lunes, 15 de junio de 2020

Podría ser una novela de Agatha Christie, pero no. Es una investigación de Infolibre sobre el gerontocidio del pp en Madrid y su estrábico concepto de la Sanidad, montando pollos con "el crimen" del 8M para tapar sus atrocidades Quosque tandem abutere, fasciolina, patitentia nostra?


Un geriátrico de DomusVi en Madrid pidió a familiares autorización escrita para dejar morir en el centro a residentes rechazados por el hospital

  • Así consta en un acta de inspección de la Policía Municipal del 23 de abril, fecha en la que iban 60 fallecidos en las instalaciones de DomusVi Mirasierra sin previo traslado al hospital
  • Sólo los familiares de seis residentes firmaron esa autorización por escrito. DomusVi se niega a explicar a infoLibre qué ocurrió con los otros 54
  • El acta de la Policía Municipal contiene otro dato estremecedor: “Nos comunica la directora que tuvo acumulación de fallecidos en el centro (periodo máximo de cadáver en centro 72 horas)”
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Publicada el 15/06/2020 a las 23:20 Actualizada el 15/06/2020 a las 23:26
Infolibre 
Acta de inspección de la Policía Local de Madrid en la Residencia Mirasierra.
Acta de inspección de la Policía Local de Madrid en la residencia DomusVi Mirasierra.
IL
Las pruebas de que los hospitales de Madrid no aceptaron a personas enfermas que vivían en residencias durante el momento crítico de la pandemia son ya abrumadoras. Un acta de la Policía Municipal de Madrid a la que ha tenido acceso infoLibre desvela ahora un nuevo ángulo de esta tragedia. Una residencia de DomusVi, el principal grupo en España con 138 centros, informó a familiares de residentes de la imposibilidad de realizar traslados al hospital y les solicitó una autorización escrita aceptando que muriesen en la residencia. Así lo hizo constar la directora en el acta de inspección levantada por los agentes de la Policía Municipal de Madrid.
infoLibre se puso en contacto con DomusVi para saber si, más allá de buscar protección ante posibles demandas judiciales futuras, tenía algún objeto esa solicitud de autorización escrita a los familiares. Una portavoz del grupo se negó a responder a esa y a las demás preguntas que le planteó este periódico [puedes consultar al final de esta información todas las cuestiones planteadas y no respondidas por DomusVi].
La inspección de la Policía Municipal se realizó el 23 de abril. En ese momento habían fallecido en DomusVi Mirasierra 69 personas, 60 de ellas en la residencia. En el acta policial, en el capítulo de “Observaciones”, se indica lo siguiente: “De los 69 fallecidos, 9 fallecieron en el hospital, y el resto (60) fallecieron en la residencia provocado por la no admisión de derivaciones de dichos pacientes en el hospital de referencia (Hospital de La Paz)”.
Los agentes policiales añaden a continuación que María, la directora del geriátrico, “manifiesta que los familiares de 6 residentes, previa comunicación de su gravísimo estado de salud, comunican la no derivación hospitalaria y que su familiar fallezca en residencia (autorizándolo por escrito a la dirección del centro)”.
infoLibre preguntó qué había pasado con los familiares de los otros 54 fallecidos en las instalaciones de DomusVi Mirasierra, de los que no consta que concedieran esa autorización por escrito. La portavoz de la multinacional indicó en un principio que, al tratarse de un centro que gestiona DomusVi pero cuya titularidad es pública, debía ser la Comunidad de Madrid quien respondiese sobre lo ocurrido en dicho centro. Al final, ni DomusVi ni la Comunidad fueron capaces de responder a tres preguntas tan sencillas como las siguientes: “¿Qué ocurrió con los familiares de los otros 54 residentes? ¿No se les solicitó esa autorización? ¿Se les solicitó pero la denegaron?”.
Cuando se trata de enfermos que están al final de su vida, también en épocas normales y no sólo de pandemia, ciertas residencias preguntan a los familiares si quieren que fallezcan en el centro o si prefieren que los trasladen al hospital. Son “criterios de humanización”, que buscan dejar a la familia esa última decisión. Eso pudo ocurrir también en algún caso puntual en DomusVi Mirasierra, pero las cifras hablan de una situación general muy diferente: cuando empezó la pandemia el centro tenía 200 residentes y en poco más de un mes fallecieron 69, es decir, el 34,5%. La inmensa mayoría de esas 69 personas no eran, lógicamente, enfermos terminales a principios de marzo.
“Periodo máximo de cadáver en centro 72 horas”
En el acta de la Policía Municipal hay otro dato estremecedor. “Nos comunica la directora que tuvo acumulación de fallecidos en el centro (periodo máximo de cadáver en centro 72 horas)”, escriben los agentes en el acta.
En marzo se generó una polémica pública cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró que efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME) habían encontrado cadáveres en las residencias. La realidad es que en el peor momento de la pandemia, entre mediados de marzo y mediados de abril, los servicios funerarios en la Comunidad de Madrid también quedaron desbordados. Y fueron incapaces de recoger todos los fallecidos que se acumulaban en las residencias.
El pasado viernes, la Cadena Ser informó de que en el geriátrico madrileño Santa Teresa y San José el cadáver de un residente había permanecido 36 horas sin ser retirado por la funeraria. La declaración de la directora de DomusVi Mirasierra, tal y como se recoge en el acta de la Policía Municipal que hoy desvela infoLibre, habla de una situación aún más dramática: “acumulación de fallecidos”, que en algún caso permaneció “72 horas en el centro”.
