- El País.com (España) - hace 13 horasPero la verdadera materia prima de la concentración fueron los madrileños y los llegados en trenes, coches y autobuses desde todo el país.
Ayer la jornada reivindicativa en Madrid se partió en dos segmentos consecutivos: la verdadera y la ortopédica como una prótesis añadida y sin conexión con la primera. Me explico: la verdadera manifestación fue un triunfo de la solidaridad y del civismo, por parte de los manifestantes y del ambiente que los rodeaba, o sea del pueblo de Madrid y también de los mismos agentes del orden público que como siempre acompañaban la concentración en su trayecto. Emocionante. Conmovedora en su verdad y en su identificación con la causa de todos: la dignidad que no se reivindica, sino que se comparte y se demuestra andando, como la vida, sin parar. Bravo por todos los/as valientes, san@s y fuertes trabajadores/as que son la base social imprescindible y hermosa, sufrida y harta, machacada y animosa. Invencible. Bravo por ese respiro de aire fresco, por esa energía abierta a mañana y cerrando balance con ayer y anteayer, sin volver la mirada al basurero y a los escombros psicoemotivos de la indecencia provocadora. La fraternidad y el respeto flotaban en el aire y la indignación se mostró sabia y contenida, condensada en acciones de paz y firmeza de palabra, para poder caminar con ella y llegar mucho más lejos que las pedradas, las coces y los golpes bajos y altos de unos y otros. De los que llegaron después para apuntarse al bombardeo de ellos mismos.
El segundo segmento fue la sombra que la luz no puede evitar en este plano dualista en que nos desarrollamos los humanos. El plano de los contrarios y el mundo del complemento, a veces directo, luminoso y sorprendentemente circunstancial, a veces, indirecto y retorcido, cejijunto, mareantemente obtuso y avinagrado, como la acción-reacción que pierde los estribos o llega ya sin ellos a la des-concordancia de esa delicada sintaxis que es el convivir hombro con hombro, vis a vis, codo con codo y mano a mano. Al fin y al cabo la gramática es el chasis de la existencia, ella es el manual que resume el coexistir y sus reglas y la vida es el lenguaje de la creación; no es concebible la una sin la otra. Chomsky también lo experimenta de ese modo, por eso se hizo filológo o quizás en contacto profundo con la dinámica del leguaje, comprendió que la una y la otra son una misma realidad. La vida y la creación abrazadas en el compromiso, profundizando en la gramática generativa y sus repercusiones vitales.
Esta vez el dark side se ha explayado con una tempestad nocturna tras la bonanza de la tarde y ese crepúsculo que Madrid sabe colorear en tonalidades velazquianas y cielos indescriptibles a pesar de los toldos ahumados e irrespirables que tanto los Gallardones como las Botellas (Ana, no Pepe) celebran más que alivian y reparan, por motivos meramente básicos e impepinables: lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible, dijo un torero a principios del siglo pasado. Y la frase se les ha hecho fijación tanto al pp en bloque como a sus próceres más señalados. Es lo que hay. O lo tomas o te lo endosan, quieras o no. Como las sulfamidas intragables para las anginas y los mocos de nuestra infancia ya casi paleolítica. Pues eso. Así llegó ayer noche, a la caída de la luz, el crujimiento feroz y pendenciero. Niñatos salidos de las tinieblas o de las alcantarillas en plan Mortadelo y Filemón, cruzaban de acera a acera, de esquina a esquina, como troupes de perros callejeros y perdidos en las grandes avenidas ya vacías, entre el humo, los autobuses y los coches, ladraban, saltaban y mordían sin saber porqué, aullaban sin palabras (la gramática para ellos no tiene vocablos, sino rugidos y venablos, como dice Don Mendo, a través de Muñoz-Seca en su venganza tragicómica) ; eran como sombras surgidas entre la nada y los semáforos; patadas a una papelera, arrancar señales de tráfico, pedradas y martillazos a los cristales de los bancos, que aunque tal y como funcionan, se merecen lo peor, no hay que darles tanto premio, que luego se crecen y se hacen las víctimas. Y eso es también parte del guión programado.
