jueves, 6 de noviembre de 2014

¡Dime qué temes y te diré quién eres!

por Luis García Montero

06 nov 2014



Saber lo que da miedo, lo que produce pánico, ayuda a conocer el carácter de las personas.
Las encuestas sobre la intención de voto de la ciudadanía han dado mucho que hablar en la última semana. Y hablando se entiende la gente. Hasta el catastrofismo, las amenazas y las profecías de epidemia electoral sirven para iluminar la realidad. Las convulsiones que provoca el ascenso fulgurante de Podemos nos enseñan mucho sobre la situación de la Democracia y la Prensa tradicional en España. A la luz de las encuestas, se perfila también una idea de lo que se piensa de Europa entre los padres y las madres de la Patria.
1.- La Democracia. La quiebra del bipartidismo es presentada por políticos y periodistas como una amenaza populista contra el Gobierno responsable. Se trata de un peligro para la Democracia. Este miedo nos obliga a plantearnos de inmediato qué idea de Democracia sostienen las personas asustadas.
Por lo visto hay muchos políticos y comentaristas para los que una Democracia es una máscara perfecta, el disfraz de la desigualdad. El rigor democrático significa para ellos que 16 familias con apellido de élite acumulen en España el mismo dinero que 14 millones de pobres. La seriedad supone aceptar que un Gobierno conceda obras públicas por valor de 22 millones de euros para que en sus cajas B y C entren más de 4 millones de monedas negras. La madurez implica que un presidente calle o mienta por costumbre.
Más todavía. Según ellos entienden, la profesionalidad es negociar con los bancos leyes hipotecarias para el desahucio descarnado, injusto y sin amparo de las personas engañadas por una gran estafa inmobiliaria. La responsabilidad económica es pactar con las élites una liquidación vertiginosa de los derechos laborales. Es utilizar y favorecer el paro como argumento para deteriorar los salarios y los contratos laborales. Es llamarle demagogia a la verdad.
Esta es la idea de Democracia que defienden todas las voces aterrorizadas por un posible cambio. Su miedo los distingue de buena parte de la población que tiene otras preocupaciones. Está asustada por el desempleo, la pobreza, la corrupción política y las mentiras electorales.
2.- El Periodismo. La quiebra del bipartidismo molesta a un amplio sector de la realidad mediática española. Hay muchos matices. Repiten profecías catastróficas los periodistas y tertulianos acostumbrados a llamar la atención con calumnias, insultos, mentiras y disparates al servicio de los poderes más reaccionarios. Escriben editoriales rotundos los medios que han confundido la información con las especulaciones económicas. Pensaban, además, que ser importantes significaba tener un partido o una familia política a su servicio. Ahora pierden las cuentas de sus especulaciones, sus políticos y su clientela. Para ellos la quiebra del bipartidismo es también la constatación de que nuevos modos de información han roto su hegemonía.
La mentira o la manipulación de la verdad: esta es la idea de Periodismo que defienden todas las voces aterrorizadas por un posible cambio. Llama la atención la facilidad con la que han cobrado protagonismo los tontos de baba en el panorama mediático. La producción industrial de tontos es un síntoma tan indicativo como la facturación de calumniadores. Sus ideas de España se distinguen por fortuna de una ciudadanía que está cansada de una realidad llena de miserias y mentiras. Es una suerte que las indignaciones no hayan alimentado aquí el fascismo, sino la ilusión de un cambio democrático del sistema.
3.- Europa. Cada vez que se utilizan los nombres de Venezuela o de Bolívar como amenaza de catástrofe contra lo europeo, no sólo se simplifica el debate sobre Venezuela o el bolivarismo, sino que se afirma una determinada idea de Europa. Hay gente aterrada porque piensa que Europa, igual que la Democracia y el Periodismo, es el ámbito perfecto para que la ley del más fuerte imponga sus corrupciones, mentiras y abusos económicos. Por otra parte, algo muy frágil debe ser Europa si no es capaz de equilibrar el voto libre de la ciudadanía y la seriedad democrática.
¿Quién puede plantear la España del PP o del bipartidismo como modelos de seriedad europea y democrática? Dime a qué le tienes miedo y te diré quién eres. Vamos a ser serios, pero de verdad.

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