jueves, 31 de mayo de 2012

EN EL PAIS DE LOS EN-TUERTOS EL CIEGO ES EL JUEZ SUPREMO


LAS SEMANAS CARIBEÑAS DE DÍVAR

Dívar: "Nunca me he planteado dimitir por los viajes a Marbella"

El presidente del Supremo comparece y sostiene que no ha cometido irregularidades "políticas, morales o jurídicas" y que siempre se ha pagado sus gastos privados
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Se supone que el Presidente del Tribunal Supremo, además de comparecer en el Congreso para dar una explicación de su comportamiento y de su empleo del dinero público, debería saber que el motivo de su comparecencia no es para reafirmarse inmadura y cínicamente en su posición blindada, sino para decir la verdad y dejarse de jugar al escondite; una verdad que tarde o temprano se sabrá, si es que no se sabe ya. Se hará pública quiera o no. Y le obligará a dimitir, quedando mucho peor que si dimite ahora voluntariamente. 
Tiene la derecha un vicio muy torpe, heredado del catolicismo vaticano, al ocultar siempre y por sistema la verdad de sus errores. El problema capital de la soberbia, es que ignora que se perdona con más facilidad el error que se reconoce, que el error que se sostiene y se trata de imponer como un acierto. Si lo que tanto les importa es la imagen, deben saber que ellos mismos son sus propios iconoclastas. E iconoplastas. 
Pueden seguir sine die esta farsa y dejar a Dívar impune en su lugar. Pero esa circunstancia desacreditará para siempre a una institución como la Justicia y entierra definitvamente la credibilidad del pp como gestor político de esta legislatura. Lo dicho, un requiem desafinado y triste para el gobierno más impresentable de la historia democrática de España.

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