jueves, 15 de noviembre de 2012

Un análisis estupendo de Iñaki, para una síntesis de gaviotas sordas, ciegas y tontas

foto'Sin proyecto común de país', por I. GABILONDO



Hay algo que en estos momentos de sociedad patasarriba se nos está olvidando y es la serenidad que nos facilita la visión del conjunto. El dolor y la empatía con el dolor nos puede llegar quitar la perspectiva y la capacidad de reacción práctica. Se está cayendo un modelo de vida que no era ni mucho menos una vida realmente satisfactoria, sino un pasar por ella sin entenderla ni valorarla, entretenidos por la necesidad y el gusto obligatorio, e inducido, de consumir hasta llenar las arcas insaciables del mercado. Ya se han llenado lo suficiente. O sea, ya no les cabe más. Los poseedores de estas arcas son cuatro gatos muy pícaros, que se han dedicado a organizar una red global de dependencia, esclavizando a los ciudadanos del mundo por medio de una deuda permanente; ya no sólo privada, sino también pública. Han conseguido empantanar a los gobiernos y domesticar a los políticos con sus teorías macroeconómicas, cuyos especialistas son cerebros automatizados, desprovistos de cualquier rasgo humano que pueda debilitar la contundencia del método intimidador. Hasta llegar al punto en que se haga lo que se haga, no se pueda salir de la red inevitable y necesaria. En esa red sin aparente salida, se agotan recursos, fuentes de energía, vida orgánica terrestre y marina, atmósfera respirable, se altera hasta el magma terrestre, la deriva de las plataformas continentales y hasta la inclinación del eje terráqueo, por los experimentos militares-financieros, para obtener bolsas de petróleo detectadas a profundidades peligrosas y temerarias, que para ellos no representan nada, porque nunca practican en su terreno, sino en medio de los océanos o en las costas tercermundistas. Y con sus mentes numéricas e incapaces de unir causa y efecto a largo plazo, son incapaces de ver que ellos mismos están diseñando, no sólo la extinción de masas de pobres, que consideran un lastre, sino también su propio suicidio. Esa plaga minoritaria, inconsciente y poderosa, gracias a que es la dueña de los medios de comunicación y de la tecnología, tiene como objetivo destruir el alma humana. O sea, la independencia y la libertad que el hombre necesita para desarrollarse y crecer. Ha comprado la ciencia. La tecnología. La "cultura". Los cerebros potentes y la voluntad. La economía y la política. Las religiones. Elimina la educación y los valores imponiendo una enseñanza autómata donde la capacidad creadora independiente y la lucidez desaparezcan disueltas en la obediencia de los números y su mecánica controladora, reduciendo el horizonte del hombre a lo contable, medible, pesable y cuantificable. Quiere eliminar la lógica de la intuición, la inteligencia de la lucidez que "ve" y actúa desde lo mínimo a lo infinito y viceversa organizando un mundo civilizado, múltiple, plural y bien avenido, unido por el bien común. Quiere eliminar compasión y solidaridad, porque despiertan la conciencia y la abren al amor que es, además del sentimiento más noble que podemos experimentar, la fuerza real de afinidades y complementariedad que hace funcionar las reglas de los universos. Se han detenido en el minimalismo del ego y no son capaces de trascenderlo. Por eso el único modo de deshacer la red letal, que lo es también para ellos, el único modo de conseguirlo es el cambio de conciencia, o sea, dejar de practicar las formas y comportamientos, la programación, que nos han impuesto y que hemos ido aceptando sin reflexión y sin darnos cuenta de adonde nos lleva esta vía sin salida.

