jueves, 14 de mayo de 2015

La voz de Iñaki


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Aznalcollar, seísmo fuerza 7

EL PAÍS  


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Un seísmo que tumba una estructura poco firme puede leerse desde la desgracia, pero también desde la oportunidad de cambiar la vieja estructura deficiente y débil por una nueva bien diseñada y mejor adecuada, con más resistencia y flexibilidad en los cimientos ante la fuerza imprevisible de los terremotos. Es lo que en este momento sucede en el Psoe andaluz, en el que sí hay capacidad y posibilidad de recuperación, si es que se quiere de verdad cambiar el enmarañado paisaje actual. No es seguramente una casualidad la estratégica sentencia judicial sobre Aznalcóllar, de triste recuerdo aznariano-escandinavo y herencia recibida, en momentos como éste. El pp tiene en su mano la palanca del Poder Judicial. Todos lo sabemos y conocemos por experiencia lo que es capaz de hacer cuando se ve acorralado en todo el País.
Seguramente Susana Díaz tiene buenas cualidades para gobernar, pero es posible que no esté en su mejor momento por ahora, ya que son demasiados frentes a la vez los que hacen aguas. Los clásicos ejemplares de jerifalte-patrón como Griñán o Chaves se han quemado en el camino, pero hay alguien que sí tiene capacidad y posibilidades para hacer frente a esta emergencia socialista andaluza: Pérez Tapias. Un hombre de izquierdas sin tachones curriculares ni salpicado por ninguna sospecha y con una hoja de servicios limpia y eficiente como profesor de ÉTICA. Vamos, como anillo al dedo. Si yo fuese socialista computable, o sea, afiliada, le pondría velas a todos los santos para que se iluminasen las neuronas de la ejecutiva y de las bases y se invitase  al Profesor Tapias a presidir un gobierno con los fusibles en su sitio. Las puertas del entendimiento con Podemos, Izquierda Unida y C's estarían abiertas al diálogo con una disposición más o menos en las antípodas de Susana Díaz. Y por fin el Psoe demostraría que no tiene complejos raros y que está dispuesto a reconocer que la Ética en política es el sustento del fontanero que es imprescindible para que todo funcione, pero que la fontanería también necesita la visión ética en sus prácticas para que su trabajo sea el adecuado y que los atascos y las chapuzas no acaben por enfangar o inundar los circuitos y los espacios habitables. 
La orla, el estilo, la huella, los modos del paradigma, la herencia, de Felipe González deben alejarse del Psoe si se quiere volver a ser el partido socialista que fundó Pablo Iglesias Senior y no una herramienta para estar sin ser, no un apaño para alcanzar poder y que con mejoras de maquillaje, nada cambie en una profundidad que sólo existe en las expectativas de la conciencia de base, pero no en los cuadros de mando, que si fuesen socialistas de verdad serían cuadros de servicio a la ciudadanía y no los directores ejecutivos de la "empresa". La izquierda debe estar en el sitio que le corresponde en el cuerpo social, que es el corazón, y tener la sangre roja y no azul ni a medias tintas, es decir ser republicana activa y no enlatada contra natura en una monarquía esperando que la República se aparezca como la Virgen de Fátima. Ni contemplar la forma de Estado como una circunstancia aleatoria, sin más "mientras las cosas funcionen medianamente" esperando a un Godot que nunca llega porque no se le permite la entrada, sin comprender que la forma de Estado es el reflejo de la capacidad de un país para definirse ante sí mismo y que cuando esa definición no existe porque la vida se ha estancado en un molde que se fabricó entre las manos negras y las ideas, más negras todavía, de un dictador, tarde o temprano ese país acaba hundido en las propias tinieblas de su desidentidad y de su marasmo fundamental. Esta extraña melé, que sería impensable en el socialismo original, se ha convertido en la normalidad del socialismo español, al  que hasta los dedos se le vuelven huéspedes indeseables y en su circo se le encogen los gigantes y le crecen los enanos. 
Más Gabilondos, más Pérez Tapias, más Sorayas Rodríguez y Ximos Piug, más inteligencia y menos jovencismo elegido al mal tuntún de las inercias como tapadera de la vieja guardia (no vieja por los años sino por el trayecto sinuoso y demasiado "político" en la peor de las acepciones del término. Más por desgastada y sobada que por antigua), un ecosistema-letanía que no se despega del mando a distancia ni con disolvente. Y que surja cuanto antes el/la mejor, la o el más capacitad@, oportun@ y honest@. Ojalá!

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