Los agentes policiales especifican que la UME fue al centro “a desinfectar el día 22 de marzo y a marcar pautas de sectorización el 30 de marzo”. Esta última fecha también llama la atención. La orden del Gobierno central de clasificar las residencias en cuatro grupos –residentes sin síntomas y sin contacto estrecho con casos posibles de covid-19, residentes sin síntomas en aislamiento preventivo por contacto con caso posible de coronavirus, residentes con síntomas compatibles con el covid-19 y casos confirmados– se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 21 de marzo. En dicha orden se indicaba que “esta clasificación debe realizarse en cada centro con carácter urgente, y a más tardar en el plazo de un día desde que se publique esta orden”. Por tanto, cuando la UME va a “marcar pautas de sectorización”, se supone que la residencia ya debería llevar más de una semana dividida en sectores.
Un día antes de la inspección, el 22 de abril, el Hospital de La Paz comunicó que se realizarían pruebas PCR a todos los residentes, aunque los agentes policiales indican en el acta que la fecha está “por determinar”. Recordemos que, para entonces, había fallecido uno de cada tres residentes.
Durante la inspección de las instalaciones de DomusVi Mirasierra, los agentes detectaron otro incumplimiento de las medidas de seguridad. Lo relatan así: “Las actuantes observan cómo en 3ª planta se cumple el protocolo de aislamiento (zona verde, de tránsito y roja) si bien aprecian algún trabajador, el cual accede a dicha planta sin el equipo necesario e interactuando con el resto de plantas con el consiguiente riesgo de contagio. Se recomienda al trabajador las medidas a adoptar, así como a la directora del centro la incidencia observada, comprometiéndose la misma a incidir en la adopción de medidas de seguridad en dicha planta”.
Por último, la Policía Municipal refleja en el acta que la directora “se derrumba en varias ocasiones manifestando su necesidad de apoyo psicológico”. Y que “manifiesta el absoluto abandono por parte de las instituciones públicas”.
Actas y protocolos
infoLibre desveló el miércoles 10 de junio las dos primeras actas de la Policía Municipal, realizadas tras inspeccionar los geriátricos de Amavir en el barrio de Usera y de Geriasa en la calle Doctor Esquerdo de la capital, en las que sus responsables denuncian que no han podido trasladar a pacientes enfermos a los hospitales. “Preguntada al respecto de la situación manifiesta: si se hubiera podido derivar a los residentes al hospital no hubiera habido tantos fallecimientos puesto que sólo son residencia y no hospital”, explicó a los policías la directora de Geriasa.
Tres días después, este periódico publicó una tercera acta policial sobre lo ocurrido en una pequeña residencia de Madrid, llamada Virgen de la Paloma. “Los [agentes] actuantes observan cómo la directora necesita apoyo psicológico por esta situación creada por el covid-19 (se derrumba al narrar el fallecimiento de uno de sus residentes por infarto de miocardio certificado)”. Sagrario, la directora del geriátrico, relató a infoLibre por qué se había derrumbado al no poder salvar la vida de Toribio, uno de los “abuelos” de la residencia. [Puedes leer aquí el testimonio de Sagrario]
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso aprobó el 18 de marzo un Protocolo en el que se establecían una serie de criterios para decidir cuándo una persona enferma de una residencia podía ser trasladada a un hospital para recibir asistencia y cuándo quedaba condenado a permanecer en el geriátrico. Entre esos criterios figuraban algunos que impedían derivar al residente si tenía un determinado nivel de dependencia o una demencia senil avanzada, circunstancias que nada tienen que ver con las expectativas de vida de una persona. Dos días después, se aprobó una segunda versión del Protocolo donde se fijaban con total crudeza los “criterios de exclusión de derivación hospitalaria”. Una última versión, del 25 de marzo, suavizaba algunos criterios pero mantenía en la práctica la exclusión de los pacientes con mayor nivel de dependencia (“fragilidad igual o mayor de 7” en una escala del 1 al 9) o con el grado máximo de demencia senil (GDS 7).
Este lunes, Más Madrid anunció que preguntará en el próximo Pleno del Ayuntamiento de la capital –el próximo 25 de junio– si el gobierno de José Luis Martínez-Almeida actuó en las residencias tras tener constancia de su situación crítica por las actas de la Policía Municipal. Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, exigió a Almeida que "deje de encubrir a Ayuso" en el escándalo de las residencias y que se comporte como "el alcalde de todos los madrileños".
DomusVi, el grupo al que pertenece el geriátrico de Mirasierra, es el líder del sector en España al gestionar 138 centros. Hace más de dos meses, cuando infoLibre inició la investigación sobre el sector de las residencias, dedicó su primer reportaje a dicho grupo: El 'mapa de la muerte' de la multinacional DomusVi: más de 150 mayores fallecidos en ocho de sus residencias. En aquel momento, 8 de abril, existía una enorme opacidad sobre las cifras de fallecimientos y este periódico sólo pudo confirmar las muertes en esos ocho centros de DomusVi. Esas cifras se multiplicaron durante las siguientes semanas.
DomusVi, como la mayoría de las grandes empresas del sector, se nutre en buena parte de fondos públicos. En otra información de este periódico, se explicó que recibe dinero de 82 Administraciones públicas, entre gobiernos autonómicos, diputaciones forales y ayuntamientos.
El accionista principal de DomusVi es un fondo de inversión británico, denominado Intermediate Capital Group (ICG). Dicho fondo adquirió en 2017 la mayoría del capital de la sociedad francesa DomusVi SAS, que a su vez es dueña de las filiales que operan en España.
DOMUSVI NO RESPONDE

