Poco se puede añadir al comentario de Iñaki en este martes y trece de ceniza y cutrerío, para más inri. Un relato fotográfico de una realidad que nadie quiere pero que ahí está. España es un luto riguroso hereditario, una eterna casa de Bernarda Alba sin salidas, un Puerto Hurraco político, con las puertas y las ventanas de la inteligencia clausuradas por el Patio de Monipodio y sus gestores vitalicios: Rinconete y Cortadillo. Una apología constante de la miseria que o bien no se admite o bien se da por definitiva y sin remedio, como una losa, como una lápida que, como el Santiago de corta y pega, -nada que ver con ningún apóstol, xd!- constantemente "cierra España " con su perenne "muera la inteligencia".
Si yo fuera rey o reina de esto, después de lo de ayer me iría voluntariamente al exilio, sin más incluso sin referendum ni nada; eso sí, sin llevarme una millonada como botín de un saqueo estatal desvergonzado e impensable para alguien con una chispa de ética y de pudor.
Las encuestas hablan ya de una mayoría republicana, no por firme convicción en todos los casos, sino más que nada por la desesperada evidencia, de que peor imposible. Este pueblo ha tenido y sigue teniendo una ppaciencia ppatológica y debe terminar con ella, antes de que esa ppaciencia acabe con él. Pero claro, acabar con ella significa reformar leyes y Constitución y eso tan necesario para arreglar el problemón, paradójicamente, se considera secundario, justo, por el momento tan difícil de la pandemia, que obliga a procastinar una vez más la resolución del cambio. O sea, otro 23F, esta vez de carambola.
Hay que ser muy cortitos para no ver la relación entre el caos sistémico programado y el caos pandémico en plan avanlancha irrefrenable como resultado inmediato. Malas decisiones y torpeza enredada institucional. Hay un terremoto y en vez de reconstruir, todo se paraliza entre los cascotes, los escombros, las tuberías reventadas, los heridos y los muertos, mientras los que deben organizar las obras cuanto antes para la reconstrucción, se ponen de vuelta y media entre ellos, se impiden y boicotean las soluciones y se pretende hacer de la desgracia general el negocio y la ganancia de los de siempre, de los que nunca han aprendido la disciplina política y sabia imprescindible de la humildad y la cooperación para salir de la ruina de todos, que es la riqueza de los cuatro intoxicadores y millonetis profesionales. Terroristas del escaño y basura antipolítica.
Es de lo más estúpido y cretino esperar a que todo se arregle por sí mismo para pretender arreglar luego por arte de birlibirloque el problema que está destrozando todo. No tenemos un estado con recursos legítimos basado en la ética ni en la lógica, ni en la inteligencia colectiva, que se ve eternamente con sospechas comunistas, mientras se saca en procesión por las calles al primer comunista de la historia que fue machacado por predicarlo y demostrar que lo que decía es verdad. No se puede ser más absurdos, más cerriles y más imbéciles.
Por eso, todo lo que tocan y celebran es un funeral. Una burbuja funeraria hinchada y encalomada por una momia ambulante y constituída como modelo de estado, que el miedo ha maquillado como constitución y ppoderes estatales intocables ppor los siglos de los siglos, aunque se acabe el mundo. Con las ppolillas momificadas en los armarios, las roppas comidas y deshechas ppor el tiempo impplacable, el calzado cuatro números mas ppequeño y lleno de agujeros, las tallas de los andrajos igualmente canijas, el ppolvo y la mugre flotando ppor el hemiciclo y las huestes de Flandes y el Duque de Alba hechas bippartidismo a la virulé Cánovas-Sagasta en pplan zombi, demasiado bien estamos todavía, querido Iñaki...para lo que tenemos encima. Y para colmo, convertido en fiesta nacional, cuando lo único que la mayoría quiere celebrar es el fin de fiesta de este cínico imperio de la trappisonda, de la ppatraña y del tinglado mayestático de las rotondas sin fin... Ains!!
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