sábado, 12 de mayo de 2012

LA DESCONCERTANTE FUNCIÓN DEL 15M

En estos días los medios están desatados, de tertulia en tertulia, entre las apologías  con sordina y las críticas cuando hablan de ese movimiento sui generis , extraño, tan raro que no es violento ni sumiso ni seducible por las tentaciones del negocio político, sino que anda empeñado en una creación imparable de canales para la conciencia. Y eso desconcierta a los "sabios" de este orden que están acostumbrados a las radiografías rápidas y fulminantes de lo de siempre, a los prototipos sociales y paradigmas sobados. Todos, o casi todos, -porque muy pocos aciertan en su manía clasificatoria y por ello imposibilitada para reconocer lo nuevo-, están emperrados en decir lo mismo, en comparar el desconcierto y en tratar de definirlo. Y no aciertan. Les despista el poco narcisismo del movimiento, esa humildad de afianzar raíces en lo concreto y no en la abstracción de la protesta constante. Comentan, casi decepcionados, que no hay violencia en las manifestaciones, que parece que además no se manifiesten ni tomen la calle en plan barricadas. Que levantasen las acampadas sin montar la de Sanquintín y se hayan ido a los barrios a trabajar a pie de obra. Estos analistas no han entendido nada de nada o si han entendido algo prefieren hacer como que no, porque es mucho mejor no "mojarse" ni disgustar al grupo de prensa que paga el sueldo, con lo mal que está todo...Se comprende. Ya nos hemos acostumbrado a comprenderlo todo, pero eso no quiere decir que nos resignemos y demos por bueno lo que es simplemente ausencia de consciencia real y rutina antropológica.

* El 15M es un fruto original nacido de un estado de cosas nada original. Una aportación crítica y operativa en la práctica, de la inteligencia humana, donde ésta brilla por su ausencia. Darwinianamente podríamos decir que es una función nacida por la necesidad de crear un nuevo órgano. Ese órgano es el 6º continente: la conciencia global. Universal. Nunca había existido antes esa función a dosis tan masivas. Y ha sido la globalización material de los problemas, de las injusticia, desigualdades, genocidios y abusos constantes la que ha puesto en marcha una función natural y urgente que requiere la formación de un órgano adecuado al ejercicio de dicha función. El fallo de la mentalidad vieja es que primero se inventaba el órgano (el producto) y como consecuencia nacía la función (el consumo). Era un invento artificial y perverso, un "banco malo", donde unos pocos han estado engañando y abusando de millones de sumisos y dormidos. Por fin el vaso del absurdo se ha colmado por sí mismo. Y el 15M es la fregona que está tratando de recoger el agua y aprovechar la ocasión para limpiar a fondo y cambiar el recipiente donde ya no cabe una conciencia mucho más grande que las estructuras ideológicas, mentales y sociales que no son capaces de contener algo mucho más extenso, amplio y decisivo, de lo que ha habido hasta este momento de tiempos finales de un sistema, ya obsoleto e inservible a todos los niveles, como él mismo está demostrando.

**El 15M no es antisistemas. Es muy consciente de que él mismo está gestando el sistema nuevo. Está creando pautas, afianzando experiencias solidarias y compartidas, desbrozando los campos llenos de maleza que ha dejado la historia pasada y todavía presente. Por eso, como una clueca, está dando calor e incubando la vida. Como una embarazada no hace maratones ni saltos de altura, porque pondría en peligro la vida que está creciendo en su interior. El 15 está presente en toda reivindicación, en toda manifestación justa. Ciudadanos vinculados o afines al 15-M también han velado por los inmigrantes. Es el caso de las Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos, que controlan que la policía no realice redadas racistas. Acompaña a los recortados, a los maestros y alumnos, a los enfermos desatendidos, al personal sanitario, al funcionariado, a los sindicalistas que no "luchan" sólo por la pasta, sino que trabajan por el cambio, a los desahuciados y desalojados por la banca y la policía al servicio de la banca. Está en la Universidad y en los barrios obreros y en los marginales.