Lo primero es saber con qué contamos. Qué recursos personales tenemos, ya que los mecánicos y monetarios nos los pueden quitar en cualquier momento. Así que nos conviene asociarnos para poner en común esos recursos y esas ideas. La tierra es un bien que genera vida, luego es importante que para mantener el sustento nos aseguremos ,por grupos, la inversión en parcelas y en solares, donde podamos cultivar huertos urbanos, almacenar agua de lluvia,poner placas solares que nos provean de electricidad en nuestras comunidades de vecinos, en las azoteas, aplicar en ellas, como en las fachadas y balcones, la jardinería y la horticultura, para conseguir la isotermia necesaria y ahorrar en calefacción y refrigeración, y así crear puestos de trabajo, tanto como para cultivo y gestión, como para instalaciones a precio justo, pagando mejor a los que mejor trabajen y menos a los cahapuzas, a la vista de los resultados. 
Tenemos mucho que aprender, que dar y recibir, extendamos el uso del trueque de tiempo, actividades y servicios. Vayamos transformando la idea que confunde felicidad con posesión y adquisición de objetos, ropas innecesarias y artilugios sin los que   ganamos en orden y en espacio y en presupuesto. Dediquemos un tiempo, diario o semanal, a adquirir habilidades como la cocina, la compostura de prendas, el tejido de ropas de abrigo, el reciclaje del papel, la madera,el vidrio,el plástico, los metales, las cerámicas  e iremos descubriendo espacios internos y compartidos que ahora ni podemos imaginar. El índice de armonía y de felicidad, de salud y de bienestar crecerá haciéndonos crecer. Ya está sucediendo y se está demostrando que es posible. 

Esta antigua masa humana necesita fermentar su inteligencia y su alma para que se descubran y multipliquen sus recursos y la levadura está siendo la crisis. Ello nos permitirá ir creando otro nivel de existencia, donde la dependencia estatal es mínima o nula. Y las comunidades se rigen por sí mismas y en red con las demás. Las redes sociales son un experimento de lo que puede llegar a ser la red humana en lo próximo, no sólo en plan virtual. Así se recupera el sentido "político" del servicio público y gratuito, con la elección directa de representantes, que son ciudadanos normales que no abandonan su oficio original y que son gestores temporales que nunca permanecen en el cargo más de un año o dos. Lo justo para no caer en la tentación de convertir el servicio público en beneficio privado. 
Las comunidades elegirán el tipo de enseñanza que quieren para sus hijos y tendrán los pedagogos adecuados que harán participar a los niños en las actividades de la vida normal, combinada con la enseñanza empírica y el estudio escolar en las bibliotecas de los centros que podrán ser las casas normales y los parques públicos, los recreos.

El cuidado de los enfermos y ancianos inhábiles será cosa de la familia y de la comunidad vecinal. Los médicos, incorporados al mismo sistema, serán visitadores siempre que el enfermo no pueda desplazarse. Los hospitales, con ese tipo de vida, serán mucho más sencillos e innecesarios y se usarán en casos de cirugía imprescindible o de diagnosis para casos complicados. Los farmacéuticos elaborarán los preparados para cada persona y desaparecerá el negocio terrorífico de los laboratorios. Y su toxicidad matadora. Teniendo en cuenta que el índice de salud en ese tipo de sociedad será altísimo, porque el estado de ánimo, la alimentación justa y biológica, cultivada y elaborada en el entorno habitado y la higiene natural, mejora por completo la salud. La ecoaldea será el modelo habitual que garantizará ese modo de vida completamente renovado.
La tecnología y el negocio que la degrada, cambiarán de signo y de uso. Lo mismo que el dinero, que una vez desaprendida la especulación se quedará en su justo valor de pagaré al portador, sólo para determinadas transacciones. Sin bolsa ni mercados sanguijuela.

