domingo, 2 de junio de 2019

Querido podemos, querido pp, dimitir es una terapia democrática imprescindible, no una ofensa ni una humillación. Todo lo contrario: la capacidad de los políticos para dimitir no es debilidad ni denota un complejo de inferioridad ni de minusvalía como líderes, al revés, es un signo de madurez tanto personal como política y social. Es mucho más de fiar un político que, sin remilgos y sin tapujos pone por encima de su partido y de su ego, su responsabilidad ciudadana institucional y el servicio al bien común. Y dimite cuando fracasa su propuesta electoral, que aferrase al poder como lapas creyendo que son dioses inexpugnables de su Olimpo, igual que Nerón cuando Galba le había destronado y estaba a las puertas de Roma, pero su ciega soberbia no le permitía ver la realidad...La conciencia es inteligencia; la política sin conciencia es atropello y estupidez que acaba por derrotar aun más que los votos en contra. Mejor ser echados de menos que de más, queridos Pablos...



Nahles, en Berlín la semana pasada.
Nahles, en Berlín la semana pasada. AP

Dimite la líder de los socialdemócratas alemanes tras la caída en las elecciones europeas

El País
La decisión de Andrea Nahles pone en riesgo la gran coalición con la CDU

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