lunes, 12 de diciembre de 2016

Donald Trump y la sociedad neofeudal


La CIA cree que Rusia ayudó a Trump a ganar las elecciones
Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos. EFE
En el último Saturday Night Live presentado por el gran Bryan Cranston, durante un sketch memorable, Donald Trump nombra al protagonista de Breaking Bad, Walter White, director de la DEA, la conocida agencia federal antidrogas y narcotráfico. El nuevo zar antidroga explica cómo no espera tener problemas para ser designado, pese a haber fingido su propia muerte porque es el tercer miembro del gabinete que lo ha hecho, y cuánto le gusta Trump, porque es un hombre que actúa primero y pregunta después; ambos están de acuerdo en que "es tiempo de que América vuelva a cocinar".
Es un broma, pero no lo parece a la vista de la sucesión de nombramientos efectuados por el presidente del pelo naranja. Petroleros al frente de la política medioambiental o la energética, lobistas de los seguros o la educación privada al frente de la sanidad o la educación pública, racistas declarados al frente de la justicia o la política de seguridad. Walter White, el narcotraficante accidental, encaja como un guante, tiene un título superior en química y además una cultura media superior.
El premio nobel de economía John Keneth Galbraith acuñó en los setenta el concepto "tecnocracia" para dar nombre a la evidencia de cómo los mismos burócratas dirigían alternativamente el gobierno, las grandes burocracias públicas y las grandes corporaciones privadas. Trump completa el círculo que nos devuelve a la vieja plutocracia, donde sólo accedían al gobierno los propietarios y sus oficiales, para gobernar únicamente para ellos mismos. "Frente a un modelo de sociedad del bienestar de gobierno y funcionamiento democrático para una sociedad que busca promover la igualdad y la horizontalidad, se oponen ahora como deseables e inevitables la necesidad y el ideal de un gobierno plutocrático, privatizado en manos de los propietarios de la riqueza, operado por tecnócratas y al frente de una sociedad organizada sobre relaciones jerárquicas y piramidales" (Los ricos vamos ganando. Deusto, 2015).
Al sueño de aquella "sociedad en red" que alumbró el principio de este siglo le sucede ahora la pesadilla del retorno a la "sociedad piramidal", donde los dueños de la riqueza devienen de nuevo señores, únicos y verdaderos titulares de derechos y sujetos exclusivamente a su propia ley, mientras los no propietarios se ven reducidos a la condición de vasallos, cuyos derechos dependen de la voluntad de los señores y su capacidad de pago.
No se trata sólo de un paso más. Estamos ante un salto espectacular en la evolución desde los modelos de las "sociedades del bienestar" hacia ese modelo de "sociedad neofeudal". USA ya lo ha dado, Europa se lo está pensando mientras, por ejemplo, los ministros de economía de medio continente compiten por ofertar más y mejores derechos de pernada a las grandes corporaciones que buscan feudos alternativos a la City postBrexit, o cada vez escuchamos a más magnates proclamar en público aquello que antes sólo se atrevían a preguntar en privado: ¿por qué vale vuestro voto lo mismo que el mío?
Él éxito es la nueva legitimidad. Lo justifica y lo ampara todo mientras el supuesto fracaso de todos los demás la mejor coartada para privarles de sus derechos, señores y vasallos, ganadores y perdedores; los ganadores se lo llevan todo y los perdedores deberían estar agradecidos. 

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Tienes toda la razón Antón Losada. Pero tendrás que reconocer que, aunque para Europa este trumpazo sea un shock, en el reino de Españistán es pan comido  y mucho mejor organizado, dónde va a parar. Ya lo llevamos disfrutando  desde el 20N de 2011 y no tiene visos de cambio por ningún lado. Las únicas diferencias es que aquí el asunto lo lleva un ppartido con una larguísima experiencia en el tema y no solo un empresario estrambótico en plan freelance, sino todo un gabinete especializado en el esquilme caciquil, con una tradición de largo alcance, y encabezado por una trama familiar de registradores y traficantes de la propiedad de cualquier índole, que lo mismo se te va de picnic en un barco del narco, que te monta misterios del rosario en plan tramas organizadísimas y blindadas por aforamiento natural como la vida misma(*),que condecora a las vírgenes santísimas con medallas de gendarme sacrosanto mientras espía y manipula todo lo que pilla, convertido en mi(ni)sterio vigía de la civilización occidental donde los sin papeles jamás serán trigo limpio. Cañizares  dixit. Amén.

Vamos, que ese Trump es un advenedizo en esto del feudalismo revival fashion. Y además sin clase ni estilo. Un hortera sin pedrigrí. Si al menos tuviese el buen gusto de Mariano y en vez de los implantes y extensiones del felpudo naranja se hubiese aliñado la imagen con un peluquín caoba, discreto y elegante como el de nuestro sublime presidente...tan estiloso y fino como buen conversador, capaz de improvisar discursos de un calado intelectual sin parangon, de esos que dejan a Merkel sin palabras, en los que un plato y una taza recuperan su esencia reduplicada y alevosa cual aoristo heleno y los ciudadanos se hacen alcaldes por ósmosis y todos somos mucho europeos. Vamos, que ya quisiera el Trump ése y su chapuza de gobierno, llegar a al Candy Cruss de nuestro ejemplar elenco de Nobeles de la Política, que en honor a ellos, deberían establecerse como reconocimiento a tanto talento que solo por su humildad de sabios permanece casi anónimo en el informe Pisa de la política internacional. ¡Pordiós! mira que tener estas lumbreras vanguardistas y no valorarlas y dedicar nuestra atención al gorila-peluche de la Casa Blanca... 




(*) Misterios pperos del santísimo ppringario 
1º)La santa gürtelificación foreveryoung de los beatos Camps y el Bigotes con la iluminación del Beato Josemari en el bodorrio escorialense.

2º) La punificación a cuestas de san Granados y san Marjaliza, con el milagro del armario.

3º) La oración cantada en la Comandancia de la divina Taula, por el coro de santos imputados a verlas venir.

4º) El santo enjuague de la Beata Castedo autoflagelada y la trasfiguración del Jaguar Invisible de Santa Ana Mato.

5º) El santo expolio de las divinas tarjetas y preferentes varias de los venerables  Rodrigo y Miguel. 

Y para terminar el santo ppringario se recita, al final, la letanía de la ascensión a los cielos de la mártir ya canonizada santa Rita del Divino Ron Cacique acompañada por la Beata Esperanza del "y yo qué sabía", con el coro de todos los fieles votantes pperos respondiendo a cada invocación: Ppringate ppro  nobis!

Y esto es solo una pequeña muestra de todo el elenco devocional que ese pp inimitable viene  proporcionado, desde hace siglos, al acervo piadoso de nuestra cultura confesional, haciendo de la política un verdadero emporio  universal y devotísimo de la corruptolatría.

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