infoLibre envió este lunes a DomusVi una serie de preguntas relacionadas con la solicitud de una autorización escrita a familiares de residentes para que aceptasen que fallecerían en el centro, tras comunicarles que no les habían dejado realizar un traslado al hospital. El objetivo era saber si, más allá de lo ocurrido en DomusVi Mirasierra, había sucedido algo similar en otros centros de la multinacional y en otras comunidades autónomas.
La empresa se negó a responder a todas las preguntas planteadas, que fueron las siguientes:
1. En el caso de las comunidades autónomas donde se prohibió o dificultó la derivación de pacientes desde las residencias a los hospitales, ¿solicitó DomusVi autorizaciones por escrito a los familiares de los residentes para que aceptasen la no derivación?
2. En caso afirmativo, ¿en cuántas residencias y en qué comunidades autónomas solicitó DomusVi este tipo de autorizaciones escritas a los familiares?
3. La solicitud de esas autorizaciones, ¿con qué criterio se realizaba? Es decir: ¿se solicitaba a todos los familiares de residentes a los que se impidió derivar a un hospital o sólo a algunos?
Si la respuesta fuese esta última, que sólo se solicitaba a algunos, ¿cuál era el criterio para solicitar la autorización escrita?
4. ¿Cuántas autorizaciones por escrito de familiares recabó DomusVi en las diferentes residencias que gestiona en España? ¿Y cuántos familiares se negaron a prestar dicha autorización?
5. Además de evitar posibles consecuencias jurídicas en el futuro, ¿tiene algún otro objetivo la solicitud de esa autorización por escrito de los familiares?
Además, infoLibre se interesó por saber qué había pasado con los familiares de los otros 54 fallecidos en las instalaciones de DomusVi Mirasierra, de los que no consta que concedieran esa autorización por escrito. La portavoz de la empresa indicó en un principio que, al tratarse de un centro que gestiona DomusVi pero cuya titularidad es pública, debía ser la Comunidad de Madrid quien respondiese sobre lo ocurrido en dicho centro. Al final, ni DomusVi ni la Comunidad fueron capaces de contestar a tres preguntas tan sencillas como las siguientes: “¿Qué ocurrió con los familiares de los otros 54 residentes? ¿No se les solicitó esa autorización? ¿Se les solicitó pero la denegaron?”.


Cuando se trata de enfermos que están al final de su vida, también en épocas normales y no sólo de pandemia, ciertas residencias preguntan a los familiares si quieren que fallezcan en el centro o si prefieren que los trasladen al hospital. Son “criterios de humanización”, que buscan dejar a la familia esa última decisión. Eso pudo ocurrir también en algún caso puntual en DomusVi Mirasierra, pero las cifras hablan de una situación general muy diferente: cuando empezó la pandemia el centro tenía 200 residentes y en poco más de un mes fallecieron 69, es decir, el 34,5%. La inmensa mayoría de esas 69 personas no eran, lógicamente, enfermos terminales a principios de marzo.

