lunes, 4 de abril de 2016

Amnistía Internacional informa


Honduras: ¡Justicia para Berta Cáceres y Nelson García!


Retrato de Berta Cáceres
El 3 de marzo ha quedado para siempre marcado como un día aciago para el activismo social en Honduras. Berta Cáceres, líder indígena lenca y cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) moría acribillada a tiros en su casa de La Esperanza.
Durante años, había hecho campaña contra la construcción de la represa de Agua Zarca en la comunidad de Río Blanco. Pero a pesar de las constantes amenazas y hostigamiento, la investigación de su muerte ha minimizado cualquier vínculo entre el crimen y su trabajo como defensora de derechos humanos.

Las autoridades han llamado a declarar en reiteradas ocasiones a miembros de COPINH y al activista mexicano Gustavo Castro, que fue testigo del crimen, y a quien han impedido abandonar el país durante semanas pese al temor por su seguridad. Finalmente, el 31 de marzo una jueza revocó la decisión judicial que le impedía salir de Honduras.

El impacto ha sido devastador entre activistas y organizaciones de derechos humanos de toda Honduras. El crimen no puede quedar impune. El mensaje sería fatídico: si se puede matar a  Berta Cáceres y no pasa nada, los perpetradores se pueden atrever con cualquier otro activista. Cunde el temor y con razón.

15 de marzo. Hombres no identificados matan a tiros a Nelson García, miembro activo de COPINH, cuando regresaba a su casa en Río Lindo.

Los familiares de Berta Cáceres están en peligro, los miembros de COPINH y de otras organizaciones están en peligro. Las autoridades hondureñas tienen la obligación de llevar a los responsables de las muertes de Berta y de Nelson ante la justicia, y de garantizar protección a quienes defienden los derechos humanos en Honduras.

Exígeselo al gobierno de Honduras. 




A Berta Cáceres la acribillaron a tiros en su casa la noche del 2 al 3 de marzo de 2016. Después de años de  amenazas de muerte por su activismo ecologista y de defensa de los derechos de las personas indígenas en Honduras, los peores presagios se cumplieron.

Doce días después, Nelson García, compañero de activismo de Berta era asesinado de la misma manera.

Pese a las amenazas de muerte contra ellos y sus familias, los dos se enfrentaron a un polémico proyecto hidroeléctrico que amenazaba la supervivencia de comunidades indígenas en Honduras. Hasta el momento, ninguna de las personas a las que Berta denunció por aquellas amenazas ha sido citada a declarar.

Aún retumban en mis oídos las palabras de Berta: “Quieren llenarnos de terror [...]Defender los derechos humanos es un crimen en Honduras”. No le faltaba razón.

Lo mínimo que las autoridades hondureñas deben hacer es esclarecer quién o quiénes mataron a Berta y a Nelson. Puedes unirte a nuestra exigencia sumando tu firma en esta petición que hemos puesto en marcha. Porque, como decía Berta: “No nos queda otro camino más que luchar”.

Gracias por no quedarte de brazos cruzados ante la impunidad.

Esteban Beltrán
Director de Amnistía Internacional-Sección Española

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