Había un tufo raro en esos kaleborrocos outlet. No eran izquierda radical, no eran izquierda de nada. Tampoco eran una medalla de honor para la ultraderecha, sino un bochorno para cualquier tendencia. No sabían siquiera sin son algo o alguien. Ostentaban una dislexia amorfa, desorbitada, más cerca de intereses creados que de inclinación ideológica alguna. Más cerca de una cuadrilla destroyer al servicio de empresas que cobran por reparar desperfectos vandálicos, por asustar viejecitos indefensos para que no reclamen sus pensiones justas o pongan el piso en venta a precio irrisorio, por mobbing jovenista-desquiciado, o de partidos que pagan para justificar acciones policiales, en vista de que infiltrar polis no resulta rentable porque se les ve el plumero enseguida, no pueden evitar la marcialidad y la disciplina, hasta quemando contenedores se les nota ese íntimo pelo de la dehesa repeinado y rapado entre el uno y el cero, que ha pasado por una academia paramilitar y ha aprendido de memoria los artículos de la Constitución que aluden al orden público y sus funciones. Estos no. Estos pertenecen a otro ecosistema: al utilitario manipulador con propina añadida post descerebre, que de paso, quiere "salvar España" de lo que sea, con tal de recibir algo a cambio. Una merendola. Entradas para arena y cenizas, un buen botellón a la salud del papa en Cuatrovientos...algo por el estilo...
Esa España no la conoció Antonio Machado. Mejor para él, porque hubiese sido ya el recolmo de su pena patria. Ni charanga ni pandereta, el cerrado y la sacristía sólo para el esnife de cualquier cosa que les vendan y beberse el vino de misa hasta perder el oremus y acabar con las existencias. Las joyas de la corona. La juventud teledirigida con el mando a distancia de corruptópolis. Se nota, se siente, la mugre está presente. Sólo hay que verla para comprobarlo. Había que descoyuntar el proyecto de la Marcha. Primero se retienen 100 autobuses en las carreteras como aperitivo y para el postre: la kaleborroquez de las neuronas perjudicadas a tresbolillo. Divino de la muehte. Pero no ha servido de nada tampoco esta vez, ni siquiera las portadas de los medios impresos lo han conseguido a pesar de sus ultra-esfuerzos.
Por fortuna la tecnología móvil con las redes sociales corren más que los maruhendas y demás hierbas aromáticas. Y los ciudadanos íbamos recibiendo en directo fotos, videos, comentarios y escenas entrañables, magníficas, de un ambiente cívico ejemplar a lo largo de toda la jornada. Ríndete pp. No puedes, aunque te lo inventes. ¿Quién va a confiar en los discursos campazas de Rajoy que son un falso silogismo, un oxímoron sin solución de continuidad, que niegan lo que afirman y afirman lo que niegan delante de una realidad incontestable? ¿Quién va a confiar en un "gobienno de eshpaña" que se anuncia, estando tal como estamos, como "Ministerio de Economía y Competitividad", cuando debería llamarse y ser de Economía y Competencia, porque los incompetentes son lo menos competitivo que pueda imaginarse. Un caos cognitivo de tomo y lomo. Una horterada pensante y pesante. Hagas lo que hagas, pp, no tienes salida por ningún lado si se excluyen los pf, (paraísos fiscales) o las cs (cuentas suizas). Estás condenado a ti mismo, a tu propia cadena de Sísifo. Tu ambición pesetera te ha cegado de tal modo que ya no distingues entre la noche y el día. Entre Pinto y Valdemoro. Ni entre gobernar o ser mayorales de ganadería brava que no se deja torear como está previsto, anque no se ceja en ello hasta negándose a subir el IVA por lo menos hasta pasadas las europeas. Hasta intentando el espejismo de "crear empleo" haciendo que ahora trabajen cuatro cobrando el sueldo de uno y, en consecuencia, pagando por trabajar. Los derechos inalienables se han convertido en rollos de scotex internalizados, que en Génova, por cierto, se usan tantísimo; es lo que tiene cagarla constantemente con tanta diarrea mental y alucinatoria, que cada vez hace falta más papel higiénico y claro, la materia prima ya está al límite: los derechos se están agotando por la hiperbulimia consumista ppeppera, y sin producción el pp va a terminar limpiándose los residuos fecales con los papeles de Bárcenas y la antibiomasa obtenida de los cachitos del disco duro...A ver como gestionan el reciclado sin cargar con los efectos secundarios.
Un destrozo de ppaís en manos de lo más ineppto. Ains!
Un destrozo de ppaís en manos de lo más ineppto. Ains!
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