miércoles, 14 de noviembre de 2012

Irlanda, el último mohicano del catolicismo europeo


Muere en Irlanda la mujer a la que se negó el aborto de un feto inviable

“Este es un país católico y la ley lo prohíbe”, explicó el personal sanitario del hospital de Galway.
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La bella Irlanda es un enigma incomprensible. Afectada por la crisis hasta la ruina, no se atreve a decir ni mú en la oleada reivindicativa, en la eurozona, de su propio estado carencial. Y además, arrastrando su catolicismo recalcitrante y santísimo, se acaba de cargar a una pobre mujer hindú, embarazada de 17 semanas y con un feto de imposible desarrollo, cuyo aborto se negaron a practicarle, "porque el corazón latía"; le dejaron morir dentro del seno materno y se negaron a extraerlo, hasta que la madre desarrolló una septicemia galopante, y aún así, se negaron al aborto hasta que viendo el estado gravísimo la operaron y a continuación murió. La mujer no era católica,en su cultura la habrían atendido  y se habría salvado de un crimen abominable. Es inconcebible que la letra de un dogma mate a seres vivos, sanos y enteros, para "salvar" un amasijo de células palpitantes y deterioradas que se mueren y se pudren en el útero hasta que la madre muere envenenada por la intoxicación putrefacta de un proyecto de ser humano insalvable por defecto inicial. 
¿Qué es más violento y más sacrílego, eliminar a un proyecto de feto muerto o matar friamente a la madre? Esos médicos no merecen ese título ni el permiso para ejercer. Son unos talibanes insanitarios, unos verdugos fanáticos, tipo testigos de Jehová. 
Es un peligro atroz que un país se gobierne por dogmas religiosos y que sus leyes sean inhumanas pensando complacer a un dios ilusorio e imposible, porque no puede existir un Dios real capaz de ordenar nada que violente la conciencia y tenga tan poquísimo discernimiento y mucha menos compasión que sus criaturas más civilizadas. Es aberrante. "Eso" no es Dios, sino el trasunto cerril del fanatismo y la incultura, convertido en religión y en culto idolátrico a las propias manías culturales. Ateos meapilas. Creyentes teóricos y ateos prácticos. Monstruosos. Capaces, como pasaba en España en la dictadura, de firmar penas de muerte como churros y luego comulgar tan tranquilos y pasearse bajo palio, como una custodia en el Corpus Christi, inciensados por el clero sacrílego y cómplice de la barbarie y de la blasfemia peor, que es matar al prójimo con la sangre fría de una creencia y de una ideología como único impulso detonante. ¿Qué pensarán que quiere decir el 5º mandamiento de su ley mosaica, cuando dice "No matarás"? Se pasan siglos elucubrando, buscando la pulga de la Chelito en el Portal de Belén y las plumas del Espíritu Santo en los plumeros de la Guardia Suiza del Vaticano, pero son incapaces de liberar a los desgraciados incautos, de los pesos y errores garrafales y delitos de lesa humanidad. Se le da la comunión a Franco, a Pinochet o cualquier dictador, asesino y devoto, pero se deja morir sin atención médica a una mujer que ni siquiera es católica, porque es "pecado" extraer de su matriz un feto de 17 semanas, muerto, pero que "aún late" automáticamente. 
Tanto rizar el rizo con el dogma de la Trinidad, de la Concepción de María, de la Transustanciación y del Chambergo del Gato con Botas, para terminar siendo una panda de matarifes sin ética ni compasión, pero eso sí, muy católicos. Muy sumisos al absurdo. Muy obedientes a la perogrullada inhumana más digna del medievo que del siglo I de la Era Cristiana. Qué vergüenza estar bautizada sin mi permiso, en un berenjenal semejante, tan lejos del amor amor al prójimo como de ese Dios que desconocen por completo, ya que sólo se le puede descubrir, precisamente, en lo que no quieren ver: el corazón del hombre. Su divinidad y su dignidad. El único modo, que como dejó dicho Jesús de Nazareth, -a quien siguen crucificando y sacando en procesión como si fuese un ninot fallero-, de reconocer a Dios.
Menos beatería fanática y más humanidad. Y esto no sólo va para los irlandeses, porque aquí, en la Península Ibérica, tenemos el mismo problema, aunque no tan grave, pero muy parecido y cualquier día, puedes encontrarte a un ministro de Justicia como el actual que obligue a hacer burradas de ese tipo, por ley.

Sería muy interesante que el Parlamento Europeo estableciese una comisión de estudio e investigación acerca de estos países católicos a macha martillo y sugerir a los gobiernos la separación entre Iglesia y Estado; no es posible una igualdad económica y social entre una Europa de tradición protestante, mucho más abierta y civilizada que esta otra, de tradición católica, con una religión- estado, que no es ni chicha ni limoná. Porque si es un estado independiente, con un gobierno y unas leyes propias y un sistema económico de inversiones, ¿qué hace cobrando por concordatos religiosos con los gobiernos laicos, sacando tajada de los impuestos de un estado aconfesional y llevándose una pasta de ciudadanos de otras religiones o simplemente sin religión? Y que para colmo haya hecho de su religión una asignatura en vez de limitarse a sus catequesis particulares. Que se permita el lujo de despachar maestros que no le gustan porque se divorcian o se amanceban. Pero no los despacha si son pedófilos...Este surreaalismo determina la actitud social obediente, acrítica e irresponsable de su propia conciencia, porque el catolicismo no forma sino que deforma, inocula miedo y represión, en vez de profundidad espiritual y compromiso humanitario en una misma pieza. No conoce el amor verdadero, sino la pantomima reproductora y bendecida como una granja de pollos y gallinas ponedoras, cluecas, y gallos machistas insoportables. Es su escuela,llena de barbaridades que luego se "lavan" a golpe de confesionario. Lo dicho, Europa nunca podrá ser una unidad cultural y social, por mucho que se empeñe con el euro, si una parte de ella, bastante considerable, sigue aferrada a semejante entente degradante.
En Alemania, en Bélgica, en Francia, la religión católica es una más. Como todas, y sus sociedades son tolerantes, cívicas y respetuosas, sin tanto conflicto social ni económico, con mucha más capacidad para organizarse y avanzar sin tanto prejuicio ¿qué pasa en Irlanda, Portugal, España, Italia y Grecia? ¿Qué factor común las ha tarado hasta dejarlas "tocadas" socialmente de este modo? El catolicismo montaraz y deformante pedagógicamente tiene mucho que decir al respecto.

Os recomiendo esta película de Nanni Moretti. Es magnífica y explica muchas cosas sin ofender. No sé si estará disponible en internet, pero sí lo está en video clubs.

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