“Periodo máximo de cadáver en centro 72 horas”
En el acta de la Policía Municipal hay otro dato estremecedor. “Nos comunica la directora que tuvo acumulación de fallecidos en el centro (periodo máximo de cadáver en centro 72 horas)”, escriben los agentes en el acta.
En marzo se generó una polémica pública cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró que efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME) habían encontrado cadáveres en las residencias. La realidad es que en el peor momento de la pandemia, entre mediados de marzo y mediados de abril, los servicios funerarios en la Comunidad de Madrid también quedaron desbordados. Y fueron incapaces de recoger todos los fallecidos que se acumulaban en las residencias.
El pasado viernes, la Cadena Ser informó de que en el geriátrico madrileño Santa Teresa y San José el cadáver de un residente había permanecido 36 horas sin ser retirado por la funeraria. La declaración de la directora de DomusVi Mirasierra, tal y como se recoge en el acta de la Policía Municipal que hoy desvela infoLibre, habla de una situación aún más dramática: “acumulación de fallecidos”, que en algún caso permaneció “72 horas en el centro”.
Los agentes policiales especifican que la UME fue al centro “a desinfectar el día 22 de marzo y a marcar pautas de sectorización el 30 de marzo”. Esta última fecha también llama la atención. La orden del Gobierno central de clasificar las residencias en cuatro grupos –residentes sin síntomas y sin contacto estrecho con casos posibles de covid-19, residentes sin síntomas en aislamiento preventivo por contacto con caso posible de coronavirus, residentes con síntomas compatibles con el covid-19 y casos confirmados– se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 21 de marzo. En dicha orden se indicaba que “esta clasificación debe realizarse en cada centro con carácter urgente, y a más tardar en el plazo de un día desde que se publique esta orden”. Por tanto, cuando la UME va a “marcar pautas de sectorización”, se supone que la residencia ya debería llevar más de una semana dividida en sectores.


Un día antes de la inspección, el 22 de abril, el Hospital de La Paz comunicó que se realizarían pruebas PCR a todos los residentes, aunque los agentes policiales indican en el acta que la fecha está “por determinar”. Recordemos que, para entonces, había fallecido uno de cada tres residentes.
Durante la inspección de las instalaciones de DomusVi Mirasierra, los agentes detectaron otro incumplimiento de las medidas de seguridad. Lo relatan así: “Las actuantes observan cómo en 3ª planta se cumple el protocolo de aislamiento (zona verde, de tránsito y roja) si bien aprecian algún trabajador, el cual accede a dicha planta sin el equipo necesario e interactuando con el resto de plantas con el consiguiente riesgo de contagio. Se recomienda al trabajador las medidas a adoptar, así como a la directora del centro la incidencia observada, comprometiéndose la misma a incidir en la adopción de medidas de seguridad en dicha planta”.

Por último, la Policía Municipal refleja en el acta que la directora “se derrumba en varias ocasiones manifestando su necesidad de apoyo psicológico”. Y que “manifiesta el absoluto abandono por parte de las instituciones públicas”.

Actas y protocolos
infoLibre desveló el miércoles 10 de junio las dos primeras actas de la Policía Municipal, realizadas tras inspeccionar los geriátricos de Amavir en el barrio de Usera y de Geriasa en la calle Doctor Esquerdo de la capital, en las que sus responsables denuncian que no han podido trasladar a pacientes enfermos a los hospitales. “Preguntada al respecto de la situación manifiesta: si se hubiera podido derivar a los residentes al hospital no hubiera habido tantos fallecimientos puesto que sólo son residencia y no hospital”, explicó a los policías la directora de Geriasa.

Tres días después, este periódico publicó una tercera acta policial sobre lo ocurrido en una pequeña residencia de Madrid, llamada Virgen de la Paloma. “Los [agentes] actuantes observan cómo la directora necesita apoyo psicológico por esta situación creada por el covid-19 (se derrumba al narrar el fallecimiento de uno de sus residentes por infarto de miocardio certificado)”. Sagrario, la directora del geriátrico, relató a infoLibre por qué se había derrumbado al no poder salvar la vida de Toribio, uno de los “abuelos” de la residencia. [Puedes leer aquí el testimonio de Sagrario]

