viernes, 7 de octubre de 2016

¿Qué es lo más urgente?


  1.  
    Acabamos de recibir la SENTENCIA ABSOLUTORIA de que tuvo el juicio el martes por ocupación. QUE VIVA la 😍😍😍😍😍😍
            
                   Al principio era la persona y la persona era todo.
                   Por ella se comprendía el mundo
                   porque ella llenaba el mundo de inteligencia
                   y creatividad.
                   Ella era el sujeto de la vida consciente
                   y sin su conciencia nada podía entenderse
                   ni tenía sentido.
                   Por su despertar al universo del sentimiento
                   se hizo la luz del corazón en el seno del cerebro
                   y así llegó la vida
                   amando y cooperando dentro de la materia.
                   Hasta que la unidad de persona y materia
                   fue completa.

                   Pasaron siglos y milenios de oscuridad
                   en aquella fusión
                   y la persona se sepultó en la tierra
                   para reconocerla y amarla desde dentro
                   mientras equivocaba amor con posesión.
                   Entonces la persona
                   pudriendo la semilla de su ego
                   fertilizó la tierra con dolor, con lágrimas y olvido.
                   Hasta que la persona se hizo alma
                   nómada como el viento sin reposo.
     
                   Tras cruzar el infierno de la desmemoria
                   perdida la inocencia y la visión,
                   la persona de pronto despertó
                   con el canto de un pájaro
                   a la orilla del alba.

                   Desde entonces la tierra se hizo carne
                   en el grano de trigo
                   y la palabra pan,
                   el amor se hizo fuego
                   el sentimiento agua
                   y el espíritu aire
                   que palpitaba libre sobre la nueva vida.

                   Entonces la persona se hizo inmensa,
                   el yo iniciando amor forjó el nosotros;
                   primero nació tribu, luego pueblo,
                   después ciudadanía.

                   De ese modo la luz fue la persona
                   y la ciudadanía un nuevo sol
                   iluminando el alma de la tierra
                   que crecía y crecía
                   hasta llegar al cielo,ser abrazo,
                   y descender de nuevo como lluvia.
                   
           



El poder está cada vez más histérico por seguir pudiendo con legitimidad y no a trompicones, con hilvanes y pillado con alfileres en sus talleres de confección institucional prêt-à-porter. Su nerviosismo no lo expresa directamente. De eso ya se encarga la prensa esbirra. Pero la histeria está presente como efecto secundario de tanto retraso estratégico en formar gobierno. Los medios lo repiten constantemente: no se puede estar sin gobierno. ¿De verdad? Sin embargo, apagamos la tele, el ordenador y la radio, dejamos a un lado los quioscos de prensa y enchufados en vena a ese "populismo" que desde el 20D lleva a Podemos por la calle de la amargura, nos sumergimos en la realidad de las tiendas del barrio, de las/los empleados en hospitales o farmacias o limpiadores del ayuntamiento, dependientas/es del cortinglés,  hablamos con una/un conductora/or de la EMT, con taxistas o camareros/as o con una/un maestra/o de escuela...y la verdad, nadie se queja de que no haya gobierno. Es  que ni se acuerdan.

Se diría que la ciudadanía lejos de experimentar angustia por la carencia de un Ejecutivo, en vez de echarlo de menos, lo echa de más. Seguramente la peña sometida por políticos deficientes y prescindibles, experimenta un estado similar  al que sobreviene cuando el componente más invasivo de una apareja de las que comparten la misma cama, ése que además ronca como un fuelle, se levanta y deja espacio libre a la compañera o compañero, que ha pasado la noche en la orilla, clavándose los bordes del colchón y se despierta baldado. Pues eso mismo. Así de "castigado" se siente el personal. Y cada día, al contrario de lo que pretenden los medios, los habitantes de Celtiberia se van haciendo conscientes de que, bien mirado, este vacío de poder fáctico, pueda ser una especie de regalo cuántico del Universo. Unas vacaciones en la agotadora faena de soportar el poder, que nunca nos habíamos podido permitir a lo largo de nuestra historia. Esa pereza de los negados, está acabando por ser una especie de annus gratiae. Un año de gracia, en medio de tanta desgracia en ristra.

Y,claro, ante la persistencia del mobbing mediático y sus presiones psicológicas confirmando la preocupación del resto de Europa por la ingobernabilidad de su súbdita, la plebe española, nos vamos preguntando cada día más cosas, en plan Hamlet. Por ejemplo, ¿qué es lo más urgente de verdad? ¿qué haya un gobierno dependiente de Angela Merkel y la Troika, o que no lo haya? ¿que Rajoy se  quede hibernado en La Moncloa o que lo despierten? ¿que Ana Pastor siga en su burbuja, incomunicada con el resto del país, o que haya alguien en su lugar, igualmente afiliado al poderío, pero teñido de rojo, que conozca el oficio de presidir un Parlamento en disfunciones? ¿qué es más urgente, que se enjarete por narices un gobierno como sea, solo por el hecho de que se haga un paripé institucional en el que nunca cambiará nada, y donde la corrupción es la presidenta sine die de todas las decisiones, aunque se votase en las urnas una vez al  mes, que nos gobierne peña hegemónica que aplasta todo conato de diversidad con el único fin de que se vaya Rajoy, sin que haya una base ética demostrada y no enredada en  juegos de poder, que supere a Rajoy en decencia y en grandeza de miras? 