No se tratará de un retroceso ni de una pérdida de estatus social, sino de encontrar la plenitud de nuestra existencia por medio de recuperarnos a nosotros mismos como individuos y zooi politikoi , animales sociales, como Aristóteles llamó a nuestra especie. Y entonces, en ese crecimiento hacia nosotros mismos y hacia los otros, en idéntico nivel de percepción en la diversidad, podremos constatar que somos mucho más que animales sociales, porque ya han pasado 2500 años desde ese diagnóstico. Y habremos, por fin, alcanzado la condición verdadera de seres humanos.
Así será el futuro, sí o sí. O no habrá futuro posible.
Os invito a que investiguéis on line, a que busquéis blogs y webs de ideas nuevas y sostenibles, a que lo comentéis en vuestro entorno, a que cuando os lleguen noticias de previsiones catastróficas las borréis de vuestro correo y no las reenvieis a nadie, pero sí les podéis devolver un e-mail aportando una visión positiva del mismo asunto.
Este estado de cosas, que describe Iñaki Gabilondo en el video de hoy sólo tiene la solución que nosotros le demos ahora, y que el sistema actual ha demostrado no tener recursos, ji ideas ni estructura para sanar el desaguisado monumental que él mismo ha provocado y que nosotros hemos seguido como si fuese la panacea. Sería como pedirle a un virus que regenere los tejidos que ha destruido y sane al enfermo que se ha cargado. Un imposible. Pero frente a ese ejemplo tenemos alguna posibilidad más, la inteligencia del hombre es más fértil y amplia que la de los virus y puede dar un salto de conciencia  y abandonar la toxicidad en el punto exacto de bifurcación de opciones. Es nuestro momento. Ahora o nunca.
¿Qué piensas hacer hoy para ponerte en marcha? ¿Te quedarás esperando a que el hada madrina de Rajoy le inspire con un cambio de varita mágica o te pillarás el teclado y la pantalla, el wasap o el smartphone o el modesto Nokia o Samsum de 10 € y empezarás a preguntar y a preguntarte cosas decisivas y a quedar con tus amigos para organizar actividades y encuentros con sustancia que podéis llevar a la asamblea del barrio?
Siembra en la red y en el aire, como dice Bob Dylan, y si en vez de tempestades y desánimo, siembras ideas para crecer y agrandar conciencia, todos recogeremos contigo la cosecha. No lo olvides. Todo lo que hacemos tiene sentido si se lo damos. La cúspide de una pirámide enorme se caerá si la base se mueve. Tampoco lo olvides.
Os aseguro, que no están locos. Mis amigos Víctor y Mª José lo decidieron hace veinte años. No les gustaba lo que veían e iniciaron el camino. El resultado es esta ecoaldea, de la que el video sólo da una pequeña pincelada; son modestos y nada exhibicionistas. Como la naturaleza y el bien. Hay que conocerlos para saber lo que significan de verdad. Más allá de imagen y palabras.

Esta idea sustentada por Green Peace, tampoco es una locura, sino una solución que también en Europa nos vendría al pelo. Transporte público con motor eléctrico alimentado por energía solar y el producto  reciclado de los residuos orgánicos de los vertederos de las grandes ciudades. Con lo que se consiguen dos beneficios básicos: mejorar la salubridad pública, al reciclar la basura inmensa que generan millones de personas y hacer funcionar al mínimo coste los transportes públicos.
Y para inventar y poner en práctica en nuestro entorno proyectos limpios, factibles y solidarios ¿hacen falta Rajoy y la varita mágica-gafe de su hada madrina o nuestras ganas de cambiar las cosas y a nosotros mismos? Hay emprendedores estupendos que si dejásemos de pagar impuestos para Defensa o Eventos o instalciones ruinosas de Copas de la Américas, Fórmulas 0 rentabilidad o Auditorios asesinos, sueldos vitalicios a expresidentes, exministros y ex diputados chupópteros, podrían ser estimulados y ayudados en unos logros que benefician a todos. Concedamos una hipótesis deseable: que las entendederas rajoyanas alcancen a valorar que el dinero tiene los días contados como factor RP. Riqueza y prosperidad, que ahora nos muestra su verdadero significado: +Requiescant in Pace (descansen en paz). Amén

Muy interesante:
http://www.vivirsinempleo.org/

WEB RECOMENDADA
ASOCIACION PARA EL DESARROLLO DE LOS BANCOS DE TIEMPO

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