Granada
Laica considera que se vulneran los derechos del niño al obligarlo a
asistir a clases de catequesis en contra del deseo del menor y de uno de
sus...
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Una vez más el catolicismo Torquemada se convierte en el mejor antídoto contra la gracia divina del libre albedrío. ¿Cómo puede una ley civil forzar a una persona, aunque sea menor de edad, a practicar una religión en la que dice no creer y ni siquiera se le pregunta personalmente cuáles son sus razones, como si tener ocho años conllevase la condición de sujeto no pensante e incapaz de expresar lo que piensa? Pobre niño. Usado por los mayores como arma arrojadiza de sus ideas y fijaciones. Como objeto humillable.
¿Creen los católicos que ese niño será un creyente cuando sea libre de marrullerías y presiones, después de esta experiencia con una religión que se aplica a mazazos y luego predica que el amor al prójimo es lo más importante? ¿Qué es el amor al prójimo para estos elementos tan católicos y tan poco conocedores de la experiencia del carpintero de Nazaret? ¿Alguien puede imaginarse a Jesús el nazareno, haciendo estas barbaridades? ¿Entrar a saco en la psique de los seres humanos, violar su conciencia y grabarles a yerro candente la marca de sus programaciones?
Así estamos como estamos. Nadie ha elegido desde nunca si quiere o no creer en algo. Ya nos imponen creencias, ritos y dogmas, en vez de transmitirnos experiencias vivas y sanas desde la infancia. Eso bloquea nuestra maduración personal y nos hace crecer deformes, con roturas entre creencia y praxis. ¿Puede imponerse el amor, la fe, la esperanza y el respeto, a base de pisotear la conciencia? Estamos a la misma altura antropológica del Cardenal Cisneros torturando creyentes musulmanes para convertirlos sí o sí, o de Domingo de Guzmán quemando cátaros albigenses para mandarlos al cielo forzoso desde la hoguera y que no siguieran viviendo en el error. Es horrible que este estado de primates meapilas siga marcando la vida de los seres humanos que con tales taras impuestas y heredadas ni siquiera alcanzan a plantearse si vale la pena que haya un dios capaz de inspirar tales aberraciones a sus criaturas y encima tener que adorarle por encima de todas las cosas a riesgo de que si su divino ego no se siente suficientemente inciensado, loado e infatuado, nos mande a los infiernos por la eternidad...como si ya no fuese un infierno tener que soportar semejante estado de agobio, de pesadumbre, de culpa constante hasta por respirar y de miedo a no cumplir los caprichos del energúmeno onmipotente. Hasta tal punto nos taran que no podemos ni pensar en tales evidencias que se espantan de la mente para no cometer el terrible pecado mortal del rebote del muñeco de cuerda o a pilas contra su impresentable inventor y manipulador. Qué terrible, darle inteligencia pensante a las figurillas que luego te ignoran y pasan de tus grandezas y glorias...
Si "dios" fuese lo que nos han contado personajes capaces de cometer tanto abuso en su nombre y encima creyésemos en "eso", sería para que tuviésemos, justamente, el mundo que tenemos...un mundo comodioshmanda. El mundo de Rajoy. El mundo de la banca amiga...del fraude. El mundo de los clérigos pederastas. De los cardenales ambiciosos y de los papas cuentistas y flautistas de Hamelin, el de los políticos corruptos sacrosantos y rezadores para que su "dios" arregle lo que ellos estropean, pero dándoles dividendos y multiplicandos a cambio de las limosnas, las novenas y las trampas secretas de confesión, las bulas y las beatificaciones de la sinvergüencería a cambio de prebendas grupales o personales.
Menos mal que Dios -por llamarle de algún modo-, o mejor, el Espíritu, sopla donde quiere, como quiere y cuando quiere la libertad del Hombre compartir con Él/Ella la misma esencia. No hay ley que le sujete ni delito que le alcance ni virtud que le limite ni defecto que no tenga el salero de convertir en gracia especial. Si los inventores de los dogmas y los pecados se lo tropezasen de nuevo, tendría que salir a escape para que no intentasen violarlo como en Sodoma o torturarlo y crucificarlo como en Jerusalén o en Somalia o en Irak o en patera. Menos mal que Él/Ella siempre va por libre.
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