Hablemos de Cristiano Ronaldo, las estrellas del
fútbol y la presunta evasión fiscal. De entrada, anoten que, en los
últimos 15 años, la inversión en paraísos fiscales se ha multiplicado
por 4. Son datos de Oxfam,
que también señala que, en España, las empresas con más filiales en
estos paraísos son el Banco Santander, ACS e Iberdrola. Un banco, una
constructora y una eléctrica. Son muy poderosos. Como señala este
informe, tributan menos y, además, "influyen tanto que los gobiernos
están a sus órdenes".
Asunto delicado. Es cosa de
gente con mucho poder. Hay un gesto de Mariano Rajoy que demuestra que
no es hablar de Fulano o Mengano. Al presidente le han preguntado por el
caso de Ronaldo y ha respondido que "no se moja". Tal cual. Nadie pedía
que Rajoy le acusara. Cuando acaba de volver a subirnos los impuestos,
podía haber dicho una generalidad como "Hacienda somos todos". No lo
dijo. Tampoco hubiera sido verdad, porque no lo somos.
Siguiendo por el informe, el 86% de toda la recaudación
lo pagan las familias. Piensen en la clase media terrenal. En el resto,
están los galácticos como Cristiano que, según los periodistas de
"European Investigation Collaborations", mueven el dinero a través de
paraísos fiscales, como las Islas Vírgenes, para acabar en cuentas de
Suiza y pagar directamente al fisco español cifras como el 4%. Jugada
maestra. Un gol por toda la escuadra.
Al silencio de
Rajoy, sumen el que impone un juez español que se apunta a la Champions
League, porque extiende la prohibición de informar a los medios
europeos. Una entrada fea y una buena ocasión para defender el
periodismo de investigación, sin el que no nos enteraríamos de tantos
asuntos. Como ese del "diferido simulado" de Cospedal, antes de que este
juez archivara la denuncia por falsedad en el despido de Bárcenas.
Hablamos de un magistrado que llegó a la carrera judicial procedente del
Cuerpo Jurídico Militar a través del "cuarto turno", que no exige
oposición.
Queremos saber la verdad. La de todos. No
solo la de los futbolistas desvelados por la Fiscalía, poco después de
las revelaciones periodísticas. El derecho a la información no es por
matar a políticos, como se ha llegado a señalar en el caso de Rita
Barberá. Ni por estar en contra de un equipo de fútbol, como se dijo en
el caso de Leo Messi, antes de que fuera condenado por fraude fiscal.
Frente a la lentitud y opacidad de la justicia, defendamos la
información con diligencia y relevancia pública. También en el fútbol,
que tiene miles de devotos y que en España generó 2.615 millones de
euros la temporada pasada, según La Liga. Con estos números y esta
influencia, ¿alguien piensa que Messi o Cristiano pueden ir a la cárcel?
Algo falla cuando pensamos que es imposible. Hay una justicia para
ricos y otra para pobres. Por supuesto que hay rival débil y es lógico
pensar en el juego sucio y en los árbitros comprado
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