Este tiempo sabático nos está dando mucho que pensar; lo más hermoso de este aquelarre-burdel de inútiles a sueldo del Estado, es que nos está demostrando que los gobiernos no son tan necesarios como nos habían dicho desde siempre, que incluso pueden ser un estorbo y un peligro cuando son cortos de luces y largos de indecencia y de avaricia. Que quienes de verdad mueven la rueda de cada día somos la ciudadanía trabajando y nuestro brazo gestor institucional que es el funcionariado, con el estamento Judicial, el personal sanitario, el docente, el administrativo y que bastaría con un gabinete funcionarial para administrar la Hacienda Pública, gestionar las normas imprescindibles de una ética económica y poner a los bancos en su sitio. Los mismos funcionarios se elegirían por votos y cada dos o tres años -para que no haya apegos ansiosos a las sillas-  a los responsables de cada departamento. Sería un Estado de pacto sectorial, donde nadie falta ni sobra. O sea, sobrarían montajes y derroche, como ministerios, viceministros, secretarios, subsecretarios, asesores enchufados a miles cobrando un dineral, más el derroche en partidos políticos, que pasarían a ser independientes en su autofinanciación, igual que sindicatos y religiones, porque la ética, la inteligencia, la responsabilidad del bien común y el apoyo mutuo, serían la ideología compartida deontológicamente y como base del Estado, sin comidas de tarro, y de ella saldrían los códigos jurídicos, laborales y penales.

Eso daría lugar a un país totalmente renovado. A una sociedad despierta, participativa y cooperadora. El poder es tóxico cuando se olvida de o desconoce que simplemente es servicio y que  cuando pierde el norte es pura tiranía, sea de derechas, de izquierdas, mediopensionista o de ambas tres  en comandita. Las grandes leyes rectoras se estudiarían en comisiones cívicas, contando con los aportes de la ciudadanía en propuestas y enmiendas, serían flexibles y corregibles al paso del tiempo en los asuntos imprescindibles que modifican la vida del conjunto social globalmente, y luego, votadas en referéndum constitucional, tras pactos de estado para consensuar y llegar a acuerdos benéficos para toda la sociedad, de modo que ningún grupo ni estamento pueda modificar por su cuenta, ni parcialmente siquiera, el compendio normativo para la convivencia y su gestión, que en realidad es o debe ser una Constitución.

¿Qué es más urgente, un gobierno de apaños ruinosos entre personajes que llevan toda su vida gorroneando de la política como modus vivendi y que no se despegan de los sillones ni con agua hirviendo, parásitos ideológicos, que se asocian entre ellos en simbiosis para esquilmar mejor y con más motivos, o aprovechar la quiebra evidente del sistema para regenerar criterios morales y no volver a permitir que un partido corrupto, por muchos votos que tenga gobierne ni solo ni en coalición, hasta que no se regenere de arriba a abajo, pase un tiempo de cuarentena, en el que demuestre que se ha regenerado de verdad?

El peligro no consiste en que gobierne la derecha o la izquierda, una coalición o una mayoría, sino en que nos siga gobernando la inmoralidad pactada, la corrupción consentida y normalizada como impunidad, la defensa de la delincuencia política y económica, la psico-sociopatía admitida como mal inevitable y hasta rentable y lucrativa. Dará igual quien gobierne, sí, hasta Unidos Podemos o los ecologistas, los animalistas, las feministas o los nacionalistas, si no nos gobernamos desde la conciencia ética, desde la empatía social, desde la generosidad, la co-escucha y la transparencia, desde lo que somos y no desde lo que deseamos aparentar que somos, la misma democracia es puro teatro. Una farsa al servicio de los que mejor  seducen, asustan, tergiversan y engañan. Una libertad de pacotilla que nos venden al votar "libremente" pero ya condicionados por las ideologías, mirando la realidad desde el filtro tuerto o bizco de un partido, por muy estupendo que sea. Ese modelo de "democracia" en fragmentos teóricamente opuestos que no son complementarios ni cooperantes, que lo que aportan en primer lugar y como premisa sine qua non, no es más que la ambición de mandar y trepar aunque sea haciendo papilla el bien común si así se va a  ganar para favorecer a los de casa por encima de todo, -eso explica que el pp gobernase en  Extremadura con ayuda de iu, cuando iu podría haber apoyado al psoe que al menos no es tan cruel como el pp, o el psoe en Andalucía con ayuda de c's y no de Podemos, que por lógica es mucho más afín al socialismo- es simple demagogia y para poder levantar cabeza debemos regenerar esa democracia y convertirla en convivencia-mosaico, donde todas las piezas son fundamentales para coordinar el resultado definitivo que es la armonía en la diversidad, no el apaño en el chanchullo de intereses ínfimos pero básicos para la depredación de los poderes al uso. Y eso es lo más urgente, más que echar a un tirano para que le sustituya otro que disimule mejor su condición depredadora. 

