jueves, 20 de noviembre de 2014

De duquesas rebeldes y otros flipes

Qué poder tan hipócrita tiene la muerte sobre los prejuicios sociales. Se puede ser durante décadas el hazmerreir y la chacota informativa, la diana del pitorreo mediático, pero de repente, cuando se muere el sujeto del esperpento, resulta un ser adorable, ejemplar, admirable y perfecto. Y siendo el paradigma del pijerío, de la horterada caciquil hereditaria, del espectáculo manoseado, del populismo capitalista y ramplón, de repente, por obra y arte de la guadaña segadora, zás, transformarse en todo lo contrario: en inteligentes, sencillos, entrañables y hasta ¡rebeldes y disidentes!, del mismo sistema que les ha dado el pastón y la popularidad enrarecida, y que les gusta más que la miel a a las moscas, confundiendo la rebeldía con lo estrambótico y la inteligencia con la chequera y el pedigrí familiar.

                   

Lo describió Quevedo con su pluma-Thermomix y no erró ni en un acento, ni en una coma. Poderoso caballero es don Dinero. Hace más milagros que todas las apariciones marianas y santeras juntas. Convertir a la difunta duquesa de Alba en rebelde y contestaria es otro de los prodigios del pastón. ¿Rebelde ante qué? Si toda la vida la ha pasado encerrada en sus diversas y pala-ciegas jaulas de oro o viajando a todo tren con la misma pasta protectora y haciendo lo que le manda el protocolo como una liturgia asimilada que le "ordena" hacer todo lo que le ha dado su ducal gana, como todos los nobles y noblas, ejerciendo a tutiplén  sus derechos de pernada. ¿Dónde está la rebeldía? ¿En encapricharse de hombres plebeyos y convertirlos en duques y arreglarles el plan de pensiones o el seguro de entierro Santa Lucía?
Eso lo han hecho toda la vida los de su casta cuando les ha convenido y apetecido. ¿Tal vez la ilustre rebeldía consistiese en empeñarse en llevar un abrigo de chinchillas de la Taiga, cuando el director de escena le recomendaba que eligiese el de visones de la Tundra? Por ejemplo, las reinas de la casa Borbón, como la mujer de Carlos IV, Maria Luisa, que a la vez mientras el 'ruá' se iba de montería por El Pardo a cargarse las piezas, ella, de picospardos, se encargaba de las cornamentas poniéndole  a Godoy el piso y la mercería de valido real o su sucesora Maria Cristina, viuda de Fernando VII que hizo lo propio con su guardaespaldas, con el que se montó una timba tipo Púnico-Gürtel, y hasta se casó con él. Lo hizo Isabel II con todos los generales de buen ver que se tropezaba para compensar los encajes de Chantilly en la lencería íntima de su real consorte Paquita Puntillas....alias Francisco de Asís. Quizás la rebeldía se haya medido por meterse botox hasta quedarse hecha un dolor, como cualquier maruja o marujo del plebeyamen  que no aceptan la caligrafía despiadada del tiempo sobre la piel y su relleno natural, los músculos descolagenados y enajenados por el empastre.

No sé donde estará la rebeldía en asuntos tan poco rebeldes y tan sobeteados, lo mismo por la realeza (¿?), la nobleza(¡!) y hasta por la mismísima burguesía acomodada e igualmente palurda, emperrada en imitar los usos y costumbres más macarras del poderío genético-millonetis. Si eso es rebeldía, no sé como llamarán entonces a lo de Isabel Álvarez de Toledo, la "duquesa roja". Ésa sí que fue una conversa a la rebelión como forma de vida. Ella que, junto a Adolfo Suárez, fue la única miembra de la casta que consiguió hacer la transición comme il faut, pero, para más honor y gloria, lo hizo por adelantado, en vida del tirano Paco Medallas y Piquetes Fusiladores.  Se saltó todas las barreras y en pleno franquismo se hizo republicana y comunista de las cañeras, sin teoría, pura praxis y yendo al turrón directamente y sin protocolos como Dios y Karl Marx mandan y recomiendan. 


                                                              Resultado de imagen de fotos de Isabel Álvarez de Toledo     

Por nacimiento, Duquesa de Medinasidonia, tres veces grande de España y con tropecientos títulos más, de todas las denominaciones habidas y por haber en el listín prebendario. Según su conciencia fue despertando pasó de reclamar títulos fósiles a redimensionarlos según el córtex cerebral, una vez superado el listón limitador cognitivo del cerebro límbico, y a chotearse de los fatídicos títulos por completo,  hasta perder todos los miedos y tabúes, y plantarle cara al dictador para  ponerse al lado de los campesinos andaluces explotados e intoxicados, hasta terminar presa, por rebelde, insumisa, desobediente e indomable, en la cárcel de mujeres de Alcalá de Henares, como cualquier mindundi revolucionaria, acumulando sobre sí todas las maldiciones mediáticas habidas y por haber, la reprobación social de la misma mayoría que unos años más tarde a dictador muerto, saldría a la calle convertida en socialista, previo lavado de cerebro, cómo no, mediático,pero sin madurar ni pensar ni discernir, obviamente, más bien con el síndrome de los toros cuando se les abre el toril y salen al ruedo desde la oscuridad del chiquero.
Escritora, investigadora y mantenedora del patrimonio cultural de los archivos históricos y artísticos que heredó para ponerlos a disposición de todos y no dejarlos apolillarse en el tufo a rancio y aristocrático pacotillero, encerrados en la cripta intocable del ducado de marras; (paradójicamente aristós, significa "el mejor"  y  "aristo-jracia"  "el poder de los mejores"). Tiene bemoles la cosa...que para ser "los mejores en el poder" haya que ser los más sanguijuelas y palurdos hereditarios.
Vivió con sencillez y sin fanfarria alguna. Y un buen día, estando casada y separada de facto un montón de años, madre de varios hijos, se enamoró de una mujer y se casó con ella en su lecho de muerte para poderle dejar la custodia del patrimonio cultural que vale millones, en vez de dejar el tesoro y el empeño de su custodia a sus hijos, que no compartían su sensibilidad social ni su pasión por el activismo político ni por el mantenimiento democrático de los bienes culturales de la familia, así dejó como heredera  del patrimonio a la esposa plebeyota y "contra natura" según los cánones, que además, si  mal no recuerdo, ni siquiera es española, se llama Liliana Dahlmann, y  aún vive en la casa ducal de Sanlúcar de Barrameda, convertida en la guardiana responsable del museo y archivo, abiertos al público, que al parecer es el único bien material que la duquesa a contra pelo, ha conservado de todo el fortunón que heredó. Eso sí que es una vida rebelde con fundamento y rica, rica, como diría Arguiñano.






No sé qué nos pasa a los españoles. No sé por qué nuestro cuarto poder,  mass media (se diría massmediocre), es tan roñoso y tan cutre, tan mojigato y tan lerdo, salvo raras aves que vuelan un poco más alto y ven mejor el panorama y el horizonte. Ni por qué nuestros valores y nuestro discernimiento no funcionan o es que, posiblemente no los tenemos y los deberíamos construir y llenar de sustancia y contenido. ¿Será genético? ¿Será educacional? ¿ O es que como lo genético fatalmente nos educa, no podemos salir del bucle? Este país, esto que somos, es un dolor de conciencia y , a la vez, una maldita  y torpe anestesia general para compensar.


                                                



P.D.

bienes de la duquesa

El 90% del patrimonio de la Casa de Alba está exento de impuestos, según Gestha

Las causas son la consideración de Patrimonio Histórico de parte de los bienes y la cesión de obras de arte a la Fundación Casa de Alba.

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