Puede que ese retraso resulte asumible para la actividad política, cuya tarea se cocina a fuego lento, pero no lo es para el resto de la sociedad. Esta sociedad sigue adelante porque tiene vitalidad y aguanta como nadie, pero hay un enorme número de decisiones empresariales y personales, públicas y privadas, que están detenidas, suspendidas o pospuestas en este tiempo político de espera. Sin olvidar la carga que arrastramos, pues llevamos varios años viviendo entre provisionalidades e incertidumbres políticas. Este país ha estabilizado la inestabilidad pero a un coste muy alto. No se puede esperar hasta otoño. Sería una falta de respeto a la ciudadanía y además sería una imprudencia. ¿Se imaginan que la sentencia del procés se hiciese pública y no hubiese gobierno o estuviésemos en campaña de unas nuevas elecciones?
PD: Las exigencias de Vox en la Comunidad de Madrid obligan al PP y a Cs a desnudarse por completo, hasta los calcetines. Va a ser muy interesante ver cómo escapa Rivera de este cepo.
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