lunes, 8 de junio de 2020

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Un pequeño milagro en las profundidades del mar





Hoy celebramos el Día Mundial de los Océanos con un pequeño milagro que está ocurriendo de forma silenciosa en las profundidades del océano: las ballenas jorobadas están recuperándose.
Una noticia esperanzadora para el planeta y que, antes de que lo preguntes, no, no tiene nada que ver con el coronavirus.
La caza de ballenas descontrolada hizo que esta población de ballenas jorobadas, que habitan las aguas antárticas durante el verano, se viera reducida a solo unos 450 ejemplares. Gracias a la prohibición de la caza comercial de ballenas en el año 1986, podemos decir que ahora esta población ha recuperado el 93% de su tamaño original. Al eliminar esta amenaza, la especie ha podido encontrar espacios seguros donde sobrevivir y prosperar.
Da mucha tranquilidad ver lo que sucede cuando dejamos que la naturaleza siga su curso. Cuando nuestro tour de barco de polo a polo llegó a la Antártida, pudimos ver cómo estas ballenas, probablemente las más reconocibles del mundo y las que realizan la migración más larga conocida en cualquier mamífero, estaban alimentándose y tratando de engordar.
Es una gran noticia para las ballenas, por supuesto, pero también para la lucha contra el cambio climático. De media, una sola ballena almacena a lo largo de su vida alrededor de 33 toneladas de CO2, lo mismo que mil árboles al año. Y se debe a que cuando una ballena muere, transporta a las profundidades del océano el carbono almacenado en su gigantesco cuerpo, manteniéndolo encerrado durante siglos. Un informe del Fondo Monetario Internacional estima que el servicio ambiental de las ballenas a la economía mundial está valorado en un billón de dólares.
Pero no todo son buenas noticias para las ballenas: algunas especies siguen bajo presión por la caza comercial de países como Japón. Además, se enfrentan a nuevas amenazas como el plástico o la crisis climática.
Hoy sabemos que los océanos y la vida marina que habita en ellos pueden recuperarse. La ciencia es clara: la solución pasa por crear una red global de santuarios marinos que cubra al menos el 30% de los mares y océanos. Estamos cerca de conseguirlo, pero necesitamos seguir presionando a los gobiernos para que no se diluyan las negociaciones. Únete a Greenpeace ahora y ayúdanos a seguir protegiendo los océanos >>

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