martes, 5 de abril de 2016

La voz de Iñaki


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¿Qué quiere decir Gobierno de España?

EL PAÍS 

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Buena pregunta, querido Iñaki. La respuesta es muy relativa, porque depende de la situación personal y social en que esté cada uno/una de los y las interpelados/as. Echemos un vistazo imaginario al posible catálogo:

a) Respuesta de alguien tipo Borjamari Píjez y Rebóllez de la Monda-Lironda: "Para mí, of coursee, el Estado actual es un verdadero marrón-glacé. Un absurdo. Porque solo sirve para cobrar impuestos patrimoniales a las familias bien como la nuestra, se le ha perdido por completo el respeto a la aristocracia, se le ha dado demasiados humos a la chusma, que en realidad solo debe estar ahí como personal de servicio, para vender y cocinar pescado, solomillos, caviar, ostras, soufflés y esas cosas... y para oficios de más o menos baja estofa según el estrato social. Papá se lo dice a Mariano todos los días mientras juegan a la canasta en Moncloa o se toman unos whiskies en Génova, y también se lo comenta a su majestad le roi, en la partida semanal de pádel de tronos, que les encanta a ambos. El estado es un estorbo. No hace falta que exista paranada. Si ya los bancos hacen lo más importante. Y luego, el servicio, el resto; lo ayunado y recortado, por lo servido. Y, nosotros, la ciudadanía de luxe, como entidad financiero-representativa junto a la corona y ya está; a vivir que son dos días. Como debe ser, en todo país de elevado nivel cultural y social, osssssea..."

b) Respuesta de un político 'profesional' de reciente adquisición: "Para mí el Estado actual ha pasado de ser una maldición gitana a ser un chollo ¿qué quiere que le diga? Acabé mis estudios sin pena ni gloria, andaba de acá para allá haciendo másteres y arruinando a mis padres, porque cuestan un riñón (los másteres, claro, no mis padres que son los que pagaban), saliendo al extranjero, pero muy mal, porque la "beca" Erasmus postdoc me la tenían que pagar mis viejos y el Estado pasaba de mí y  me exigían un trabajo como a un  profesional y no me daban ni para pipas. Pero mira por donde, unos amigos de la facultad me invitaron, cuando el 15M, a una asamblea popular en una plaza de Aluche y me hicieron dar una charla sobre el poder de la gente, oye, que genial, que empecé a decir cosas y que me aplaudían por todo y levantaban las manos y se emocionaban, y yo también; les conté mi caso particular y me apoyaron desde el primer momento, gritaban "ese Pancho, ese Pancho" y no me dejaban ni acabar las charlas. Empezaron a decir por ahí que lo tengo muy claro, que tengo carisma, que valgo para esto, en fin...No me imaginaba que un ingeniero técnico en sistemas de bifurcación electromagnética, como yo, tuviera ese tirón y tal poder de convocatoria...y a partir de aquel momento mi vida cambió. Me animaron a presentarme como diputado por "Juntos Lalíamos" y ya ve usted, que ahora estoy en el Congreso sin saber qué hacer con mi ingeniería ni en qué puedo aplicarla, pero el Estado me está pagando una pasta cada mes por no saber para qué estoy donde estoy...¿Quién me lo iba a decir, hace menos de un año? Joder, qué flipe, ¿no? Total, como si me hubiese tocado la Primitiva ¿Qué quiere que le diga?, pues que para mí el Estado es como Lourdes para los devotos milagreados. Un fenómeno paranormal con el que me estoy pegando la vida padre. No tengo ningún motivo para querer que cambie. Virgencita, que me quede como estoy, aunque no sepa para qué. ¿Acaso a usted no le pasaría lo mismo en la misma situación?"

c) Respuesta de una señora de la limpieza: "Bueno, la verdad es que eso del Estado me trae al fresco. Me da igual como sea porque no me saca de pobre por más que cambie. Con los socialistas me desahuciaron, gracias a la Ley que sacó el Gobierno con la ministra Chacón al frente de la patulea embargadora y con la reforma laboral del pp me despidieron de la empresa donde estaba con contrato fijo y los 700 euros de mi sueldo sirvieron para pagar los de tres limpiadoras nuevas que hacían las mismas horas que yo, pero cada una. Despidieron a mi marido de la fábrica después de tenerlo a medio gas con un ERE, cobrando 350 euros en meses alternos. Se le acabó el subsidio del paro y no le sale ni una chapuza. Yo ahora limpio casas a 4€ la hora. Imagínese las horas que necesito trabajar para que coma mi familia: tres chicos adolescentes y nosotros dos. ¿Sabe lo que pienso del Estado? ¡Qué le den...! lo mismo que él me da a mí."