La única ideología que no se desluce ni pierde jamás, es el bien común, el apoyo mutuo, la fraternidad humana de la inteligencia colectiva, la compasión, que no es limosna sino solidaridad con el padecimiento de nuestros hermanos de especie y de planeta, poner en marcha lo mejor que todos tenemos y compartirlo sin exclusiones, sin privilegios ni preferencias territoriales ni de castas.

Si algo nos debería enseñar la historia es a no repetir los mismos modelos de estado que han fracasado sucesivamente, que han oprimido, producido sufrimiento, que han hundido a las personas para salvar su sistema. Que han echado mano de la corrupción, de la calumnia y de la maldad para hundir rivales, salvar dineros y patrimonios antes que a las personas y dejar cada vez peor los recursos y las condiciones de vida de los países. No nos salvan las ideologías ni las religiones, solo nos salva o nos liquida nuestra conciencia  personal, ética o no, que se hace colectiva por el roce diario de con-vivir, de entender, de compartir. Es la calidad y la lucidez de nuestra conciencia, no la cantidad de 'saberes' memorizados y doctrinas teóricas que si no se aplican desde la conciencia son letales, lo que nos salva de nuestra potencial miseria si desarrollamos nuestra potencial grandeza de alma. Alma y conciencia son las depuradoras de la mente y de las emociones. Sin ellas el amor y su expresión más directa que es la justicia, no es posible, se corrompe, se muere y deja desierta e inhabitable la existencia, que entonces se trastorna y se vuelve asesina en serie de todo lo que ayuda a regenerar, a despertar, a comprender y a ser algo más que trozos inconexos de carne con ojos. 

¿Qué es lo más urgente? ¿Comer, tener un techo, un trabajo, una escuela, unos derechos? ¿Organizar muy bien nuestras basuras de todo tipo? Sí, por supuesto. Pero ¿para qué, en definitiva, si la vida sometida al capricho de los tiranos que votamos y obedecemos es un patético fracaso lleno de dolor que el dinero no puede evitar? ¿Para qué, si luego el hombre elige,"libremente", con Hobbes ser un lobo para el hombre? De ahí saltaríamos a la desesperación y al suicidio colectivo si no contásemos con el potencial del espíritu humano, con la resistencia del alma,  la conciencia orientada al bien común y su energía inagotable, que renace constantemente como el Ave Fénix. Desde ahí es desde el único 'nolugar' en que es posible decretar que Sí se puede.
Podemos, claro que sí, empezar recuperando esa verdad, rescatándola del slogan manipulador que usó Obama y han copiado los partidos políticos interesados en mantener el mismo estado de narcosis social, inculcando la idea de que solo se puede funcionar con un aparato de poder que gobierne desde una cúpula hegemónica la base que lo sostiene, prometiendo  asaltar los cielos mientras se arrasa la vida en los suelos y nos quedamos sin raíces humanas para convertirnos, finalmente, en tristes y huecos objetos especulativos. Máquinas de calcular y consumir hasta ser consumidas por la voracidad del mismo consumo voraz e insaciable que ya va por su cuenta acabando con todo vestigio de vida inteligente y humana de verdad, como un cáncer globalizado. De ese mal tan poco humano, aunque tan frecuente que lo parece, hasta el momento, está contagiada toda ideología política. No por ser política ni por ser ideología, sino por estar enferma de soberbia, por ser un fragmento sectario, inconexo y sobredimensionado de la experiencia colectiva, que se ha erigido como poseedor de la única y última verdad. Como si la verdad fuese un objeto del que nos pudiésemos apoderar y no fuese ella el recipiente que nos contiene a todos.

¿Qué es lo urgente,entonces? Pregúntatelo con honestidad y sin agobios. No te aferres a lo que leas o te cuenten, ni siquiera a esto que escribo, úsalo, si quieres, solo como la cucharilla que mueve el fondo de tu propia bebida, como se remueve el guiso que cuece al fuego para que nada se quede pegado al fondo, se queme y se inutilice.

Sólo tú puedes descubrirte. Nadie te va a solucionar esa cuestión. Piensa. Y deja un hueco de silencio y calma para que responda tu conciencia y puedas percibir su mensaje. Pero recuerda, en cualquier caso, que el cambio social a mejor no será posible sin el cambio personal en el mismo sentido.

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