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso aprobó el 18 de marzo un Protocolo en el que se establecían una serie de criterios para decidir cuándo una persona enferma de una residencia podía ser trasladada a un hospital para recibir asistencia y cuándo quedaba condenado a permanecer en el geriátrico. Entre esos criterios figuraban algunos que impedían derivar al residente si tenía un determinado nivel de dependencia o una demencia senil avanzada, circunstancias que nada tienen que ver con las expectativas de vida de una persona. Dos días después, se aprobó una segunda versión del Protocolo donde se fijaban con total crudeza los “criterios de exclusión de derivación hospitalaria”. Una última versión, del 25 de marzo, suavizaba algunos criterios pero mantenía en la práctica la exclusión de los pacientes con mayor nivel de dependencia (“fragilidad igual o mayor de 7” en una escala del 1 al 9) o con el grado máximo de demencia senil (GDS 7).

Este lunes, Más Madrid anunció que preguntará en el próximo Pleno del Ayuntamiento de la capital –el próximo 25 de junio– si el gobierno de José Luis Martínez-Almeida actuó en las residencias tras tener constancia de su situación crítica por las actas de la Policía Municipal. Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, exigió a Almeida que "deje de encubrir a Ayuso" en el escándalo de las residencias y que se comporte como "el alcalde de todos los madrileños".
DomusVi, el grupo al que pertenece el geriátrico de Mirasierra, es el líder del sector en España al gestionar 138 centros. Hace más de dos meses, cuando infoLibre inició la investigación sobre el sector de las residencias, dedicó su primer reportaje a dicho grupo: El 'mapa de la muerte' de la multinacional DomusVi: más de 150 mayores fallecidos en ocho de sus residencias. En aquel momento, 8 de abril, existía una enorme opacidad sobre las cifras de fallecimientos y este periódico sólo pudo confirmar las muertes en esos ocho centros de DomusVi. Esas cifras se multiplicaron durante las siguientes semanas.

DomusVi, como la mayoría de las grandes empresas del sector, se nutre en buena parte de fondos públicos. En otra información de este periódico, se explicó que recibe dinero de 82 Administraciones públicas, entre gobiernos autonómicos, diputaciones forales y ayuntamientos.
El accionista principal de DomusVi es un fondo de inversión británico, denominado Intermediate Capital Group (ICG). Dicho fondo adquirió en 2017 la mayoría del capital de la sociedad francesa DomusVi SAS, que a su vez es dueña de las filiales que operan en España.


DOMUS Vi NO RESPONDE
infoLibre envió este lunes a DomusVi una serie de preguntas relacionadas con la solicitud de una autorización escrita a familiares de residentes para que aceptasen que fallecerían en el centro, tras comunicarles que no les habían dejado realizar un traslado al hospital. El objetivo era saber si, más allá de lo ocurrido en DomusVi Mirasierra, había sucedido algo similar en otros centros de la multinacional y en otras comunidades autónomas.

La empresa se negó a responder a todas las preguntas planteadas, que fueron las siguientes:


       1. En el caso de las comunidades autónomas donde se prohibió o  dificultó la derivación de pacientes desde las residencias a los hospitales, ¿solicitó DomusVi autorizaciones por escrito a los familiares de los residentes para que aceptasen la no derivación

2. En caso afirmativo, ¿en cuántas residencias y en qué comunidades autónomas solicitó DomusVi este tipo de autorizaciones escritas a los familiares? 

3. La solicitud de esas autorizaciones, ¿con qué criterio se realizaba? Es decir: ¿se solicitaba a todos los familiares de residentes a los que se impidió derivar a un hospital o sólo a algunos?Si la respuesta fuese esta última, que sólo se solicitaba a algunos, ¿cuál era el criterio para solicitar la autorización escrita?

4. ¿Cuántas autorizaciones por escrito de familiares recabó DomusVi en las diferentes residencias que gestiona en España? ¿Y cuántos familiares se negaron a prestar dicha autorización? 

5. Además de evitar posibles consecuencias jurídicas en el futuro, ¿tiene algún otro objetivo la solicitud de esa autorización por escrito de los familiares?


Además, infoLibre se interesó por saber qué había pasado con los familiares de los otros 54 fallecidos en las instalaciones de DomusVi Mirasierra, de los que no consta que concedieran esa autorización por escrito. La portavoz de la empresa indicó en un principio que, al tratarse de un centro que gestiona DomusVi pero cuya titularidad es pública, debía ser la Comunidad de Madrid quien respondiese sobre lo ocurrido en dicho centro. Al final, ni DomusVi ni la Comunidad fueron capaces de contestar a tres preguntas tan sencillas como las siguientes: “¿Qué ocurrió con los familiares de los otros 54 residentes? ¿No se les solicitó esa autorización? ¿Se les solicitó pero la denegaron?”.

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