d) Respuesta de un académico tipo Félix de Azúa: "¿Cómo quiere usted que esté el Estado, si tiene que sostener a tantos incultos y analfabetos que no saben hacer nada más que protestar sin dar un palo al agua? ¿Qué clase de Estado puede funcionar teniendo en Valencia un alcalde tan poco machote, que va en bici como las nenazas, en vez de ir en coche oficial hasta al W.C. como Rita Barberá, y que deja diariamente a disposición de la plebe el territorio sacrosanto del Ayuntamiento de la capital, y por no hablar de Madrid y Barcelona con dos alcaldesas horripilantes, analfabetas y devaluadas por vulgarotas, por ir en metro, por meter pobres en el ayuntamiento, por ir a parar desahucios de mindundis que se los tienen más que merecidos...y además, mujeres. ¿Qué sabrán ellas de gobernar? Aunque por lo menos Carmena se ha esforzado, tiene mejor pedigrí, acabó la carrera y se presentó a una oposición y llegó a juez, una juez muy rara, siempre emperrada en redimir al delincuente en vez de darle caña a base de bien. Pero esa pescaderaza de la Colau, que hasta le faltan asignaturas para acabar una carrera, eso tiene delito de lesa autoridad ¿ Cómo ha tenido la desfachatez de presentarse a unas elecciones, si no ha sido capaz de acabar un curso académico? Y todo este desorden y caos terrible, lo permite el Estado flojeras que tenemos...El Estado solo sirve cuando manda de verdad, con contundencia implacable e impone la cultura a latigazos y quien no los aguante,hale, por el viaducto, como hacían los espartanos con los niños blandengues y con la niñas sobrantes. Esto que tenemos no es un Estado, es una chapuza infumable, si lo sabré yo que soy académico y me las sé todas.."

e) Respuesta de un cardenal tipo híbrido entre Rouco-Cañizares: "¿El Estado? Una institución imprescindible, oiga. La Santa Madre Iglesia no sería nada si en él, ¿dónde encontrar otro regalo de la Providencia como el Concordato que redime mundo, demonio y carne de un plumazo, mediante esa bula plenipotenciaria que es el óbolo estatal? Total, una menudencia de nada si se tiene en cuenta que ese óbolo que se paga en Hacienda poniendo una cruz en la casilla correspondiente, es el detergente celestial que permite que el trigo sucio se vuelva milagrosamente trigo limpio... El Estado es la estructura básica en que se apoya la verdadera religión. ¿Adónde iríamos a parar sin Estado o con un Estado que no está, como quieren los independentistas destructores de la unidad de la patria sacrosanta? Un Estado fuerte y bien surtido de impuestos de los más lerdos, obedientes, devotos y mansos, nos permite no pagarlos y mantener estas chabolitas de nada, que las malas lenguas han dado en llamar palacios episcopales o arzobispales o áticos de lujo para humildes siervos del Señor, jubilados ya del mundanal ruido, que desde estas alturas no se oye y nos permite orar en silencio y estar más cerca del cielo. Qué mal pensada es la vulgaridad de los impíos, hermano-súbdito." 

f) Respuesta de un mendigo: "Anda, qué preguntita...Ya me gustaría que esto me lo preguntara el Rey o  los del Gobierno, que sí, que tengo ganas de decirles en toda la jeta lo que pienso del Estado, de su puto Estado, vamos, porque mío no es. Estoy al margen. Y no porque lo haya decidido yo, es más bien porque ese Estado lo ha decidido por mí. Yo no elegí nacer aquí, lo más seguro es que de haber podido no lo hubiera hecho; bueno, a lo mejor de haber podido elegir hubiese elegido ser aborto en vez de niño no querido y de mano en mano como los céntimos de euro, que nadie los quiere. Sin casa desde chico, durmiendo a la intemperie o bajo un puente con mis padres mientras estuvieron juntos, porque mi padre fue a la cárcel y allí se murió y mi madre..., mi madre hizo de todo por sacarnos adelante, a mi hermana y  a mí, pero se nos murió de una cosa rara, en cuatro días. Ni escuela ni familia. Un día mi hermana se fue con otro mendigo y no la he vuelto a ver, ya ni siquiera sé cuántos años hace, porque a los que son como yo el tiempo nos resbala, todos los días son el mismo y todas las noches iguales. A mí ese Estado nunca me ha dado ni los buenos días, así que lo mismo me da que sea una cosa que otra. Y ahora, perdone que no le siga el rollo, es que tengo que cenar y como no espabile me van a vaciar el contenedor de aquel chaflán antes de pillar algo. Vaya usted con Dios y gracias por el euro. Mañana me tomo un café si me llega con lo que recoja en la puerta de la iglesia, de allí, de frente al parque. O en la puerta de Consum, que allí no me echan como hace Mercadona."


