Trump en Londres. El esperpento
Trump atropelló las reglas internacionales más elementales al entrar como un elefante en una cacharrería en la política interior británica
En la cena de gala de ayer noche en el Palacio de Buckingham, Trump compartió mesa y mantel con miembros de la familia real a los que había criticado con tweets despectivos en numerosas ocasiones. De Meghan Markle, esposa del príncipe Henry, dijo que era muy desagradable.
Desde el punto de vista diplomático, Trump atropelló las reglas internacionales más elementales al entrar como un elefante en una cacharrería en la política interior británica, con un respaldo sin pudor al brexit duro, como un emperador de gira por sus colonias que da las instrucciones pertinentes en lenguaje claro y directo: Hay que ir a por él no acuerdo bajo el liderazgo de Boris Johnson y dando el sitio que merece a Farage, esto es lo que dijo, y no se deben pagar los 40 mil millones de euros pactados como factura de salida.
Veremos si mañana, en la celebración del 75 aniversario del Día D, Trump sabe estar a la conmemoración o nos regala alguna otra perla. Lo mismo le da por ridiculizar el papel de los rusos en la Segunda Guerra Mundial aprovechando que no está Putin.
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