lunes, 14 de enero de 2019

Así es, querida Almudena. La palabra es el logos: la realización humana del concepto.La materialización visible del ser.El principio creador de lo diverso. Quienes la destrozan y la corrompen, también se destrozan y corrompen a sí mismos

Palabras

La perspectiva de género pretende reflejar el mundo tal cual es, sin excluir a las mujeres


Concentración contra la violencia machista en Sevilla. Concentración contra la violencia machista en Sevilla.
Los seres humanos solo somos capaces de pensar aquello que podemos decir. La existencia de las cosas comienza cuando les damos nombre. Por eso las palabras son tan importantes. Aunque tengan mala prensa, aunque parezcan tan vulgares, aunque se asocien con la charlatanería, son el vehículo de nuestro pensamiento, del conocimiento humano. Hay que tener mucho cuidado con las palabras, porque sirven para formular las verdades, pero también sirven para difundir las mentiras. La expresión “ideología de género” nunca había existido antes de ahora. Existían el sesgo, la perspectiva, la mirada de género sobre el mundo, un espacio donde han convivido, o al menos coexistido, desde el principio de los tiempos, los hombres y las mujeres. Lo que pretende la perspectiva de género es que las imágenes de ese mundo lo reflejen tal cual es, sin excluir a las mujeres de la historia, de la creación, de los logros de la Humanidad. Por respeto a la verdad. Porque solo existe lo que podemos nombrar, porque solo podemos pensar aquello que decimos. Ahora, la ultraderecha se ha inventado un término que vincula sin pudor a otras palabras, como adoctrinamiento, como totalitarismo, para denunciar no solo que las mujeres tenemos el poder, sino que lo ejercemos sin piedad sobre pobres hombres inocentes. Así, Vox se ha garantizado un electorado despreciable, maltratadores, violadores, asesinos de mujeres, portaestandartes del eterno machismo tradicional y católico que constituye la única ideología de género, totalitaria y adoctrinadora, que hemos sufrido en este país. Debemos tomarnos las palabras en serio, porque tienen consecuencias. Incluso cuando parecen el delirio de una panda de zumbados que han bebido más de la cuenta.

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