La voz de Iñaki

El 25, al zoco

EL PAÍS  

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Lo que está demostrando este panorama es que nuestras opciones  políticas es posible que una vez más no estén a la altura de la nueva conciencia que la ciudadanía está desarrollando, desea y necesita consolidar en nuevas prácticas y métodos de entendimiento, regeneración ética y aterrizaje en la realidad, que superen la egorragia de grupos de poder y personajes sobrepasados y descolocados por su prepotencia y falta de inteligencia práctica al servicio del bien común. Lo mismo los viejos que los jóvenes. Se ve que el rol de cacique mola un mazo y ya se ha hecho costumbre en la dinámica de los parlamentos de cortijo, chiringuito, porrón y botijo. 
Y también se perfila un axioma difícil de asimilar: los que desean el poder con verdadera bulimia impositiva y soberbia, no pueden cambiar nada porque sólo se representan a sí mismos. 

Se me ocurren al respecto unas cuantas preguntas que hasta ahora no veo la manera de responder con una cierta lógica. 




                                              
                           

Lo de la igualdad parece que en Andalucía renquea de lado derecho con la complicidad claudicante del flanco izquierdo. En plan mano a mano. Los Reyes Católicos se ve que marcaron estilo en su día y la tendencia del tanto monta, monta tanto, se le ha quedad al biparty como una fijación indeleble cuando se trata de la casta parlamentaria en pleno ejercicio 'democrático' (¿!).

1. Las elecciones andaluzas adelantadas, ¿se convocaron para mejorar la situación de los andaluces con el impulso de un nuevo equipo parlamentario o porque Susana Díaz y el Psoe andaluz pensaron fundamentalmente en su estrategia de partido, sin calibrar si el adelanto sería lo mejor para la estabilidad y el bien de todos, en vez de acoplarse a los tiempos electorales del resto del País? 

2.  Los nuevos partidos que se presentan con el síndrome de Robin Hood ¿han comprendido que pluralidad parlamentaria no equivale a entorpecimiento de la gobernabilidad?

3. El Psoe andaluz y el resto de socialismo institucional  ¿son conscientes de que si no aplican a sus casos de responsabilidad en la corrupción, lo mismo que exigen al pp -y éste escurre el bulto en el tema de las máximas responsabilidades-, se pierde el aliento ético y la fuerza moral para que lo tomemos en serio? Es decir, acaban por borrar las diferencias con el pp, adoptando el mismo aire impresentable del neoliberalismo destroyer y patán. Si se ha pedido tantas veces la dimisión de Rajoy por ser el responsable global de la corrupción ppera, -si la conoce, por cómplice y si no , por inútil y negligente- ¿por qué no empezar el cambio obligando a los ex-presidentes de la Junta de Andalucía, como responsables finales del enjuague de los EREs, a dimitir de cargos y escaños parlamentarios hasta que se decida judicialmente si son o no son culpables de haber hecho la vista gorda o por falta de responsabilidad? Y más aún, a pesar de que sea inocencia el veredicto, no se puede admitir que no hay responsabilidad moral y profesional en un asunto tan grave. 

4. El psoe tiene unas bases fantásticas, como IU, pero la "carguitis" tiene muy afectada a la cúpula,en ambas formaciones, tanto, que hasta el joven y limpio Pedro Sánchez coloca su devoción a González y el "amor a mi partido" a la altura de un deber por encima de todo. Y no tendría que  ser así. Lo primero no es el partido por muy maravilloso que sea. Lo primero es la conciencia puesta al servicio del bien común y de la justicia (no solo Justicia penal, sino Justicia como equidad bella y práctica de la conducta. Elegancia moral). De los seres humanos. Sin hacer distinciones. La ciudadanía no necesita "hombres y mujeres de partido" sino ciudadanos/as normales que, con su profesión y su vida autónoma de la política gestora, sean capaces de responsabilizarse de servicios a la comunidad, elegidos mediante la votación y revocables en cuanto fallen  gravemente o bien por irresponsabilidad negligente o bien por corrupción clientelista, amiguista, partidista  o nepotista. Todos los grupos políticos con aspiraciones al poder, se están haciendo un código ético. Pero viendo los tejemanejes y el apego a los boicots a todo lo que no les acomoda, está claro que no saben lo que es la ética aplicada a la moral de las conductas institucionales. Y al parecer, además de la ya tradicional burrología del pp, tampoco lo tiene muy claro el Psoe andaluz ni los nuevos partidos en ascenso, dado el giro de componenda de Albert Rivera que donde dijo digo dice Diego. 

