Los dos primeros trenes de hidrógeno del mundo pasan con éxito el periodo de prueba en Alemania
Alemania ha anunciado que pondrá en marcha otros 14 trenes de este tipo en 2022 e Italia ha firmado un contrato con el fabricante para comenzar a reemplazar las locomotoras diésel
Tras un año y medio transportando pasajeros entre pequeñas ciudades en la región de Baja Sajonia (Alemania), los dos primeros trenes de hidrógeno en el mundo han pasado con éxito su periodo de prueba.
Estas
máquinas azules, que en vez de humo emiten vapor y agua, han despertado
la curiosidad de los viajeros igual que la de los expertos, que
observan los avances del hidrógeno como una de las tecnologías con más
ventajas para reducir las emisiones de este transporte.
Alemania ha anunciado que pondrá en marcha otros 14
trenes de este tipo en 2022 e Italia ha firmado un contrato con el
fabricante para comenzar a reemplazar a las locomotoras diésel. Otros
países como Francia, Reino Unido y los Países Bajos también han mostrado
su interés.
Los trenes Coradia iLint, construidos por
la compañía francesa TGV Alstom, pueden recorrer sin repostar unos
1.000 kilómetros, más o menos como un modelo diésel, y sus pilas se
recargan en unos 15 minutos, no mucho más que una locomotora
convencional. Sin embargo, no contaminan ni producen ruido como los que
usan combustibles fósiles.
Además, los trenes de
hidrógeno ofrecen una solución para reemplazar los modelos de diésel sin
necesidad de realizar ningún cableado eléctrico, una operación muy
costosa que requiere un mantenimiento poco rentable en lugares con
escasa población. En el caso de España, esto resulta de gran interés,
pues hasta un 35% de la red de ferrocarriles no está electrificada.
"La
principal ventaja del tren de hidrógeno frente a los trenes de
combustibles fósiles es la nula emisión de gases de efecto invernadero a
la atmósfera. Y su gran ventaja frente al eléctrico es que la inversión
en infraestructura es mucho menor, ya que solo es necesario cambiar la
locomotora", explica Eva María Fernández Sánchez, profesora del
Departamento de Física Fundamental de la UNED. "Ahora bien, si el
hidrógeno se produce a través de combustibles fósiles entonces sí que se
emite CO2".
El hidrógeno no es una fuente de energía
en sí misma sino una forma de almacenar y producir calor, así que
resulta más o menos limpio según cómo se elabore, dependiendo de si es
mediante combustibles fósiles o energías como la eólica.
"A
pesar de que el hidrógeno es un elemento muy abundante en la
naturaleza, este no se encuentra en estado puro, sino que forma parte de
otros compuestos y es necesario generarlo", dice María Victoria
Martínez Huerta, científica del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica
del CSIC. "La huella de carbono dependerá de cómo se obtenga. De
momento, la vía industrial más utilizada es a partir del reformado de
gas natural, que conlleva la emisión de CO2 en el proceso. Sin embargo,
cuando el hidrógeno se produce a partir de la electrolisis del agua
utilizando fuentes de energías renovables, cerramos el ciclo del
hidrógeno y obtenemos energía de manera limpia y cero emisiones".
Los
trenes Coradia iLint en Alemania, que utilizan energías renovables para
la producción del hidrógeno de sus pilas, tienen incorporadas también
baterías de iones de litio que almacenan el exceso de energía, así como
la potencia liberada durante el proceso de frenado, lo que aumenta su
eficiencia.
Estas investigadores, sin embargo,
adviertende que la tarea no es fácil. "El uso de hidrógeno como fuente
de energía es uno de los principales retos que tiene la comunidad
científica en nuestros días", explica Fernández Sánchez. "A día de hoy
sigue siendo complicado almacenar hidrógeno de forma compacta y segura
para algunas aplicaciones".
En España, destacan ambas,
nos enfrentamos además a una falta de infraestructura para la
producción, el transporte y la distribución que necesitaría una gran
inversión inicial. "Hay que abordar el coste que supone avanzar hacia
este modelo, estudiar el mercado en profundidad y aumentar el hidrógeno
limpio para que sea ambientalmente rentable", concluye Martínez Huerta,
"y para aumentar la eficiencia y el funcionamiento de toda la cadena
serán necesarias la investigación y la innovación".
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