Se echa de menos la independencia de IU para proponerse como opción para una coalición de izquierda. Sus propuestas son las mejores, las más sensatas, las más lúcidas, las menos "cosméticas". Las reflexiones de Alberto son imprescindibles para cotejar la apariencia con la realidad política y social. Muy por encima de los tejemanejes tira y aflojas. IU es el alimento, Podemos y su cesarismo impenitente la corteza que impide llegar a alimento. Mientras IU siga ligada electoralmente a ese viejo Podemos de Galapagar & company, no va a recuperar su espacio político; las bases sociales no tragan el gato por liebre. Y es una pena, tanto que la parte recuperable de Podemos no sea capaz de liberarse del mochuelo para unirse a IU y tirar p'alante y que IU tolere el ensamblaje con la rémora adherida para crear un imposible ético y político.
Para que la calle llegue a la institución en modo operativo y la institución se abra de par en par a la calle como una realidad operativa y consciente, que es el objetivo de toda política creíble, sobran las actitudes de los césares, "mesías" y hegemonismos personalistas. Los egos que impiden el nosotras/nosotros real y tangible. Los nuevos tiempos ya no caben en los viejos esquemas, por mucho que se intente, una talla cincuenta no cabe en una ropa doce tallas menor. IU y las bases sociales son la talla 50, Podemos tal y como se ha comportado y actuado hasta ahora, es la 38.
En las urnas ha quedado clarísimo. Una cosa es pactar a urna pasada y otra fundirse en el mismo amasijo con una levadura deficiente. Si ya fue mal el pacto pre-electoral en 2015-16, mucho peor ha sido el resultado de la fusión contra natura en 2019. Seguir en las mismas va a terminar con la reducción de Podemos a la insignificancia y haciendo una urgente e imprescindible refundación en IU, tras el paso del devastador huracán podemita.
Para que la calle llegue a la institución en modo operativo y la institución se abra de par en par a la calle como una realidad operativa y consciente, que es el objetivo de toda política creíble, sobran las actitudes de los césares, "mesías" y hegemonismos personalistas. Los egos que impiden el nosotras/nosotros real y tangible. Los nuevos tiempos ya no caben en los viejos esquemas, por mucho que se intente, una talla cincuenta no cabe en una ropa doce tallas menor. IU y las bases sociales son la talla 50, Podemos tal y como se ha comportado y actuado hasta ahora, es la 38.
En las urnas ha quedado clarísimo. Una cosa es pactar a urna pasada y otra fundirse en el mismo amasijo con una levadura deficiente. Si ya fue mal el pacto pre-electoral en 2015-16, mucho peor ha sido el resultado de la fusión contra natura en 2019. Seguir en las mismas va a terminar con la reducción de Podemos a la insignificancia y haciendo una urgente e imprescindible refundación en IU, tras el paso del devastador huracán podemita.
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