jueves, 24 de mayo de 2012

NO ESTÁ EL HORNO PARA BOLLOS OLÍMPICOS

La vanidad político-exhibicionista es un problemón. Tenemos una crisis aguda y muy, muy seria. Estamos tocando fondo en un sistema anticuado, inadecuado y exahusto; necesitamos toda la energía posible para liquidar lo podrido, extirpar lo incurable y comenzar a construir lo nuevo, lo que se adapta al momento evolutivo del planeta y al nuestro, y entonces llega la tentación facilona de la manzana podrida que consiste en el relumbrón de la candidatura olímpica para el 2020. Una vía de entretenimiento, un fuego de artificio, una maniobra de distracción peligrosísima en este momento donde toda la atención debe enfocarse en lo que tenemos entre manos. Superar la crisis sin causar destrozos sociales irreparables ni generaciones perdidas en el vacío.
El gobierno español y el ayuntamiento de Madrid si fuesen lo inteligentes y sensatos que cabría esperar, rechazarían de plano esa propuesta olímpica. Un gobierno sensato sabría perfectamente lo que significa un gasto astronómico en infraestructuras previas y de donde se saca el dinero de esa inversión enorme para un beneficio mínimo. Son obras faraónicas para un acontecimiento de pocos días. Un nuevo endeudamiento, trabajos precarios, que cuando terminen las obras, acaban y sólo dejan escombros, como la Copa de América, el circuito de Fórmula 1, las Expo de Sevilla o de Zaragoza, etc, etc...No necesitamos megalomanías inútiles ni globos de colores que estallan y desaparecen, y que han costado una fortuna que no podemos pagar sin acabar arruinando lo poco que queda.
Madrid no debe ser sede olímpica en 2020, porque en esa fecha aún no se habrá solucionado el hundimiento terrible a que está sometido el país entero. Porque esta crisis no es un fenómeno puntual, sino un fallo completo de las estructuras sociales y económicas. Un final del mismo sistema que hace posibles las olimpiadas y los juegos malabares de la deuda infinita que vacía las aracas públicas y lleva el dinero a la especualción de una minoría oculta en paraísos fiscales y aberraciones delictivas que indulta y "perdona" y hasta bendice, la ideología del dinero fácil e irresponsable. Ya sabemos que la filosofía del pp es el pan duro para hoy y la ruina para mañana, que sólo ve la ganancia de lo inmediato, que se deslumbra con los flashes del momento y esa ceguera le impide vislumbrar las consecuencias en el futuro y llevar a la bancarrota a los ciudadanos. Como en la Comunidad Valenciana, por ejemplo. Por eso este partido es lo peor que podríamos tener para gestionar una crisis como ésta, ya que el mismo ideario que le sostiene es el causante de la debacle. El neocapitalismo, conservador del desastre, suicida y depredador. Salvaje. Autómata. Incapaz de reaccionar, de dar giros, de fluir, de avanzar y de crear vías nuevas de salida. Bloqueado en la repetición del error, como una máquina averiada. Inservible. No es extraño que consideren una dificultad olímpica al 15M que es la voz ciudadana despierta y sufridora de tales abusos. 
Parece mentira que haya tan poca inteligencia como para considerar un peligro la sensatez de los que piensan un poco más allá de la "semana fantástica" y no vean que el verdadero peligro generador de crisis y de catástrofes sociales es precisamente vivir dependiendo de organizar constantemente "semanas fantásticas". Sin crear herramientas para la vida normal, para educar, para sanar, para trabajar, para investigar, para crear solidez y no castillos de arena, terrasmíticas, copas vacías, curcuitos idiotas, ferias de vanidades y olimpiadas de humo que duran cuatro días y de las que nadie sea acuerda al día siguiente, que dan propinas ridículas pero  causan pérdidas irreparables en la economía real, en la paz social y en la democracia imprescindible. 
Que Tokio y Estambul hagan lo que quieran, pero que Madrid se quede al margen. De todos modos, ya veremos, al paso que vamos, si en 2020 aún queda en este mundo lugar, ocasión y dinero para organizar una olimpiada. Tal y como va la cosa y si no se cambia YA, no habrá ocasión para juegos ni Olimpos gloriosos imaginarios, sino que el juego dramático será sobrevivir cada día en medio de toneladas de basura, mares contaminados, aire irrespirable, miseria y pobreza general. Los pocos millonarios que queden -si es que quedan- tendrán que conformarse con jugar en la Play, comer plástico, beber petroleo artificial y torrarse al sol implacable de los desiertos en que habrán convertido los bosques y selvas. Y todo habrá sido gracias a esa filosofía idiota del juego para hoy y el hundimiento para mañana. Ojalá, por arte de magia , se despertasen de repente y viesen lo que están haciendo. ¿Quién les proporcionará servicios, quiénes trabajarán para enriquecerles cuando hayan quitado las estructuras y herramientas que crean el trabajo sostenible y duradero? ¿Quién comprará en sus mercados vacíos por falta de materias primas y de producción? ¿Quién educará a las generaciones de desesperados sin escuelas y sin protección alguna desde la infancia? ¿Serán ellos la policía que les protegerá,los abogados que les defenderán, los médicos que les curarán, los científicos que les solucionarán la vida? 
¿A quién le importan las olimpiadas en las condiciones en que estamos? Para recuperar la cordura y el sentido común, éso que  Rajoy durante su campaña electoral echaba tanto de menos, el pp debería librarse de sí mismo y nosotros, del pp.

No hay comentarios: