Una de las canciones más inteligentes, humanas y entrañables que he escuchado en mi vida. Pensa. Así, en un imperativo imposible de evitar si aun no eres un mueble o un robot diseñado para repetir programas algorítmicos, claro.
La descubrí en un Festival de San Remo hace algunos años, cuando un joven desconocido saltó al escenario y en unos minutos, con una sencillez absoluta y apabullante dejó al descubierto la Realidad en carne viva, no solo de la Italia del momento, sino también del mundo entero. Por supuesto, que fue el ganador sin ninguna duda. Simplemente al escuchar, el auditorio descubría - y sigue descubriendo- que esa canción era/es el grito de todos y de todas.
Hoy creo y siento que escuchar esta invitación a usar la inteligencia reflexiva como salvavidas de la conciencia es más urgente que nunca porque la "cosa nostra, cosa suya" ya es un sistema global desalmado y atroz al que solo podremos decir ¡Basta! despertando y pensando. Dejando como autómatas de ser pensados y diseñados por máquinas de manipular desde el exterior de nosotros mismos.
Y mil gracias eternas a Fabrizio Moro, el autor e intérprete. Siempre inolvidable. El valor de lo universal, que es espíritu en esencia, no caduca nunca.
Y no os perdáis su última canción, Il senso di ogni cosa que es divina de tan humana...Grazie, Fabrizio, caro fratello.
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