lunes, 3 de marzo de 2014

Cada uno en su casa y el egoísmo en la de todos

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'Ucrania se quedará sola'
 por Iñaki Gabilondo


Son los signos de los tiempos, de los malos tiempos.  En los que el estado general de emergencia social y económica, provocado artificialmente por los cerebros reptilianos que se han apoderado de la pasta y su correspondiente gestión,  hace que la "política" se reduzca al miedo y a la indiferencia. A egoísmo superviviente y superidiotizado. Al "Virgencita, que me quede como estoy" y a los demás que les den donde más les duela. A nosotros, plín, mientras nos recuperamos de las consecuencias del sistema USA, que se ha convertido en el nuestro y nos ha convertido en sus deudores for ever & ever, mientras no tengamos las ideas, las conciencias y el valor suficiente para cortar por lo más sano y decir adiós a esta calamidad universal.
Una lección importante y definitiva es que lo mismo que el hábito no hace al monje, el dinero tampoco hace ciudadanía ni progreso ni equilibrio. Basar en la moneda y sus mudanzas la unidad de los territorios, de las soberanías y de los ciudadanos, los proyectos más avanzados y el futuro de la humanidad, ha sido y está siendo un error de consecuencias tremendas y cada vez peores. El dinero era sólo un medio y se ha convertido en la única finalidad apetecible y necesaria, por él se prostituyen gobernantes, gestores, tribunales, ejércitos, comerciantes, banqueros y los intelectuales, artistas y "guías espirituales" (no todos, por fortuna) transmutan en vulgares vendedores de mercadillo, sin más aspiración que el cumplimiento de la desdichada jaculatoria del "Virgencita, virgencita..."

Pobre Ucrania. Otra que tal baila, como España. Partida por el eje de la sinrazón, del miedo y la frustración enfurecida. Otra vez la nueva representación de la guerra de Crimea, como en los viejos tiempos. ¿Y Rusia? ¿Qué le pasa a Rusia con Ucrania? ¿Por qué las armas en vez de la escucha, el diálogo, la comprensión, las razones , el respeto y las soluciones creativas mano a mano? ¿No tiene Rusia ya bastante extensión, riquezas y problemas por resolver en su gigantesca dimensión territorial? ¿No ha aprendido nada de su propia historia remota y reciente? ¿Todavía funciona en plan imperio, como si el Zar y Stalin continuasen vivitos y coleando, jugando a tiro al blanco en la ruleta rusa, entre el palacio de invierno y el Kremlim? Está claro que la revolución bolchevique-leninista sólo fue un parche Sor Virginia, una chapuza de largos tiempos, pero inútil, en la herida incurable de la vieja historia; si no hubiese sido así ¿cómo se explica hoy la figura de Putin & company? Un arquetipo totalitario-capitalista, la perversa síntesis que reúne en su esencia lo peorcito de cada casa, para colmo, elegido como lider todopoderoso que gobierna sin gobernar, detrás de cualquier primer ministro, colocado y bendecido por él mismo. Como si fuese un nuevo Justiniano en ese Bizancio imperial, surgido del rebote anticomunista, pero idéntico a la vieja Rusia de las Catalinas, los Boris Godunoff, reducidos a batido viejuno por el fantasma de Lenin, entre las cenizas incombustibles de Chernobil.  
Pobre Ucrania. Pobre Europa. Pobre tercer mundo. Miserable primer mundo(¿?) Pobre Planeta. Todavía en estas tesituras destroyers, en que la vida humana, su dignidad, su libertad y sus derechos a entenderse, a organizarse y a elegir lo mejor para el bien de todos, son la mercancía de menos valor. Materia desechable, frente al poder que da el pastón.
Y sin embargo el futuro es cosa nuestra, nos espera para ser construido y compartido entre todos, en un mundo mucho mejor. Ánimo y al tajo. Un poco de levadura hace fermentar una masa grande. Y un pellizco de sal modifica un guiso abundante para muchos. Una linterna hace hace hueco en la oscuridad para ver donde está el suelo que pisamos y la puerta por donde salir o entrar. Enviemos los mejores deseos e intenciones a los ucranios y a los rusos , trabajando por la paz y el entendimiento entre nosotros.



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