g) Respuesta de un político de toda la vida, tipo Rajoy: "Yo no tengo problema alguno en este sentido. El Estado me encanta, me seduce, me encocora, me enamora; el estado es el amor de mi vida; en realidad el Estado, fundamentalmente, somos mis colegas y yo, para qué nos vamos a engañar. Lo demás sobra. Sobre todo la gente, que en cuanto le sacas los impuestos se te queda en nada, exprimida como un cítrico y reducida a carne de protesta aburridísima, siempre con los mismos mantras. Así vivimos entregados a la ardua e ingrata tarea de renunciar a la vida de un ciudadano normal y aceptar este sacerdocio tan mal visto, criticado y vapuleado. Somos los fakires de la vida pública. 
Nadie se puede imaginar lo que sufre un político de larga duración, sometido a presiones inenarrables, sólo por ser la esencia viva del Estado. Una vez consagrados al divino empleo del forring office, nos olvidamos de todo, hasta de lo que estudiamos un día y de la profesión que apenas llegamos a ejercer debido a nuestra entrega sin tapujos ni regateos. Ya no sabemos hacer otra cosa que no sea la política de escaño y sillón. De estrado y discurso.
Una vez que el gusanillo de la vocación política se reproduce en plan hermafrodita y monta una colonia en tu interior, ya no puedes salir del bucle, primero, porque los miasmas del poder te poseen como una droga durísima y acabas siendo tan vulnerable y adicto como un yonky; segundo, porque a ver dónde vas a ir que más te den a cambio de esa vocación fervorosa y tercero, porque cualquiera se va y pierde el aforamiento, ante una sociedad tan tiquismiquis, picajosa y agresiva que ve delitos de cohecho, prevaricación y trinque a saco por todas partes. 
En esta profesión maldita estamos condenados, como Tántalo, a la lacra social de las puertas giratorias para poder sobrevivir, si un día, por fin, logramos superar la adicción al poderío y salimos de la rueda, del karma cruel que nos aprisiona y nos anonada. Una vez atrapados en las redes del mangoneo no hay quien pueda escapar: de diputado, pasas a ministro, de ministro puedes ser candidato a Presidente, de Presidente pasas al Consejo de  Estado en un dolce far niente, con sueldazo vitalicio, coche oficial y servicio de seguridad y todo a cargo de los pelanas paganinis del IRPF y el IVA, o si no llegas a presidente, te pillas un escaño en Bruselas, una vicepresidencia y ya in extremis, cualquier puerta giratoria, que ya, digamos, significa, la decadencia del proceso adictivo  y una salida del bucle político. La recuperación y reinserción en el mundo normal, aunque claro, siempre quedan tics y tendencias a la recaída. O sea, que un político de los de siempre, nunca se acaba de rehabilitar del todo.
Por esa razón, usted comprenderá nuestra vulnerabilidad, nuestra frágil condición y lo expuestos que estamos a cualquier cosa. 
¿Cómo hacer en estas tesituras un análisis imparcial acerca del Estado y sobre lo que es "el Gobierno de España", cuando ese Estado y ese Gobierno somos nosotros mismos, los próceres políticos tan maltratados y vapuleados, hasta el punto de que el partido en el gobierno está  prácticamente imputado , arrinconado en la trinchera de la Moncloa y con un ataque de pánico colectivo al cese? ¿Cree usted que estamos para reflexionar sobre nuestro propio suplicio? No, hijo, no. No nos queda otra que vivir con vilipendio, embunkerados en esta Numancia de la incomprensión, ya que lo de morir con honra cesando en los cargos, no entra en nuestros parámetros. Así que, ni con agua hirviendo ni con aguarrás, ni con disolvente van ustedes a conseguir despegarnos de los escaños y las tronas atercioppeladas del ppoderío."


