L'Atzuvieta, a la Vall d'Alcalà, potser el despoblat morisc més ben conservat a terres valencianes
El tiempo
esa caricia quieta
que se lleva de golpe
y poco a poco
entre sus dedos ávidos
la piel desconvocada
de las cosas
en un temblor de instantes
mientras besa
convicta de nostalgia
y confesa de ayer
los ojos desconchados
de las piedras exhaustas
y sin embargo nuevas
como una paradoja
en la revelación
de un todavía
con lentitud
noctámbula y otoño
en un lunes cualquiera
a punto de llegar
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