Un pacto sobre los pactos
EL PAÍS
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Acertadísimo, Iñaki. Y como siempre un ejemplo de síntesis ajustada a la realidad. O aprendemos a escuchar y a pactar el bien común o no habrá nada qué hacer gane quién gane. Realmente debería pesar en las conciencias mucho más la determinación de trabajar y hacer camino mejorando el entorno social, económico y político, que la de ganar a cualquier precio. Una trampa que suele dejar en stand-by inoperante y a la espera del nunca jamás, las mejores intenciones convertidas en un proverbial método de manipulación casi consensuada. Esperemos que con la que está cayendo, la ciudadanía esta vez por todas, no se resigne a esos juegos que ya son una tradición; o sea, una tra(d)ición convertida en normalidad cotidiana y asumida como efecto secundario de una democracia precaria y ya con muy poco fuelle en el terreno institucional, pero cada vez más viva y palpitante en la ciudadanía. A ver si ahora comienza el arreglo del desajuste. La Resituación, que canta Nacho Vegas.
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