h) Respuesta de una ciudadana corriente: "El Estado que conozco no me gusta un pelo. No creo que le guste a nadie. Es como criar a un monstruo que al final nos come crudos. Pero creo que si todos y todas, o una gran mayoría se pone de acuerdo en que esto cambie, sí es posible que la cosa deje de ser el absurdo que es. Aunque no sea de golpe, porque tanto desastre no se va a arreglar en cuatro días. Por eso no me gustan los partidos que van vendiendo programas salvadores como si fueran productos de Stanhome o de Herbalife. No parten de la realidad de la calle, sino de lo que ellos van especulando en sus despachos a favor de cada ideología. A los ciudadanos no nos gustan las complicaciones, sino la simplificación, o sea, reconocer los sectores sociales y sus necesidades y mejoras imprescindibles en el encuadre de un orden político estructurado desde la democracia, cuanto más directa más sencilla y limpia, más transparente. Y esa democracia sólo necesita una ideología que todas y todos desean y comparten sin enfrentamientos: el bien común, que requiere entenderse en vez de pelearse por el poder, ya que el poder es de la soberanía popular y no de las sectas que se la quieren apropiar por medio de una mayoría absoluta periódica en las urnas. 
Un Estado que dis-funciona de mano en mano de los políticos "profesionales" está condenado a no levantar cabeza. Es preciso ir comprendiendo la responsabilidad colectiva y que el Estado que tenemos depende de lo que colectivamente decidimos, que esa decisión no puede ni debe abandonarse en manos de representantes a los que nuestra comodidad e ignorancia, confiada en que para eso les pagamos, deja toda la responsabilidad, y así se hacen posibles todo tipo de abusos, como es la corrupción tan generalizada que ya el pp la da por normalizada y solo le falta hacer una ley para mejorarla. 
El objetivo de un Estado no debe ser complicar la vida y poner trabas estúpidas a toda iniciativa ciudadana, sino cooperar para que cada vez la "oficina" del Estado sea más cercana, más asequible, más eficaz y más justa. Que cada vez los trámites se humanicen y se faciliten. Que cada vez los impuestos se repartan con más equidad, dependiendo de las necesaidades concretas de cada comunidad, ya sea municipal, barrial, provincial, regional o  federal. 
El modelo de Estado que mejor permite ese régimen es la República Federal  Democrática, donde nadie está autorizado por la Ley a ser Jefe de Estado vitalicio, por muy bueno y estupendo que sea; todo mandato debe tener un límite determinado de años, por pura salud democrática. Con una monarquía eso es imposible. En una República se elige temporalmente, ya sea en el Parlamento -como en Italia- o en en la calle como en Francia y EEUU, al Jefe del Estado, y se eligen personas capacitadas y con un curriculum político y social conocido por su competencia y sus cualidades, no es como una monarquía que se debe conformar toda una vida con lo que depare la lotería de un apellido dinástico, toque lo que toque...y una figura que no gobierna ni interviene en nada serio, como nos está pasando ahora y en la que nos gastamos una fortuna de lo más desafortunado. En una República este pitorreo del pp, este cínico y caciquil golpe bajo al Estado, nunca habría sido posible. La monarquía debe desaparecer lo antes posible para que se termine esta excepción anómala y no vuelva a repetirse una vergüenza institucional de tal calibre, que estamos siendo una vergüenza interna y externa.
Una asignatura que hemos heredado ya suspensa desde la Transición ha sido no haber podido elegir aún el modelo de Estado sin el calzador del miedo y las presiones caciquiles, el Estado que necesitamos después del cambio de régimen y de haber sentado las bases ya normalizadas de la democracia. De una Constitución de emergencia política y social ya hemos derivado y evolucionado con los tiempos, lo suficiente como para pasar del grado elemental al grado superior y necesitar una revisión a fondo de la Carta Magna, sin miedo, sin presiones, debatiendo en asambleas y llegando cívicamente al Parlamento; la ciudadanía tiene ya el deber de dar ese paso. Así no habrá más tensiones separatistas, porque cada zona autónoma del Estado podrá elegir cómo quiere organizar su territorio en fraternidad y solidaridad  federal, para que no nos acabe separando en geopolítica manipulada por intereses y corrupciones a saco, lo que nos une como seres humanos de culturas tan similares y próximas.

Todos los problemas se arreglan mejor en lo parcial que generalizando soluciones. Los presupuestos se aplican mejor y con más eficacia en repartos más pequeños donde intervenga la ciudadanía por votación desde el sector municipal y barrial. No se puede gobernar desde las cúpulas sin equivocarse completamente, porque las bases que sostienen la construcción se quedan al margen de la estructura de las decisiones. En cambio si la cúpula está formada por el conocimiento y la experiencia de las bases, todo se arregla mejor, con más acierto y justicia. Por eso las hegemonías tienen tan mal resultado a largo plazo, aunque a corto plazo la euforia de ganar arrasando nuble la capacidad de discernir." 

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