Teresa Rodríguez: «Ninguna agresión sin respuesta»
Teresa Rodríguez | 23/12/2016
El pasado día 20 de diciembre y en el
marco de mi agenda institucional acudí a la sede de la Cámara de
Comercio de Sevilla, donde se celebraba un acto oficial organizado con
la agencia EFE, con motivo de la inauguración de una exposición que
celebraba el 50 aniversario de la delegación de la agencia de noticias
en Andalucía. Se dieron cita directivos de la agencia y autoridades
públicas.
En ese contexto notorio de actividad
política pública, me dispuse a ver la exposición hasta que en torno a
las 15.00 hs. decidí irme. En ese momento una trabajadora de la Cámara
de Comercio me dice que el Presidente de la misma me quiere “enseñar las
instalaciones”. Le contesté a la trabajadora que me tenía que ir, que
era tarde y que se lo agradecía. Pero como insistió una vez más, por
respeto hacia la institución y también en cumplimiento de mis
responsabilidades políticas, le manifesté que la acompañaría a hablar
con el Presidente para darle las gracias por la invitación y excusarme
por no poder aceptarla en ese momento, dada la hora que era. A
continuación, la trabajadora me guía hacia la primera planta del
edificio y al subir la escalera veo una puerta abierta de una sala en la
que se reunían varios hombres, presumiblemente empresarios socios de la
Cámara de Comercio.
El presidente, el señor Francisco
Herrero León, me ve subir y sale a recibirme al pasillo. Le agradecí la
invitación a visitar la casa, pero le indiqué que no era posible en ese
momento porque me tenía que ir. El señor Herrero me pidió que al menos
entrara a ver su despacho “para que viera lo que es el despacho de un
presidente”, el comentario me pareció extraño, pero queriendo ser
amable, me asomé apenas al umbral y volví a agradecer la invitación y a
excusar mi marcha inmediata.
Me dispuse a irme cuando me salen al
paso dos hombres que venían de la sala donde estaba la reunión
anteriormente citada. Con una actitud abiertamente distendida e
informal, el primero de ellos me saluda y me da dos besos. Es entonces
cuando el Sr. Muñoz Medina directamente se abalanza sobre mí y con un
empujón me amordaza la boca con la mano mientras aproxima su boca a la
mía y simula besarme en los labios con su mano de por medio.
La única en reaccionar es la trabajadora
que me había acompañado hasta allí. Abrió los ojos claramente
escandalizada a dos pasos de la escena y me preguntó “¿pero lo
conoces?”, queriendo saber si había conocimiento mutuo o familiaridad
previa. Le dije que no, y aún así el señor que me había amordazado,
empujado, y dado un “beso fingido” en la boca, lejos de disculparse
comentó: “claro que la conozco, estoy harto de verla en la tele”. En ese
momento me siento paralizada, humillada, ultrajada y siento deseos de
marcharme lo antes posible de allí y lo único que me sale es preguntar
“¿y usted quién es?”. El Sr. Muñoz Medina, que seguía divertido ante lo
que se había atrevido a hacer, ni corto ni perezoso, me dio una tarjeta
corporativa donde figuraba que era Manuel Muñoz Medina “Director General
de Guadarte”. El presidente por su parte se limita a seguir la broma
diciendo “ten cuidado que te vende un mueble”.
La escena discurre en dos metros
cuadrados de una esquina del pasillo de la Cámara de Comercio en la que
me encuentro entre tres señores voluminosos que ríen por una situación
que me resulta humillante y degradante. Claramente impactada y ofendida
salí de la esquina y me fui con la trabajadora escalera abajo. Abandono
las instalaciones sin despedirme.
Suelo andar sola, no me preocupo de
acompañarme de grandes comitivas, pero lo cierto es que desde que soy
representante pública nunca me pasó algo así. Jamás algo así me ocurrió
en mi barrio, ni en el autobús ni en el tren. El único lugar en que me
han agredido de esta forma ha sido precisamente en un entorno
institucional como este.
Al día siguiente cursé una queja en la
Cámara de Comercio de Sevilla que su presidente respondió reconociendo
los hechos y pidiendo disculpas por no haber reaccionado de otra manera.
En el día de hoy he emprendido acciones
legales contra el Sr. Muñoz Medina porque entiendo que, en mi caso, no
es solo un derecho, más aún, es una obligación no dejar pasar actos de
este tipo por su claro cariz sexista y por formar parte de lo que
consideramos violencias machistas. Entiendo que luchar contra las
violencias machistas supone no dejar pasar ninguna agresión, no guardar
silencio en ningún caso y es por ello que lo hago público, también por
quien lo sufre y no puede denunciarlo con el altavoz que la ciudadanía
me ha otorgado.
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