***El 15M nunca se estructurará como opción político-mercantil, por más que le critiquen, le presionen o le quieran comprar. Sabe ya por dolorosas experiencias sufridas in situ hasta qué punto el poder y el liderazgo personalista corrompen y prostituyen el camino de la libertad responsable. Y como el mejor de los ideales siempre empieza por ceder a la tentación en lo poco y termina en un despacho bien pagado, cuando la conciencia se va haciendo jirones y el ego tira fuerte  para acomodar la verdad y la honestidad a la necesidad de brillo, de glamour y de importancia. Es el movimiento de los que no quieren tener nada que perder. Y eso sólo se consigue cuando uno mismo comprende que cada ser humano es la riqueza real y no un esclavo para conseguir riquezas irreales, que se esfuman en un plis plás y asfixian la vida.

****El 15M es noviolento por naturaleza. No se siente enemigo de nada ni de nadie, pero tiene muy claro que no teme tampoco nada. Porque es inocente. Tiene un sistema de cooperación interna que se basa en la solidaridad inteligente de la compasión y de la corresponsabilidad. Ni víctima ni  agresor, se siente responsable de sus actos limpios y nobles; no ignora la condición perturbada del sistema moribundo, al contrario trabaja para que los daños de esa caída sean lo menos lesivos posible.

*****El 15M sabe que su fuerza reside en su humildad. En su capacidad generosa para la escucha y el respeto. En el diálogo, que no tiene por qué establecerse en plazas determinadas, si eso va a provocar violencia y agresión por parte de gobernantes mal informados. En su simplicidad y en su eficacia silenciosa. Y en la necesidad que el mundo tiene en estos momento de esas cualidades casi inexistentes y cuya carencia ha puesto a la civilización humana enferma de sí misma, contra las cuerdas del vacío y de la ruina global. Quien se acerque a los barrios, a los mercados del trueque, a las cooperativas, a los bancos de tiempo, a los huertos urbanos o a cualquier pequeña reunión de barrio donde se reflexiona y se aprende a pensar, comprobará que es vida en estado puro. Que no son cuatro neohippies porreros  e inadaptados, ni unos ilusos que se han aburrido de tomar plazas y montar tiendas, ni un grupo de peleones contra cualquier policía que les pida un carnet. Ni una mala copia del mayo francés sesentayochista. Son el germen sano que está naciendo para redimir un mundo enfermo y crear un nuevo tejido social que sea lo sufcientemente resistente como para recoger los derribos humanos, económicos, educativos, sanitarios y convivenciales. Y sólo los tontos, los locos y los botarates se atreverían a descalificar y ningunear el futuro que está en esa dirección. Pues sin los valores que ya vive el 15M no sería posible futuro alguno.

******El 15M no es sólo indignación, es sobe todo, conciencia. Y la conciencia pertenece al territorio imbatible del espíritu. Sopla donde quiere y como quiere, en asamblea y consenso parcial que se vuelve total por ósmosis de humanidad compartida, siempre en el rumbo de la evolución y del progreso real, no del falso progreso depredador al que se está acostumbrado. Siempre en la onda del bien común y sus valores como son los derechos y deberes humanos en libertad solidaria, por encima del egoísmo particular o partidista. Por eso, no es clasificable ni previsible en lo abstracto y sin embargo siempre le encontraremos en lo concreto y más aterrizado. Justo, al revés de lo que hasta ahora llamábamos "política" como un eufemismo del negocio público de las ideologías, que es en realidad etimológica, antipolítica, antiservicio a la "polis" y entrega total al beneficio del grupo que manda con el perjuicio y el daño, para quien obedece. La verdadera política, que es servicio y no lucro, es precisamente lo que hace este movimiento, al que nadie financia ni glorifica, del que nadie saca complicidades ni pactos, porque no tiene poder. No lo necesita; vive directamente en el poder de la conciencia. No en el de su propio glamour. 

El 15M es el fruto en sazón de la madurez social. La esencia perfumada de honradez de lo que quedará cuando termine el caos de este momento y la vida comience de nuevo a regenerar el planeta. La poesía del alma hecha carne y sustancia humana. Mucho más que un rebaño de perrosflauta, una orquesta sinfónica de la decencia inteligente más hermosa y del verdadero sentido común.

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