La cuestión ética que se refleja en la moralidad de las leyes y en los códigos de buenas prácticas no debe aplicarse solo al dinero y a su ámbito, sino también a la capacidad responsable de hacerse cargo y cooperar en que fluya en las instituciones como el Parlamento -como su nombre indica- el diálogo transparente y la escucha activa, sin insultos, sin descalificaciones, ni burlas absolutamente deplorables, sin malos tratos verbales y psicológicos como, por ejemplo, ha sucedido contra la nueva diputada de Podemos, Teresa Rodríquez. Los parlamentarios de un bando y otro, se han portado como vulgares pperos, ni más ni menos. El presidente ha pasado del tema y la Presidenta autonómica en funciones tampoco ha dado muestra alguna de incomodidad y disgusto por tales conductas. Muy feo, feísimo. Impolítico. Impresentable. Sobre todo cuando se presume de democracia y de buenos fundamentos en los Derechos Humanos. Y se pretende ser los líderes de un gobierno.

5. Estas cosas son las que nos amargan la vida pública. La descomponen y la devalúan. No son el cuerpo del delito de la injusticia ni es la criminalidad de la corrupción, pero sí son la salsa que los acompaña, porque es la actitud de bajeza en humanidad que abre la llave del armario de los abusos. 

6. Ni me parece en absoluto adecuada la actitud inmadura de los diputados neófitos de Podemos y C's, cerrados en banda en plan Guzmán el Bueno, ni me parece en absoluto acertada la conducta de los diputados 'veteranos' con su grosería a la altura del "que se jodan" fabresco. De lija del 8. Los gestos y formas de comunicación expresan el fondo de los contenidos cognitivos y su capacidad de gestión; lo que llamamos "habilidades sociales" es fundamental para convivir en el día a día. No digamos nada en las responsabilidades de gobierno. Y esas "habilidades" no son sólo una técnica, son el perfume de la calidad de los sentimientos, del alma. O sea, de la inteligencia emocional, sin la que ni siquiera se alcanza el mínimo para ser de verdad humanos.  

7. Como ciudadanía no nos merecemos este cutrerío de representación. ¿O sí? 

No conozco a los abucheadores de Teresa Rodríguez, pero la conozco a ella; sé como funciona y lo responsable, respetuosa y trabajadora que es en su cometido y como es capaz de plantarse a quien sea, con mucha dulzura y educación, y decir las cosas muy claras. Dentro de Podemos también. Tampoco creo que su discurso no fuese decente y apropiado. Es una trabajadora sin nada que ocultar y que no ha vivido nunca de la política "profesional", primero, porque ha sido capaz de estudiar y terminar su carrera universitaria mientras mantenía activa su conciencia y su compromiso político, y luego, de trabajar en la enseñanza pública, que ha dejado para servir a los más olvidados y machacados. Desde luego está mucho más cerca de Ángel Gabilondo, García Montero y Manuela Carmena que de los maleducados parlamentarios "profesionales" andaluces que se han lucido con este espectáculo denigrante. 

Esperemos que se calmen los nervios y temores de Susana Díaz y que recupere la calma y el aplomo necesarios para gobernar o que, si lo necesita, se tome un tiempo para finalizar en paz su embarazo, lejos de los rifirrafes de la política activa, que las hormonas en las madres gestantes gastan malas pasadas y alteran la sensibilidad y los ritmos del descanso y la actividad. Y hay que hacerles caso. Como a los sentimientos y las emociones. No es ningún desdoro admitir que una se cansa y está agotada. Quienes lo hemos experimentado sabemos muy bien lo que pasa. Gestar una vida es una función y una tarea mucho más importante que presidir un gobierno de lo que sea. Gobernantes y políticos hay muchos, pero una madre y su criatura son  un milagro viviente, irrepetibles y únicos en cada caso, con cada hijo o hija. Tenemos que recuperar la normalidad y el valor de los ciclos vitales, respetarlos con unción y no exigirnos la desnaturalización endurecedora y bloqueante de nuestra esencia y de nuestras justas elecciones. Como la maternidad. 
Quizás si nuestras parlamentarias dejan el rollo masculino del poder violento e impositivo y aceptan y proponen la visión femenina conciliadora de crear vida, imaginación, cuidado y acogida, escucha y empatía, más resistencia que ataque, las cosas den un verdadero giro en la política. La masculinización va por el poder sin miramientos y la teoría, en cambio la feminización va por la escucha, el acuerdo cooperativo y la realización práctica operativa. 

El nuevo tiempo también trae consigo unos nuevos usos de las cualidades de siempre, haciendo que lo que se consideraban meros imperativos biológicos se revelen como verdaderos tesoros por descubrir y aprovechar creando nuevos planos y referentes para poder interiorizar y enriquecer el mundo propio y el mundo compartido en comunidades cada vez más abiertas y receptivas.