se desentiende de todas las decisiones. 

Si Podemos y el Psoe son ciudadanos de verdad su mensaje debería ser de este tipo: "Vota en conciencia, no nos votes por inercia. No queremos ganar como partido, sino que gane la democracia, y que el gobierno sea participativo, donde todos tengan voz y voto a la hora de tomar decisiones. Sumando se crece en democracia y en eficacia. Restando y excluyendo se mengua y a la larga en todo, toda 'democracia' forjada así, termina en oligarquía, en aparato de intrigas y en injusticia, porque no hay referentes ni puntos de reflexión que muestren lo que no vemos o no queremos ver y nos mantengan vinculados a la realidad"

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